PLEO rb: el verdadero renacer de los dinosaurios - ...los juguetes robots

Si hay un mascota con la que todos soñamos desde pequeños, es el dinosaurio. ¿Quién no se ha imaginado un bicho como Dino el de Los Picapiedras?. Pleo, el dinosaurio robot, viene a satisfacer ese sueño.

Los creadores del Pleo original desaparecieron apenas dos años después de que se pusiera a la venta el primer bicho. Entre los argumentos se barajan los altos costes de producción sumados a las escasas unidades vendidas. Este completo pseudojuguete nacido de una de las mentes creadoras de Furby, bastante más exitoso, no fue un rotundo fracaso, y viendolo así otros fabricantes se hicieron cargo de reflotarlo con una versión muy mejorada Pleo RB.

No hay duda de que todos soñamos con poseer uno de esos juguetes robotizados, sin embargo se tiene que tener en cuenta:  ¿quién es el destinatario final de un juguete y quién puede gastarse en él casi 400€ ($500)? O eres hijo de un oligarca ruso o un friki con pocos sábados de fiesta, está claro. Pleo es muy caro.

Sin duda alguna estamos frente a un juguete fuera de serie, un dinosaurio cargado de sensores y motores que permiten una interactuación fascinante. Si ya el Pleo original, con su tacto gomoso pero agradable, desataba pasiones, esta segunda versión mejorada resulta sencillamente deliciosa. Las mejoras aplicadas en el “rb” (ReBorn) han relanzado el juguete, sin embargo no se encuentra en jugueterías…

La nueva versión se enfrenta a los mismos problemas que su antecesor: precio alto -si bien aún no llega a los precios desorbitados de Aibo (el perro robótico de Sony) con 1.400€ – y pobre autonomía (pese a haber subido hasta las 2 horas). A esto hay que añadir el disparatado precio de los accesorios o baterías adicionales.

Como valor añadido se ha introducido un SDK (llamado muy originalmente PbrDK) con el que pretenden picar a los desarrolladores para que se introduzcan mejoras.

¿Qué le falta? Primero reducir el precio. Es fácil entender que un invento como este no puede reducir mucho más su margen de beneficios, pero por el momento sólo es asequible para unos pocos, mientras que su simpática competencia Furby 2 está al alcance de casi cualquiera. La otra gran mejora que pide a gritos, es saber interactuar con otros  similares a él y apps que permitan una mayor comunicación entre el usuario y el dinosaurio (por ejemplo un traductor pleo-humano).

Los robots mascotas han llegado para quedarse. Por ahora da igual si se parecen aun perro, a un dinosaurio o a un gremlin amputado. Aunque sea lentamente, a medida que ganen autonomía y capacidad de reacción se irán introduciendo en la sociedad, de eso no hay duda.

De mientras, a soñar con tener 400€ para gastarlos alegremente. Si no, una recomendación: aunque tenga forma de zurullo, Pou es una mascota más expresiva y gratis para Android.

Ya puestos…¿no os parece que la nueva versión de Furby ha perdido todo el carisma?