Revista Cocina

Planta Mandrágora y sus usos en la historia

Por Camilo Camilo Acosta @camiloacos

Planta Mandrágora y sus usos en la historiaMandragora autumnalis, es una especie de fanerógama perteneciente a la familia de las Solanáceas, que fue usada extensamente en Europa medicinalmente. Sus raíces han sido usadas durante la historia en rituales satánicos, ya que sus bifurcaciones tienen cierto parecido a una figura humana; incluso hoy en día se usa en religiones neopaganas, como la Wicca.

Las raíces son gruesas y habitualmente se ofuscan. El tallo es de color verde oscuro; hojas anchas y con una superficie rugosa, y tienen el mismo color del tallo. Las flores salen del centro, y son de color blanco violáceo. La planta alcanza una altura de unos 30 cm, y suele encontrarse en zonas sombrías y húmedas, donde no da mucho el sol. El fruto sale en otoño, tiene color amarillo o naranja, y aspecto similar a una manzana. Su ingesta puede producir alucinaciones.

Esta planta crece en bosques sombríos, a la vereda de ríos y arroyos donde la luz del sol no penetra. Su raíz es gruesa, larga, generalmente dividida en dos o tres ramificaciones de color blancuzco que se extienden por el suelo; sus hojas son de un tono verde oscuro; sus flores son blancas, ligeramente teñidas de púrpura; el fruto es parecido a una manzana pequeña y exhala un olor fétido.

LEYENDAS
Ha sido protagonista de muchas leyendas y rituales. Los magos hacían con ella algo similar a una figura humana, tallaban una figura en sus raíces presionando la raíz a cierta altura para formar un supuesto cuello, y cortando todas las bifurcaciones excepto cuatro, que serían las extremidades, y las adoraban como a dioses. Durante la Edad Media era utilizada por las brujas para sus diferentes rituales y ungüentos.

Se creía que la planta tenía características humanas porque sus raíces parecían dos piernas. Hay historias que cuentan que esta gritaba lamentándose cuando la arrancaban de la tierra, pudiendo enloquecer a las personas; y por eso amarraban a un perro a la planta para arrancarla. Según creencias populares crecía bajo los patíbulos donde caía el semen a veces eyaculado por los ahorcados (durante las últimas convulsiones antes de la muerte o por erección y eyaculación postmortem). Era usada tanto en magia negra como en magia blanca, ya que es venenosa y curativa al mismo tiempo, según el uso; y cuando juzgaron a Juana de Arco la acusaron de usar la planta porque pensaban que ese era el pecado de que oyera voces. Se dice que favorece la libido. Los antiguos alemanes la llamaban Alraune.

La leyenda asegura que todas las raíces de mandrágora se transforman en hombrecitos de verdad, como pequeños duendes, y que se dedican a favorecer al dueño de la planta. No asegura la leyenda que todas las raíces de mandrágora tengan forma humana. Que la tienen algunas, sí. Y que éstas son las verdaderas plantas hechiceras. El afortunado poseedor de una raíz de mandrágora en forma de hombrecito sostiene que esta planta, en el momento de arrancarla grita. Y que el grito mata a quien intenta arrancarla. Y que el procedimiento para arrancarla y salvar la vida es el siguiente. Se cava hondo alrededor de la raíz hasta ponerla al descubierto. Mientras no se intente arrancarla no hay peligro. Se ata una cuerda a la raíz y el otro extremo se ata al cuello de un perro. Se llama al perro desde cierta distancia. El perro quiere acudir, tira de la planta y la arranca, grita, y el perro muere. No hay más remedio que sacrificar al perro.

CULTURA
Nicolás Maquiavelo, autor de “El Príncipe”, escribió una comedia titulada “La mandrágora” en la que un ungüento sacado de la raíz, podía sanar la esterilidad. También es citada en las novelas de J. K. Rowling de Harry Potter al enseñarse el cultivo y las precauciones que se deben tener con esta planta en clase de herbología en el colegio Hogwarts de magia y después es utilizada para preparar una poción capaz de curar a las personas que han sido petrificadas por hechizos mágicos y en la película de Guillermo del Toro titulada El Laberinto del Fauno. También se habla de ella en la serie de fantasía de televisión británica Merlin cuando la bruja Morgause, hermanastra de Morgana, prepara una poción con esta planta, mientras le habla a Morgana sobre las características de la misma.

En la obra teatral de Samuel Becket “esperando a Godot”. Fue el nombre que adoptó el movimiento surrealista que formara el poeta Braulio Arenas. En la serie de anime Saint Seiya, durante la Saga de Hades, uno de los espectros era un caballero de Mandrágora. Se ha empleado en liturgias muy distintas, siendo en la actualidad mantenida por los seguidores de la Wicca como potenciadora de sus visiones en rituales de invocación y adivinación. En la canción Moonchild de la banda de heavy metal Iron Maiden se hace alusión al grito de la planta.

USOS TERAPEUTICOS
En la medicina antigua las hojas de mandrágora hervidas en leche se aplicaban a las úlceras; la raíz fresca se usaba como purgante; y macerada y mezclada con alcohol se administraba oralmente para producir sueño o analgesia en dolores reumáticos, ataques convulsivos e incluso de melancolía. En tiempos de Plinio se empleaba como anestésico dándole al paciente un pedazo de raíz para que la comiera antes de realizar una operación.

Se sabe que la mandrágora se administra en forma oral. Como contiene principalmente atropina, se comporta de manera similar a la belladona: en dosis bajas bloquea los receptores de la acetilcolina deprimiendo los impulsos de las terminales nerviosas; mientras que en dosis elevadas, provoca una estimulación antes de la depresión. No existen registros de dosificaciones exactas. Únicamente hay menciones en el sentido de que su uso en pequeñas cantidades era seguro, mientras que en dosis mayores provocaba delirios y locura o muerte por intoxicación.

En algunos lugares del Oriente Medio, ancestralmente también se le consideraba, y todavía se le considera, un fruto afrodisiaco capaz de aumentar la fecundidad humana o de ayudar a la concepción.

ADVERTENCIA
La mandrágora es una planta altamente tóxica, pudiendo provocar la muerte de aquél que la ingiriese. Como su pariente, la Mandragora officinarum, tiene actividad a través de la piel, por lo que es poco prudente manipular las hojas, frutos y sobre todo raíces. Puede provocar mareos, dificultad para respirar y bradicardia símplemente al manejarla. Como planta ornamental es bellísima, pero tengamos en cuenta que si tenemos mascotas o niños que puedan llevársela a la boca, puede ocurrir una catástrofe. Es peligroso cultivarla y poco aconsejable.

OTROS NOMBRES
Acelgón, berengenilla, berenjena mora, berenjenilla, cerezas de sapo, lechuguilla, lechuguillas, mandrácola, mandrágora, mandragora de flor azulada, mandrágora femenina, mandrágora hembra, mandrágula, meá de perro, tomatico, uva de moro, uvas de moro, vilanera, vinagrera, vinanera.

Fuente: wikipedia

MANDRAGORA EN LA BIBLIA
El registro de Génesis nos dice que Raquel concordó en cambiar con su hermana Lea la oportunidad de recibir el débito conyugal de su esposo, Jacob, por algunas mandrágoras que el hijo de ésta recogió en el campo. (Gen 30:14, 15) Aunque la Biblia no revela el motivo, es posible que Raquel pensara que estas le ayudarían a concebir, y así pondría fin al oprobio de su esterilidad. Sin embargo, Raquel no quedó encinta sino hasta algunos años después de este incidente. (Gen 30:22-24).

Ahora bien, si leemos escritos parabíblicos, como el libro de Isacar, (el quinto hijo de Jacob y de Lea), podemos tener una idea más exacta de lo que hizo Raquel con esas mandrágoras, y lo que representan en ese relato. Veamos :

Cuenta Isacar que cuando Rubén volvió del campo con esas mandrágoras, Raquel lo vio, y se las quitó. Rubén se puso a llorar y oyéndolo Lea, salió para ver por qué lloraba. (V5:1) “las mandrágoras eran manzanas perfumadas que producía la tierra de Aram”. Y las mandrágoras que Raquel le arrebató a Rubén tenían dos manzanas, (verso 7).

Lea se pone furiosa y entabla una discusión de palabras con Raquel: Lea le echa en cara que Jacob era su marido desde su juventud; a lo cual Raquel replica que todo fue un engaño del padre de ambas, Labán. Y para resolver de un modo definitivo el asunto, Raquel le propone alquilarle a Jacob durante una noche a cambio de las susodichas mandrágoras. Obsérvese que “alquilar” es el mismo verbo que usa, no ya Raquel, sino Lea en Gen 30:16. Nada de vender, es decir, ceder definitivamente. Sólo alquilar. Y por una noche. Entonces, Lea se acostó con Jacob, y concibió de él a Isacar, el narrador de estos textos.

Pero eso no es todo: Isacar especifica que YHVH le apareció a Jacob, y le dijo : “Raquel dará a luz dos hijos, por cuanto ella desdeñó el acto carnal, y escogió la continencia”, (V2:1). Observen el paralelismo entre los dos hijos de Raquel y las dos manzanas. Es el propio Isacar quien así lo establece al escribir :

“Si Lea, mi madre, a cambio de ese acto carnal, no hubiera dado esas dos manzanas, habría podido traer al mundo ocho hijos. Pero sólo trajo seis, mientras que Raquel trajo dos pues, valiéndose de las mandrágoras, el Señor la visitó”, (V2:2).

Semejante descripción y análisis interpretativo por parte de Isacar de lo acaecido a Raquel con respecto a las dos manzanas que pendían de las mandrágoras de Rubén lleva a pensar que los redactores de Génesis y del libro de Isacar veían alguna correlación, aunque fuera meramente simbólica, no necesariamente física, entre la presencia de las dos manzanas, y los dos hijos que, más tarde, tuvo Raquel: José y Benjamín. No fueron las dos manzanas de esas mandrágoras las que influyeron en la concepción de los hijos de Raquel sino, más bien, la decisión de Raquel de renunciar a tener coito con Jacob por el puro placer sexual que podría tener con él, a sabiendas de que, siendo ella estéril, dicho coito, por placentero que fuese, no le daría ningún hijo. Dicho de otra manera, para la estéril Raquel, más valor tenía llegar a ser madre de hijos de Jacob, que ser una de las cuatro mujeres suyas.

Isacar revela que en vez de comerse las dos manzanas, Raquel se las dedicó a YHVH, (v. 5). ¡ Ahí está el meollo ! Nada de estríctamente afrodisíaco en el relato de Isacar, como tampoco lo hay en el relato bíblico. Y, sin embargo, (V2:5) dice que “no se las comió, aunque tuvo ganas de hacerlo”, sino que se las ofreció al sacerdote del Altísimo que existía en aquel tiempo”.

Moraleja : la lección del libro de Isacar es que YHVH le dio dos hijos a Raquel, ejemplificados a través de las dos manzanas, como recompensa por haberle dado la prioridad al deseo de maternidad, por encima del deseo de goce sexual. Así lo expresa el propio Isacar : “[El Señor] había visto que era para tener hijos que ella deseaba unirse a Jacob, y NO por amor al placer”, (V2:3).


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