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Publicado el 29 octubre 2013 por @mishallazgos @mishallazgos
marginarlos.”(33) Se marginó del MIR a la “oposición interna” del comité central (Genaro, Rodolfo, Pato, Vasco, Wiston (suplente), en las semanas posteriores cerca de un 20 % de miembros en todo el país acompañaran su automarginación.(34) Los marginados siguieron organizados como una fracción que reivindicó por algún tiempo el nombre MIR: “Nuestra fracción, contraria a la de Enríquez, luchndonos entre otras cosas de ó con la sigla MIR-FR y se volcó a trabajar por la candidatura de Salvador Allende.”(35) Seguidamente un pequeño grupo formado especialmente por estudiantes del Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile en Santiago encabezados por Jorge Silva, Juan Martínez y Rafael Ruiz Moscateli ante la magnitud de los problemas y con planteamientos de carácter “foquistas” que pretendían transformar el MIR en una organización operativa, se marginan constituyendo después el MR-2 (Movimiento Revolucionario Manuel Rodríguez). El desprendimiento afectó solo la estructura en Santiago, se marginó cerca del 30 %. Las divisiones que afectaron al MIR en 1969; primero en su dirección y posteriormente en diferentes niveles fue la culminación de un proceso sostenido de diferencias políticas imposibles de resolver vía el debate al interior de la organización y afectaban la convivencia interna y el quehacer externo. Se asumió como costo necesario en el desarrollo político de la organización; implicó una perdida importante de experiencia histórica y capacidad política acumulada, pero fortaleció su unidad interna. He entregado diversos antecedentes sobre la crisis para evidenciar que la división del MIR no fue un hecho simple, “maniobra sorpresiva” o imprevista decisión de una “arbitraria mayoría”, sobre una “ingenua minoría“agentes del enemigo”. Lo anterior, no desconoce los esfuerzos y avances puntuales que el MIR logra en sus primeros años de existencia en algunos frentes: en sectores de obreros municipales, del proletariado industrial, minero, pobladores, campesinos, empleados públicos y en sectores estudiantiles de Concepción y Santiago. Internamente había fuertes contradicciones, las diferencias impedían arribar a definiciones ideológicas, políticas y organizativas; neutralizando el accionar partidario externo que era imprescindible para ganar fuerza en el movimiento de masas y poder incidir en la política nacional del momento. De esos primeros años Miguel hizo un desgarrador diagnóstico: “El movimiento se desarrollo entre 1965 y diciembre de 1967 marcado por las siguientes características: Era una “bolsa de gatos” de grupos, fracciones, disputas, etc. No había niveles orgánicos mínimos. Predominaba el más puro “ideologismo”. No había estrategia y menos aún táctica. Aislados de las masas. No se intentaron seriamente realizar acciones armadas, si bien se hablaba de ellas y el movimiento se definía por la lucha armada.”(20) Eran “años en que recién buscábamos un programa correcto para la revolución chilena y a lo más hacíamos propaganda revolucionaria en restringidos sectores y zonas del país, neutralizados internamente por una lucha de tendencias que abarcaba más de una decena de grupos internos”.(21) 6. MIGUEL ASUME LA JEFATURA DEL MIR  Los miristas según su capacidad y fuerza participan en diversos lugares del país del quehacer de los movimientos sociales. En la zona de Concepción los avances son más amplios y significativos. Miguel había continuado sus estudios de medicina y como alumno muy destacado estaba próximo a finalizarlos. Las nuevas posiciones políticas logradas permiten que en noviembre de 1967 invitado por la dirección de la Revoluci

 

ón viaje a Cuba. Este hecho significó en la practica el inicio de relaciones y acuerdos entre el MIR chileno y dirigentes cubanos y que por diversas razones hasta ese momento no existían formalmente. El regreso de Miguel vía Praga y Paris se retrasa y participa solo en el segundo día del III Congreso del MIR. Esta vez la numerosa representación de Concepción llegaba en dos “micros”. El evento mirista se realiza en la Casa Chile, sede del Partido Socialista en San Miguel el 7 y 8 de diciembre de 1967; analiza el periodo político que vive Chile y toma resoluciones sobre el plan político, el desarrollo del partido, definiciones organizativas, se profundizan y modifican las Tesis político-militares aprobadas en 1965. Eligió la dirección nacional. Miguel lo plantea así: “En el Congreso Nacional de diciembre de 1967 …el sector “no tradicional” de Concepción y Santiago asumió la mayoría del Comité Central (10 de 15), la totalidad del Secretariado Nacional (5) y la Secretaría general…”.(22) El sector que encabezaba Miguel Enríquez, además de elegir a la mayoría del comité central, éste lo eligió a él Secretario general.(23) De inmediato, la minoría se constituyó como “oposición interna”, y un pequeño sector incluyendo algunos miembros de la mayoría de la anterior dirección se retiran de la organización.
Miguel había terminado ese año el Internado de Medicina. El 29 de enero de 1968 en Concepción, en una ceremonia privada y familiar contrae matrimonio con Alejandra Pizarro Romero.(24) A comienzos de marzo, -”despedido” por intensos combates callejeros cerca de su casa, los estudiantes solidarizando con el magisterio enfrentan el Grupo Móvil-, viaja a Santiago con “Bauchi” su extrañable amigo y compañero en el tren nocturno a rendir sus exámenes de pregrado y de grado. Ambos aprobaron con nota máxima y se reciben de médicos. Como alumno destacado de la promoci”, sino diferencias políticas y concepciones organizativas que no se superaron. Como afirma Miguel, “La división de 1969, un hito en el desarrollo de nuestro partido, no tuvo como base … la estrategia del partido para la conquista del poder, sino los problemas de carácter del periodo que atravesábamos y el carácter del partido que la revolución chilena necesita.”(36) La continua escalada represiva, la división reciente con sus consecuencias y las nuevas exigencias plantearon un arduo quehacer a la dirección, en especial al Secretariado encabezado por Miguel, quién junto a Luciano y en condiciones difíciles se reunieron con todos los regionales para explicar y discutir los problemas surgidos y estrechar la conducción. Se precisó el momento que se vivía y el quehacer a impulsar en el documento “La crisis por la que atravesamos” de Agosto 1969; el carácter de la organización, el tipo de miembros y sus requisitos de ingreso.(37) 7. EL PERIODO “OPERATIVO” Y DE “MASAS”  A partir de julio 1969 el papel y labor de Miguel y del Secretariado fue extenso y clave para enfrentar el proceso de crisis, salir de ella y desarrollarse. Dirigieron la reestructuración del partido buscando construir una organización que considerando las características de Chile y los objetivos planteados, combinara el accionar armado con el trabajo en frentes de masas. Progresivamente en todos los regionales se constituyeron los Grupos Politico-Militares -GPM-; estructuras orgánicas asentadas en un espacio territorial con niveles de bases políticas, operativas, técnicas e infraestructura, dirigidas por una jefatura común.(38) Con esas definiciones cristalizaba la visión de partido que venía sustentando Miguel y tenía correspondencia con la línea estratégica y táctica. Expresaba una concepción político-militar: por un lado la formación de una són postula directamente y gana una beca en el Hospital de Neurocirugía en Santiago para formarse como neurólogo, sus profesores y jefes directos fueron los doctores Alfonso Asenjo y Héctor Valladares. Su traslado a Santiago en el segundo trimestre de ese año acompañado inicialmente de su mujer, implica la separación física definitiva de su familia y temporal con su “hermano” Bautista, que ejercerá en el Hospital Regional de Concepción y continuara también la especialización de neurología, al obtener otra beca allí. Con Miguel a la cabeza, el Secretariado del MIR (Luciano Cruz, Bautista van Schouwen, Sergio Zorrilla, Sergio Pérez) y en menor medida el conjunto del CC conduce la implementación de las líneas acordadas. El trabajo fundamental lo realiza dentro de la joven organización: desarrollar concepciones estratégicas y tácticas, formar a sus cuadros, dirigir el trabajo de inserción en las masas, etc. En enero del 68 encabezó las conversaciones fraternales que culminaron con la integración al MIR de dos pequeños grupos revolucionarios GRAMA (Grupo Avanzada Marxista de Concepción) y FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Santiago). Trabaja en contacto estrecho con los regionales del partido; es destacable, dos informes de Miguel publicados posteriormente como documentos internos, sobre Análisis de Situación Política y Táctica del partido, entregados en forma oral a Ampliados con los regionales del MIR de Santiago y Concepción. En el segundo semestre de ese año se manifiestan avances políticos, crece la organización en el norte, centro y sur del país. Pero, mantenía muchas de sus características y debilidades anteriores, que entraban el avance; el diagnóstico de Miguel lo refleja: “una organización que estaba constituida por varios “partidos”, “grupos”, “fracciones”, con políticas divergentes en pensamiento, y en el último periodo incluso orgánicamente diferenciadas. Tenía por base todo tipo de “militantes”, donde no se realiza ningún tipo de selección para el ingreso; así habían “aficionados” a la revolución, descomprometidos, intelectualoides, etc. Sin niveles de organización y especialización aceptables. Que contaba con una concepción general estratégica relativamente correcta a largo plazo (tesis Político-Militar, 1967) pero sin una adecuación táctica concreta al paólida estructura desde el punto de vista ideológico, político, orgánico y militar; integrada por cuadros revolucionarios profesionales ligados a los frentes; preparado y estructurado tanto para su desarrollo político en el movimiento de masas como para su desarrollo militar, en el partido y entre los trabajadores y pobres del campo y la ciudad. A partir de septiembre 69 se incrementan de forma más sistemática acciones armadas orientadas a desarrollar la línea de expropiaciones, tanto las orientadas al aprovisionamiento logístico (material de comunicaciones, sanitario, armamento, recursos de AGP, etc.) y las expropiaciones bancarias que comprometieron en especial a la Dirección Nacional. Por lo general y en especial en sus inicios no se reconocieron. El hacerlas exigió disponer de infraestructura para su realización (casas de seguridad, depósitos, talleres, vehículos, locales, etc.). La primera expropiación bancaria exitosa se realizo en julio 1969 al Banco Londrés-Sucursal Santa Elena. Fueron concebidas como acciones de financiamiento a las actividades de la organización, tuvieron gran impacto por la difusión de la prensa sensacionalista y de derecha, dándole al MIR un perfil público de “grupo armado” que la organización no deseaba. Muchas fueron exitosas, otras fallaron. A pesar de hacerle ver la inconveniencia, Miguel participó en varias, dando inicio a su formación de combatiente. Respecto a ellas, Miguel afirmaba a la prensa que, “… las organizaciones revolucionarias para organizarse y prepararse en niveles superiores de lucha … necesitan financiar sus actividades a través de expropiaciones revolucionarias… Los que hacen este tipo de tareas no pueden ser confundidos con los ladrones o delincuentes comunes. Los únicos ladrones son los patrones de fábricas y fundos que roban el producto de su trabajo a obreros y campesinos;…” Respecto al uso dado a los fondos decía, “Los revolucionarios (…) cuando expropian dinero a quienes a su vez lo roban a obreros y campesinos, lo utilizan no para lucro personal, sino para financiar las tareas que permiten organizar la defensa de los intereses de obreros y campesinos. Jamás lo han utilizado para el lucro personal, al contrario, entregados por entero a las tareas que permitan defender a los trabajadores de las balas de los gobernantes y de la explotación de los patrones, viven de acuerdo a como un revolucionario debe vivir: con el mínimo.”(39) Como era de esperar las expropiaciones las reprimió el gobierno y las atacó otros sectores de la izquierda. Paralelamente, se intensificaron las “acciones directas” en los frentes de masas. A estas en ningún momento se les adjudicó un papel de “iniciadores” de la lucha de clases, sino como apoyo a la lucha propia que impulsaban los trabajadores en ese frente en un momento de avance y desarrollo de su lucha en contra de sus enemigos, los patrones y opresores. Y, además correspondían al estado de ánimo y exigencias de las masas.(40) Por el silenciamiento de los medios de comunicación las acciones directas no ganaron repercusión pública y solo tuvieron importancia en el lugar del conflicto. Esta política, el MIR la impulsó en ese y en el periodo posterior en los frentes poblador, campesino, obrero y estudiantil. El accionar operativo armado de expropiaciones se suspenden en marzo de 1970. En esta decisión influyó principalmente, la percepción del sentir de las masas que recogía el partido al interior de los frentes, los riesgos que conllevaban, y también las conversaciones MIR y UP, realizadas al más alto nivel desde diciembre 1969 y donde participaron Salvador Allende y Miguel Enríquez, en momentos que la Unidad Popular definía el programa y candidato. 8. LA CONDUCCION DEL PERIODO PREREVOLUCIONARIO (41)  Las medidas desplegadas por el gobierno demócrata cristiano no resolvieron, al contrario profundizaron la crisis del sistema capitalista dependiente chileno presente en los años 60, manifestándose como una crisis del sistema de dominación a partir de 1970. Las movilizaciones sociales con gran desarrollo en el 69 se extienden y radicalizan sus formas de lucha y atacan directamente la legalidad imperante. La propia institucionalidad burguesa presenta situaciones de crisis, el bloque dominante aumenta sus contradicciones y se divide políticamente, sus sectores más conservadores levantan como candidato presidencial a Jorge Alessandri y la Democracia Cristiana a Radomiro Tomic. La Unidad Popular, alianza hegemonizada por los partidos Comunista y Socialista, más el Partido Radical y MAPU (Movimiento de Acción Popular Unitaria) y, otros menores postulan como candidato a Salvador Allende G. En el MIR, la respuesta a una coyuntura muy compleja mostró la capacidad de Miguel y la dirección para captar los cambios operados en la situación y definir una política flexible que no desdibujara el perfil y quehacer revolucionario; poder actuar como protagonista del proceso, sin avalar la estrategia reformista, ni aislarse social y políticamente; y, al contrario construir fuerza social y partidaria. El propio Miguel lo resume así: “… formulamos una política que, en general, consistió en no llamar masivamente a la abstención electoral, en no proponernos el sabotaje electoral y en no desarrollar nosotros actividad electoral propiamente tal, pero al mismo tiempo reconocer, en el terreno electoral, a Allende la representación de los intereses de los trabajadores y a Tomic y a Alessandri la de los intereses de la clase dominante. Proclamar que si Allende triunfaba se desarrollaría una contraofensiva reaccionaria, y que nosotros, en ese caso, asumiríamos la defensa de lo “conquistado por los trabajadores”. Para todo ello nos propusimos las tareas de trabajo y movilización de los distintos sectores de masas, desarrollo de nuestra capacidad operativa, técnica e infraestructura, a la vez que seguir desarrollando operaciones por un período. También la preparación de un plan masivo de defensa ante la posibilidad de un triunfo de Allende y para ello la ampliación de nuestras relaciones políticas con otras organizaciones de izquierda. En general, estas tareas se llevaron a cabo con un rendimiento aceptable.”(42) Paralelo al proceso electoral, aprovechando la disponibilidad de las masas y el aumento de la actividad política, el MIR elevó su quehacer en ellas, participó y condujo sus luchas en diversos lugares del país, las ocupaciones de terrenos de los pobladores sin casa, movilizaciones obreras de la mediana y pequeña industria y otros sectores fabriles, las masivas corridas de cerco de los mapuches en el sur, ganando más fuerza en los estudiantes; esas luchas las acompañó de acciones directas de masas. Plantándose firmes y amplios pilares para construir un movimiento político y fuerza social con conducción revolucionaria. El MIR adquiría un mayor rol en la política nacional. El accionar de propaganda armada se suspendió definitivamente a fines de junio de 1970. Conducido estrechamente por Miguel y la dirección el quehacer militar se diversifica. Al tiempo que se continúa construyendo fuerza militar propia, se trabaja en la perspectiva de defender un eventual triunfo de la izquierda. Después de amplias conversaciones con Allende y en los meses finales de la campaña, el MIR asume y forma su dispositivo de seguridad, (conocido después como GAP), que además le permitió acceder a recursos militares y de infraestructura. Encabezado por Luciano se inicia el trabajo de inteligencia contra la conspiración de la derecha y el imperialismo; se prosigue el trabajo secreto en las FF.AA; comienza a construirse en talleres propios armamento casero; se fortalecen las unidades operativas; se orienta la constitución de milicias en los frentes dentro de un plan general de enfrentar un posible golpe militar reaccionario, etc. Triunfa electoralmente Allende, se obtenía un triunfo popular que el MIR creía difícil, y exige a la dirección encabezada por Miguel un profundo proceso de discusión para elaborar una táctica adecuada. Se analiza las causas que lo facilitaron, sus alcances, posibilidades, limitaciones, y el papel de los revolucionarios. A los pocos días se sostiene que con el triunfo de la UP “… se abre un nuevo periodo histórico para los trabajadores …es un nuevo avance del pueblo por conquistar el poder y objetivamente favorece el desarrollo de un camino revolucionario en Chile y por tanto favorece también a la izquierda revolucionaria … que se ha formalizado un impasse entre las clases dominantes y los trabajadores (…) que será resuelto por un enfrentamiento entre los pobres del campo y la ciudad con los dueños del poder y la riqueza y hoy está postergado y de seguro se resolverá por la vía violenta …”.(43) Se llamaba a la defensa del triunfo electoral con la participación activa de las masas, el rechazo a negociaciones con la DC y la lucha contra la sedición. Inmediatamente después del triunfo de Allende la derecha y el imperialismo acentuaron sus planes conspirativos, el MIR pequeño grupo que aís y al periodo … Se intentó hacer mucho, pero el instrumento básico (la organización) era malo…”.(25) Eran tiempos de gran efervescencia juvenil en el mundo. El “campo socialista” no aceptaba las desidencias. En la segunda semana de agosto del 1968 junto al Bauchi redactan la declaración en que el MIR condena la invasión a Checoslovaquia por fuerzas del Pacto de Varsovia, reafirmando con ello una líún actuaba con su dirección y un sector del partido desde la clandestinidad multiplica su actividad, junto con desarrollar trabajo de masas, realiza tareas de información e inteligencia, obteniendo antecedentes que le permiten tener una apreciación de que ocurría y se proponían las clases dominantes. Descubrió planes sediciosos e intentos golpistas inmediatos que denunciados oportunamente facilitó abortarlos: el del 22 de octubre de 1970(44), en abril y septiembre de 1971, el pusch del mayor Marshall en marzo de 1972. Desde antes y en esos momentos la relación del MIR con algunas fuerzas de la UP no fue buena, hubo momentos muy críticos, como el 2 de diciembre 1970 en que un miembro de la brigada comunista “Ramona Parra” asesinó a nuestro compañero Arnoldo Ríos en Concepción. Vasto fue el esfuerzo de Miguel y la dirección, especialmente en Santiago y Concepción para superar el problema, hacer razonar serena y políticamente a sectores de la militancia, llegar a un acuerdo de no agresión con el PC y enfrentar firmemente el sectarismo. Con otras fuerzas, la relación fue más positiva y se buscó avances constructivos. Un importante gesto lo dió el presidente Allende, a fines de ese mes liberó a cerca de dos decenas de militantes del MIR que estaban prisioneros y otorgó amnistía a los perseguidos, desarrollando la organización su trabajo en la legalidad. Incluso, Salvador Allende propuso la incorporación del MIR a la UP y su participación en el gobierno con un ministro (se le ofrecía a Miguel el Ministerio de Salud Pública), rechazándolo por diferencias programáticas, estratégicas, una apreciación distinta sobre la situación nacional y como enfrentarla. Se mantuvo la independencia y se dió un apoyo crítico al gobierno. En el periodo la política de alianzas del MIR, contempló básicamente establecer niveles de alianza con la UP o puntualmente con sectores de ella; en menor medida se logró, aunque no se formalizó por el hecho que el reformismo exigía que el MIR abandonara su política independiente, hubo conversaciones al más alto nivel a comienzos de 1971, abril de 1972 y junio de 1973.(45) Se obtuvo sí, un accionar común puntual en todo el país y en muchos terrenos: defensa de la estabilidad del gobierno, movilización de masas, elecciones, lucha conspirativa contra la derecha, marchas públicas, etc. Política definida como: “marchar separados y golpear juntosnea de independencia y al mismo tiempo rechazando un modelo de construcción socialista burocrático y deformante. Las reacciones desde la izquierda tradicional fueron virulentas. En esos meses, Miguel en una decisión nada fácil y bien madurada suspende su especialización y trabajo como médico, volcándose de lleno a la actividad política partidaria. Eran momentos en que aumentaba la actividad de diversos sectores del movimiento de masas. En respuesta el gobierno democratacristiano de Frei Montalva, aumentó sostenidamente el actuar represivo e indolente (asesinatos y represión brutal: Puerto Montt, desalojos, reanudación de faenas, indiferencia para resolver los conflictos; intimidaciones policiales, etc.). Los hechos anteriores estaban evidenciando, las limitaciones y obstáculos de los métodos tradicionales de lucha de masas. Buscando una salida a ésta situación y en la perspectiva de “comenzar acciones que rompieran el círculo vicioso interno y permitieran ampliar nuestra penetración en los frentes de masas …”.(26) el Secretariado Nacional encabezado por Miguel realizó a fines del 68 una fuerte discusión, primero en el comité central y en toda la organización para ganarlo e iniciar las acciones directas de masas y un limitado accionar armado, inicialmente de tipo urbano A las polémicas de táctica y línea organizativa en la dirección se agregó la posición política a adoptar por la izquierda revolucionaria en las elecciones parlamentarias de marzo y las próximas presidenciales. El último trimestre de 1968 y primero de 1969, toda la organización, en especial su dirección enfrenta fuertes y polarizadas disputas. No era posible llegar a acuerdos en el comité central y las decisiones eran casi siempre divididas, “ante la impotencia a que era conducido el MIR por la lucha tendencial y fraccional, el Secretariado Nacional propuso al CC en el verano de 1969, adelantar el congreso para agosto de ese mismo año y se inició su preparación.”(27) En ese contexto la posición mayoritaria del CC encabezada por Miguel encomendó al Secretariado redactar un documento público,(28) allí se sostenía que “… en base a lo analizado, … la agudizació”, y que en ningún momento dejó de lado un progresivo e intenso combate ideológico a las posiciones reformistas y centristas del gobierno y partidos de la izquierda.(46) Paralelamente se extendía la influencia y construcción del partido, reorganiza y amplía su dirección (cooptando a jefes de comités regionales) y retoma un funcionamiento regular y de dirección colectiva el comité central, multiplicando su esfuerzo para atender tanto necesidades de elaboración de políticas, conducción global y atención de situaciones específicas. No obstante, es bueno precisar que esa dirección con Miguel a la cabeza, mantuvo en todo el periodo acentuados rasgos centralistas y limitada democracia interna al no ejercitar en los organismos y bases del partido posibilidades reales de control, crítica, elaboración, ratificación de políticas y legitimidad electiva de sus direcciones; no realizar el IV Congreso Nacional fue consecuencia de ello. Aunque él y miembros de la dirección, siempre estuviéron alertas para enfrentar directamente en las estructuras las divergencias y cuestionamientos políticos que surgían, y nada fácil era oponerse a su “artillería” de argumentos. Al tiempo que se evidencia una mayor maduración en la dirección, no se podía ignorar que la experiencia de clandestinidad había planteado rigurosas exigencias personales y limitaciones especialmente en las formas de vida de los implicados, con algunas consecuencias. En el caso de Miguel largos periodos de separación afectó su relación de pareja y de común acuerdo con su mujer Alejandra habían anulado su matrimonio. Ella se radicó a vivir en Concepción con su hijita Javiera que había nacido en octubre de 1969 en esa ciudad. Más adelante “Aleja”n de la lucha de clases continuará y tomará mayor ímpetu. Ambos procesos el electoral y la movilización de las masas, se cruzará durante el periodo próximo. Papel nuestro será impulsar y empujar el segundo por cauces revolucionarios. Habremos de impulsar y apoyar todo tipo de huelgas legales e ilegales, luchas callejeras, ocupaciones de locales de trabajo, de tierras y terrenos, las acciones directas, etc. En cuanto al proceso político mismo que desencadenaran las elecciones, no podremos marginarnos. Al contrario con toda fuerza participaremos en él. Pero no es necesario, y al contrario, es nocivo desarrollar actividad electoral, de la que nos abstendremos absoluta y categóricamente. Durante todo el periodo cuestionaremos la vía electoral como camino. No lo haremos en abstracto, sino a partir de los intereses y relaciones vivenciales de obreros y campesinos…”.(29) En marzo del 69, la situación se hizo insostenible. Miguel afirmaba: “El rendimiento de las tareas no pasaba del 50 por ciento. Se habían desarrollado enormes tensiones y conflictos internos que hacían imposible el trabajo … No se había logrado romper el círculo vicioso: No acciones armadas por no organización clandestina / no organización clandestina por “innecesaria”, por ausencia de acciones armadas; y, no vinculación orgánica significativa con el movimiento de masas.”(30) Para enfrentar esa situación y definir posiciones el Secretariado planteó una intensa discusión interna relativa a política partidaria. Tomó algunas medidas: nuevas exigencias de ingreso y militancia, reestructuración de los sectores polí hizo un grave cuadro depresivo y en pleno tratamiento por propia decisión se suicidó arrojándose al paso de un tren en el poblado de Hualqui, cerca de Concepción en noviembre 1971. La muerte de Alejandra, fue un duro golpe que hizo sufrir mucho a Miguel y sus familias; agudizado por la actitud de la prensa de derecha y democristiana que sin respetar el dolor de familiares lo explotó políticamente. El nuevo periodo planteó altas exigencias a la dirección y a todo el partido, se respondió activamente a múltiples tareas en los frentes de masas; inicialmente con concepciones políticas insuficientes originadas por debilidades históricas, poca madurez, inexperiencia y poco desarrollo partidario; y que, progresivamente y en el curso del proceso y experiencias fueron superándose y posibilitaron pasar rápidamente de una realidad bastante débil a un grupo revolucionario con amplia y fuerte implantación en sectores del movimiento de masas. Favoreció la línea política impulsada y la constitución y trabajo de los frentes intermedios: Frente de Trabajadores Revolucionarios, FTR; Movimiento Campesino Revolucionario, MCR; Movimiento de Pobladores Revolucionarios MPR; Frente de Estudiantes Revolucionarios y Movimiento Universitario de Izquierda, FER y MUI; y el Frente de Fuerzas Armadas y Carabineros, FREFAC. Es importante tener presente que en la construcción de la política levantada por el MIR hasta comienzos de 1972 influyó de forma negativa “… que no visualizamos el grado de crisis interna que sufría la clase dominante lo que nos hizo ver el problema del “enfrentamiento” bajo una lupa cortoplacista, no visualizamos correctamente el peso del reformismo lo que agravó nuestro inmediatismo, en suma, no apreciamos con precisión el carácter prerrevolucionario que asumía el período.”(47) El 15 de agosto de 1971 acontece la muerte de Luciano Cruz A. Miembro histórico fundador, dirigente de la organización desde 1967, miembro de su comité central, del secretariado y la CP, una gran perdida para el MIR, “era nuestro líder de masas, nuestra mejor expresión popular, el pueblo lo quería, seguía y respetaba… Los trabajadores han perdido un líder y nosotros un militante, amigo y hermano de lucha.”(48) Durante gran parte de 1971 se manifestó una extraordinaria ofensiva popular del movimiento de masas que continuaba avanzando, multiplicaba su iniciativa y capacidad de movilización por sus intereses y aprovechaba las excelentes condiciones que le facilitaba un gobierno de izquierda, el cual había tomado positivas iniciativas para cumplir su programa de reformas de tipo económico y social. A fines de 1971 y con mayor claridad se expresaban las limitaciones de un camino de desarrollo del proceso que en lo fundamental utilizaba restringidamente la porción de poder expresada en el Ejecutivo y sin apelar a una vigorosa actividad de las masas en su apoyo. El MIR planteo en documentos, y muchas veces a través de su secretario general en conferencias de prensa y discursos su posición. Progresivamente y en la medida que fue profundizando y madurando una propuesta alternativa de sociedad, las diferencias fueron más estructuradas y públicas; en el discurso de Cautín, en noviembre 1971, Miguel, junto con reconocer las medidas positivas denuncia, las limitaciones y contradicciones de la UP y el Gobierno y llama a realizar tareas de poder, a la unidad de todo el pueblo, y que en “el combate de los trabajadores, en la fuerza de sus movilizaciones, se desarrolla una fuerza incontenible que nada ni nadie podrá detener, que es la única garantía de un camino revolucionario y socialista.”(49) En febrero 1972, el MIR llama a la reagrupación de los revolucionarios de dentro y fuera de la UP.(50) No obstante las diferencias con la Unidad Popular y el Gobierno, destaquemos que desde antes y durante todo el periodo existió un respeto mutuo y un fluido relacionamiento entre la dirección del MIR y Salvador Allende, especialmente con Miguel y su sobrino Andrés Pascal Allende. Muchas fueron las diferencias, también hubo acuerdos y apoyos mutuos. El propio Allende lo expresaba: “No tengo el menor resentimiento contra el MIR. Los desacuerdos que tenían conmigo, aqutico y especial de la organización, profesionalización de una parte de la Dirección nacional y algunos cuadros medios, traslado de cuadros para multiplicar el trabajo del partido en lugares y frentes prioritarios. Se redactó para el congreso el documento central que recogía la evaluación, caracterización del momento político, nuevas medidas y orientaciones políticas de línea, profundizándose las concepciones programáticas, y precisando más la estrategia político-militar de guerra revolucionaria que superaba definitivamente las concepciones í mismo los discutían, los exponían. ¡Cuántas veces vino Miguel a este despacho! Nunca me dieron un golpe por la espalda, nunca me atacaron por detrás, me advertían con anticipación cuando iban a combatirme públicamente. Los respeto.”(51) En el periodo se desarrolló un amplio contacto y relaciones a nivel internacional. Miguel en numerosas oportunidades viaja a Cuba, para estrechar el relacionamiento político con su dirección, discutir acuerdos específicos de apoyo o profundizar su formación de jefe y combatiente. En su actuar fue consecuente con aspectos centrales del ideario del Ché. Y, aunque el proyecto mirista fue de carácter nacional, desde su nacimiento se caracterizó por su internacionalismo revolucionario; su apoyo solidario impregnó siempre su política y quehacer. Lo reafirman las acciones de internacionalismo revolucionario realizadas, las ideas, iniciativas y pasos prácticos que dió el MIR para gestar condiciones político materiales y constituir la Junta de Coordinación Revolucionaria del Cono Sur junto a organizaciones de revolucionarias de Argentina, Uruguay y Bolivia, a fines de 1972, de ella Miguel fue uno de sus inspiradores y gran impulsor. En los ú“insurreccionalistas” de los primeros años.”(31) Se dio inicio a las “acciones directas” y la autodefensa de masas, para aumentar la penetración del MIR en los frentes. Fueron concebidas -por el MIR-, como un intento de incorporar en el actuar político y reivindicativo del movimiento de masas formas ilegales y conspirativas de lucha (acciones simples de amendrentamiento, propaganda armada en apoyo a conflictos, organización de milicias, etc.), realizadas por sectores de avanzada de un frente, o por bases del partido en él para apoyar directamente el conflicto y elevar el nivel de la lucha reivindicativa y política de masas en huelgas, tomas de terrenos y fundos, ocupaciones de fábricas, etc. El MIR no creó éstas formas de lucha, sino que las recogió del accionar concreto en algunos conflictos y las impulsóltimos días de agosto del 73, acusado de intento de subversión en la Armada, el Fiscal Naval de Valparaíso emite una orden de detención contra él, (también se pedía petición de desafuero parlamentario contra los secretarios generales del PS (Carlos Altamirano) y del MAPU, (Guillermo Garretón), lo anterior le lleva a afirmar que tiene el “privilegio de sumarse a los centenares de marineros, obreros, campesinos y pobladores que hoy son perseguidos y reprimidos por la justicia patronal, civil y uniformada.” Y reafirma “que el MIR, sus militantes y dirigentes, están listos para luchar en todos los terrenos cuando las circunstancias lo hacen necesario.”(52) 9. SU CONDUCCION AL INICIO DEL PERIODO CONTRAREVOLUCIONARIO  La noche del 10 de septiembre circula información sobre desplazamientos de tropas, cuestión reiterada en esos tiempos. La comisión política del MIR est como una línea de acción general y sistemática y poder romper la legalidad burguesa.(32) En medio de ese complejo proceso político interno y externo, miembros del comité regional del MIR en Concepción por iniciativa propia y sin informar a la Dirección Nacional, decidió “amedrentar” un reaccionario y provocador periodista demócrata cristiano en Concepción que editaba diario Noticias de la Tarde y que desde hacía un tiempo venía realizando una tendenciosa campaña contra el MIR. Un grupo operativo lo secuestro el 6 de junio y después de unas horas lo dejó sin ropas en la calle, se originaba el “caso Hernán Osses o el periodista pilucho” como lo llamó la prensa. Esta acción fuera de plan, fué aprovechada como pretexto por el gobierno freísta para iniciar una campaña de persecución ideológica y una generalizada y fuerte ofensiva represiva concentrada en el MIR a fin de encarcelar a este sector de la oposición política, no por el peligro que representaba en ese momento, sino por lo que podía llegar a ser. Los miembros de la dirección del MIR a nivel nacional, de Concepción y numerosos cuadros medios debieron pasar a la clandestinidad y trasladarse a diferentes lugares del país. La minoría interna, acusó que este era un “hecho consumado” del Secretariado Nacional y en especial de Miguel para impedir el congreso y “apernarse” en la dirección. En esas circunstancias, la “oposición interna” formada por los “… grupos más tradicionales dentro del MIR (especialmente algunos de origen trotskista) realizó Miguel en varias oportunidades trata de contactar al presidente Allende. “Tati” entrega el mensaje a su padre: se le insta y propone un plan y los medios para salir del Palacio de la Moneda y pasar a dirigir la lucha de resistencia clandestina desde las poblaciones populares. Allende no acepta: “Yo no me muevo de aquí, cumpliré hasta mi muerte la responsabilidad de presidente que el pueblo me ha entregado. Ahora es tu turno Miguel…”.(53) Un par de horas después Salvador Allende presidente de Chile, gran patriota revolucionario pagaba con su vida, su lealtad a la causa de los trabajadores, levantando una eterna bandera de lucha, y ofrendando en el testimonio de su sangre, que el movimiento popular no se rinde ante los aparatos armados del estado burgués. Miguel y otros miembros de la CP se reúnen después del mediodía con dirigentes del Partido Socialista y el Partido Comunista en el centro fabril metalúrgico Indumet del Cordón Cerrillos para coordinar un plan de resistencia armada, hay acuerdo con socialistas, los compañeros comunistas son contrarios, están a la espera si se cerrará el Congreso Nacional, se retiran. Los restantes junto a obreros son cercados. Combaten por horas. Rompen el cerco. Hay escaramuzas en diversos lugares. En la tarde con el país controlado por las FF.AA y el movimiento de masas pasivo y replegado era evidente la no contención del golpe. Con gran impotencia y rabia Miguel y la CP dan orden de repliegue, mantención de acciones de hostigamiento y el paso a la clandestinidad. La situación hacía evidente para el MIR que, a pesar de sus denodados esfuerzos, de transformarse en el curso de la crisis del sistema de dominación, de grupo en vanguardia revolucionaria del movimiento de masas, no lo logró y, allí residió una de las causas fundamentales de la derrota en el enfrentamiento de septiembre de 1973. No alcanzó un peso político ideoló un congreso fraccional con participación de minorías de los CR de Valparaíso, Coquimbo y Santiago; reconocido esto por ellos, el 75% del CC (el 25 de julio de 1969) decidió

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