Revista Cultura y Ocio

Placer en el trabajo

Publicado el 26 enero 2016 por Debarbasyboinas @DeBarbasYBoinas

Cuando uno piensa en el trabajo, piensa en el esfuerzo, en lo poco que apetece, en lo bien que estaría no trabajar. Es difícil de creer, pero el trabajo es una necesidad humana.

Cuando la mayoría de la gente tiene que definir su trabajo, dirá que es el medio gracias al cual se gana la vida. Realiza un trabajo durante cierto número de horas a cambio de cierto dinero. Para otras personas ni siquiera es así. Estoy pensando en padres que se dedican a cuidar de sus hijos y de la casa mientras su cónyuge gana dinero.

Muchas veces pensamos en el trabajo como un fastidio, pero ¿Si os tocara la lotería, dejarías de trabajar?

Es una pregunta difícil, porque todos los trabajos tienen su parte buena y su parte mala. Hay trabajos con una pequeña parte en la que tienes que utilizar tus dotes creativas, junto con otra gran parte en la que realizas tareas rutinarias. Otras veces la incomodidad viene de la cantidad de trabajo, porque todo en exceso es demasiado. En muchas ocasiones el problema es la poca remuneración que se recibe a cambio.

Si nos paramos a pensarlo, todos los trabajos tienen pegas. No existe eso llamado “el trabajo perfecto” pero todos, o casi todos los trabajos tienen su parte buena, a parte del dinero, claro.

Me estoy refiriendo al placer de ser productivo. Esa sensación que te llena cuando, tras un duro día de trabajo te sientas y piensas: “He hecho todo lo que tenía que hacer hoy”. Cuando no dejas trabajo a medias y el trabajo hecho ha estado bien hecho.

Obviamente, la sensación no va a ser igual de buena cuando haces algo que no te gusta, pero sigue siendo grato cumplir satisfactoriamente con tus obligaciones. En los casos en los que te pagan por hacer un trabajo que no te gusta, a menudo se da el caso de que esta persona, al llegar a su casa, empieza a trabajar en su hobby. Se llama hobby porque no recibes remuneración por ello, pero sigue siendo un trabajo. Si eres artista, si te gusta reparar cosas o simplemente algún deporte. Es mi caso por ejemplo al escribir en este blog. No es mi trabajo, pero me esfuerzo por hacerlo, y todo por la satisfacción que me da escribir. La sensación de plenitud que me invade al subir una entrada costea todos mis esfuerzos.

Cuando te quedas en paro, o te jubilas, a menudo te deprimes. Sí, es cierto, has perdido tu trabajo, pero eso no es lo único que te aflige. El hecho de no hacer nada productivo te reconcome por dentro, sientes que estás desperdiciando el tiempo. Y es que en mi opinión, el ser humano está hecho para trabajar. Descansar está muy bien, pero hasta eso aburre. Realizar una tarea productiva, además de ser una necesidad, es de hecho una forma de crecer como personas, de conocerse a uno mismo. El trabajo nos hace madurar.

Se dice que el trabajo dignifica. A mí siempre me ha parecido que a este dicho se le ha dado un significado malintencionado. A menudo se usa con rentintín contra las personas que no trabajan para hacerles ver que no se están ganando lo que consumen, pero yo creo que va más allá. En mi opinión este dicho se refiere a todo lo que he dicho antes, porque el trabajo nos ayuda a tener claras nuestras metas y a invertir nuestras fuerzas en algo bueno.

El placer del trabajo es esquivo, puedes trabajar en algo que te encanta, pero si detestas a tus jefes o a tus compañeros es casi imposible encontrar placer en ello. También, a veces se encuentra de forma inesperada. Cuando realizas un trabajo que no te gusta, pero tus compañeros y tus jefes te motivan a hacerlo bien, puede llegar a gustarte. En ocasiones es el trabajo en equipo lo que te lleva a disfrutar de ello. El sentimiento de marca, esa sensación de estar en una empresa que te respeta y te representa, en la que codo con codo, tú, tus compañeros y tus jefes la lleváis adelante. En esos casos sientes orgullo no solo por tu trabajo, si no también por la empresa en la que trabajas. Esto es fomentado en grandes empresas como Google. El sentimiento de marca, la sensación de que no trabajas para tu empresa, si no con ella. Además de ser más grato trabajar en esas condiciones, aumenta la productividad de todo el mundo.

Por desgracia, todo esto son tareas pendientes en la mayoría de los sitios. Hoy en día, encontrar placentero el trabajo, en vez de ser fomentado es mal visto por compañeros o jefes. Parece que algunos prefieren a esclavos improductivos y pasivos, que a gente motivada y creativa, que sienta orgullo por lo que hace.

En fin, os deseo suerte, y no dejéis de procurar el placer en el trabajo, por difícil que sea.

Orson López


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