Plantas que curan: el ciprés

El ciprés es un bonito árbol de alargada silueta y denso follaje, fácil de reconocer por sus características propias y su altura, que llega a alcanzar los 25 m. Originario de Grecia y Turquía, de sus frutos y hojas perennes podemos extraer un montón de propiedades terapéuticas como las que veremos en el artículo de hoy.

Tomado en forma de infusiones, normalmente hechas con base a una decocción de las ramitas y hojas del árbol, el ciprés nos sirve en los casos de:

Estrés

Preparar e inhalar (que no beber) una infusión con cinco o seis gotas esenciales del aceite ayuda a aliviar la tensión y relaja el estado emocional.

Varices

Un preparado a base de falsos frutos del ciprés mejora y disminuye la hinchazón y el dolor de este trastorno, y mejora su curación, además de detener el sangrado, muy útil cuando las varices se presentan acompañadas de llagas. Si prefieres una aplicación externa, humedece una gasa con el líquido aceitoso del ciprés sobre la zona afectada, incluso si se trata de úlceras o llagas.

Verrugas

Aplicando una infusión en forma externa, el aceite esencial de este árbol también ayuda a luchar contra herpes y verrugas varias.

Sudoración excesiva

¿Exceso de sudor, incluso ahora en invierno? Un baño de pies a base del aceite esencial disminuye la hiper-sudoración y remedia el mal olor de pies.

Hemorroides

Tomar un baño de asiento preparado con ciprés, malva y avellano de brujas a partes iguales supone un infalible remedio contra las incómodas hemorroides, dado que se fortalecen y restablecen los vasos sanguíneos dañados. Emplea una cucharada de esa mezcla por litro de agua.

Estos preparados herbales revisten algunas precauciones, dado que no se debe ingerir el aceite esencial del ciprés, ni, en caso de niños, se les debe suministrar ninguna infusión o preparado, salvo que se destine exclusivamente a una aplicación externa.