Revista Ciencia

Plasmaideas, conocerlas y formarlas.

Por Daniel Paniagua Díez
Plasmaideas, conocerlas y formarlas.
Plasmaideas
¿Qué son y cómo llegar a tener alguna?Para comprenderlo fielmente deberá usted entrar en fantasimente y verlo con claridad. Puede ver en segundos como una semilla se transforma hasta el tamaño de un árbol que comienza a producir sus propias semillas para perpetuarse, esto es algo que le ocurrirá si está pensando en algo que plantar en el jardín o finca particular, ¿qué otro ejemplo le parecería más explícito? El universo en sí es algo similar, nace de algo muy pequeño…y todo eso. Lo que yo denomino plasmaidea es lo que mejor se adecúa a una idea de orden superior; no lo hable (su cerebro está hablando continuamente desde que de niño aprendió a hacerlo) y véalo.¿Y si no puede entrar en fantasimente?Entonces lo que usted tendrá serán obsesiones más o menos duraderas, posiblemente yo haya tenido algunas con varias estrellas de cine, ¿y usted? Podrá incluso soñar con ellas, pero no son plasmaideas tan solo reflejos en su cerebro; una plasmaidea se forma a partir de algo propio y se conforma sobre algo o alguien que usted desea, ese deseo toma forma a la vez que le ata y le llena de necesidades que atender pero también puede ayudarle a resolver las necesidades más básicas. Cuanto más elevado y ético sea su deseo mejores necesidades serán atendidas por su plasmaidea.No se esfuerce en demasía por tener plasmaideas, no es cosa del cerebro, ni del suyo ni del mío, ya las tendrá si es menester. Las plasmaideas se forman en fantasimente; en ese campo sin fin se encuentra el pasado, el presente y futuro no solo de este mundo sino del universo mismo, de un modo eso sí más bien esquemático me parece a mí pero es que soy un hombre esquemático, y verdadero. En ello tienen cabida sus plasmaideas, no importa cuántas tenga, cuanto mejores sean más ayuda tendrá para plasmarlas.Plasmaideas, conocerlas y formarlas.

Anímese y comience a formar ya su primera plasmaidea. Por ejemplo: estoy por formar un grupo de escritores con aquellos que aún utilizamos la pluma y el bolígrafo para escribir, se llamaría Románticos Cefalópodos pues en estos días para ser capaz de escribir una novela, publicarla y que alcance un cierto éxito es necesario seguramente el cerebro de un calamar gigante. Y mucha tinta para expresarse.Facundia contra iracundia, una persona de natural jocoso y amigable, ¿qué puede hacerle volverse iracundo? Toparse constantemente con necios. La creatividad natural de cada uno de ustedes puede producir maravillas pero basta un necio para tumbar la obra de millares de seres bien intencionados. Intentaré expresarlo mejor: una idea es colocar un dragón maravilloso, no excesivamente grande pero prácticamente indestructible, en un relato sobre las andanzas del rey Ramiro de Oviedo y una plasmaidea sería en vez de ver un dragón volador que mata sin la menor emoción y a velocidad prodigiosa a todos cuantos seres se le antoja una sencilla pero considerablemente lujosa nave espacial con la cual poder viajar por el sistema solar local e incluso por la galaxia, y en condiciones aceptables no como los astronautas norteamericanos de las filmaciones profesionales tipo: El Marciano.El paso de maléfico a benéfico obra el milagro de plasmar la idea, incluso en algo sólido.

¿Preguntas? Dejen aquí sus comentarios.Daniel Paniagua Díez

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