Revista Cultura y Ocio

Piel de Lobo. Lara Moreno

Por Mientrasleo @MientrasleoS
Piel de Lobo. Lara Moreno
     "Solía dormir rodeada de muñecos de peluche que me provocaban alergia. A veces se me hinchaban los ojos y la nariz por los ácaros del polvo. Dormía con ellos porque tenía miedo, dormía enterrada entre bolsas de felpa rellenas de algodón sintético con ojos de plástico y bigotes de lana. Tenía miedo del espíritu santo, por ejemplo, una paloma tétrica de pico sucio y garras afiladas que entraba volando en un oscuro pajar, aleteando a traición, robándote algo muy valioso que había dentro de ti, algo irrecuperable. Era más que un misterio, una amenaza."
     Conocí la voz de Lara Moreno con su anterior novela, Por si se va la luz, y dejó uno de esos avisos que solo se activan cuando vuelves a ver su nombre impreso en la cubierta de un libro, que provocó que de inmediato tuviera ganas de leerlo. Hoy traigo a mi estantería virtual, Piel de lobo.
     Conocemos a Rita y Sofía, dos hermanas tan diferentes como distanciadas en su edad adulta. Se produce un reencuentro en la casa de su padre cuando, tras morir este, tienen que recoger. Una situación tensa tras la que acompañamos a  Sofía a una casa con un núcleo familiar que se desintegra. Roto el matrimonio de Sofía, no le quedan más opciones que coger a su hijo e irse a la casa en la que creció y recibir la compañía de su hermana. Estas dos mujeres, unidas por la fuerza invisible de la sangre, se conocerán un poco más encerradas entre esas paredes llenas de recuerdos.
     Lo primero que sorprende con Lara Moreno es la fuerza de su prosa. Ya en el fragmento que he colocado se percibe, se nota esa suerte de solemnidad que imprime a sus palabras y que se termina convirtiendo en un eco en la cabeza del lector. Además, en esta novela contada por un presente omnisciente y un pasado en boca de Sofía, cada ficha que deja caer en la historia de las hermanas, el eco permanece, nos tensa, nos prepara cuando aún no sabemos para qué. Pero intuimos que todo es importante aunque sus protagonistas sean dos mujeres sin más, dos cualquiera, de la calle, dos hermanas... Y hacemos bien porque la excusa de una casa llena de recuerdos es el punto de partida para hablar de los secretos que intentamos sepultar entre esos recuerdos, y que, aun sin verlos, sabemos que permanecen. De las improntas de la vida que pasamos sin querer mirar pero no podemos dejar de sentir. Y también habla de apariencias, de fingir entre nosotros y para nosotros y de cómo crecemos llevando todas esas señales escondidas y generamos un alejamiento incluso de nosotros mismos. No podemos fingir más, le dice el marido de Sofía a la protagonista en las primeras páginas. No puedes actuar como si no pasara nada desde hace tiempo. Y de este modo la historia a dos tiempos de dos mujeres se convierte en la voz callada de muchas, una historia de secretos por descubrir y del valor de afrontar una vida. Y para todo ello, cuatro paredes y un teléfono. Apagado la mayor parte del tiempo. Y no necesita nada más Lara Moreno para conseguir dejar mudo al lector.
     Y nos habla también de familia. De la maternidad como vida, a través del hijo de Sofía. Del bloqueo y la incapacidad para relajarse, de la protección, la falta de espacio, y también de la distancia que se establece. Creo que hay muchas maneras de escribir una novela sobre la familia, y Lara Moreno ha escogido la más íntima, la más privada. Esa en la que cada miembro puede ser el epicentro de un terremoto que sacuda al resto... y que siga teniendo réplicas sin importar el tiempo o la distancia.
     Me ha gustado Piel de lobo. Me ha gustado mucho. Y digo esto después de haberlo terminado hace unos días y seguir escuchando la resonancia de muchas de sus frases. Si otras veces hablo de libros que se olvidan con facilidad, la voz de Lara Moreno ha llegado para quedarse.
     Y vosotros, ¿sois lectores de historias privadas o preferís quedaros fuera de este tipo de novelas?
     Gracias.

Volver a la Portada de Logo Paperblog