Revista Salud y Bienestar

Podemos abre el debate sobre la posible creación de un sistema de compensación de daños por vacunas

Por Miguel @MiguelJaraBlog

El grupo político Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea ha dirigido una pregunta formal al gobierno para saber qué opina de los fondos de compensación por acontecimientos adversos relacionados con las vacunas. La idea, que expuso Izquierda Unida (IU) hace tiempo, es interesante pues puede abrirse un debate hoy pendiente en España; en otros países como Estados Unidos ya tienen ese tipo de sistemas.

Lo interesante es que por fin comienza a debatirse, al menos a debatirse, lo que debería ser un hecho y en muchos países existe desde hace años, un sistema de compensación por los daños que puedan producir los sistemas de inmunizaciones.Vacunas_V_de_Vida

Como explica el médico Javier Padilla, la existencia de un sistema de compensación como el que se debate tiene toda la lógica pues las vacunas se aplican a personas sanas, de manera sistematizada y en el marco de las recomendaciones que hace la Administración sanitaria para conseguir la denominada inmunidad de grupo con la parte de ellas que sirve a tal fin.

Escribo esto porque no todas las vacunas sirven para prevenir una enfermedad en toda la sociedad sino sólo en la persona que se la pone, como la del tétanos por ejemplo.

Por ello, Sanidad (y los laboratorios) han de correr con los gastos de recuperación física y moral de las personas dañadas o si ha habido un fallecimiento investigarlo, ayudar a la familia y compensar su pérdida (si es que esto es posible porque una vida no puede valorarse económicamente).

Todos los medicamentos pueden ofrecer efectos secundarios, todos. Y las vacunas son fármacos. Éstas también causan daños, la mayor parte suelen ser de poca importancia.

AAVP Ministerio Sanidad papiloma

Familias afectadas por la vacuna del papiloma frente al Ministerio de Sanidad.

Pero como casi todo en la vida hay un pero. En un tanto por ciento de las personas que las reciben y que se presume muy pequeño (existe infranotificación de reacciones adversas y ello hace imposible saber con exactitud la magnitud del problema) los daños son graves e incluso se registran muertes relacionadas con las vacunaciones. 

En septiembre de 2015 publicamos que había entonces 352 muertes por la vacuna del papiloma notificadas ante la Agencia Europea de Medicamentos.

Hoy en España NO existe dicho sistema de compensaciones y no sólo eso, sino que las familias afectadas por vacunas, algunas de las cuales han perdido a sus bebés, sufren el olvido y ninguneo de la administración y laboratorios, algo que dejaremos para un post en el que ilustraré con profusión a qué me refiero si no se entiende pero mientras podéis leer sobre las posibles responsabilidades del lobby de la vacuna de la varicela en la muerte del pequeño Alejandro.

En 2013, José Tuells, de la Cátedra de Vacunología Balmis del Centro Superior de Investigación en Salud Pública (CSISP) de la citada Universidad de Alicante, publicó en la revista Medicina Clínica el trabajo Razones para un programa de compensación de daños por acontecimientos adversos relacionados con vacunas en España.

Cita en él un contrato moral del Estado sobre la vacunación de sus ciudadanos. Repasa la situación internacional de algo, insisto, inexistente en España, los sistemas de compensación de daños y después analiza la situación in Spain y concluye:

Resulta evidente, por otra parte, que las vacunas contra la gripe pandémica A (H1N1) de 2009 y contra el virus del papiloma humanohan generado debate, controversia, solicitudes de moratoria, resistencia y ruido mediático. Algo parece haber cambiado y negar u ocultar esa preocupación no es una buena estrategia. Hay que aceptar el hecho de que en España no hubo, pero sí que hay una polémica abierta que pone en cuestión algunas vacunas, haciendo el énfasis en la preocupación sobre su seguridad, su coste-eficiencia o la debilidad de su evidencia científica”.

En su artículo original podéis leer las ideas que ofrece este profesional (o si lo preferís tenéis el resumen que publicamos en este blog: Propuesta de programa de compensación de daños por vacunas en España).

vacunas justas jaraA raíz de la publicación de mi libro Vacunas, las justas, en numerosos foros he insistido en la necesidad de que en nuestro país (y en los que aún no exista) se desarrolle una iniciativa así.

Es de justicia con quienes padecen la iatrogenia, los daños causados por el propio sistema sanitario y sus tratamientos y ayudaría a mejorar la concepción que tiene hoy la población de los sistemas de vacunaciones, cada vez más crítica.

La propuesta de IU fue muy similar a la que aplica en Estados Unidos (desde el año 1988), que industria de las vacunas y Administración sanitaria corran al 50% con los gastos de compensar a las familias afectadas por la citada iatrogenia. No entro a valorar los pros y contras de ese sistema pero me parece claro que su sola existencia manda un mensaje de confianza, al menos que si sucede algo malo la persona no va a vivir en soledad su sufrimiento y quedar desatendida, como ocurre hoy.

El propio Tuells, a quien conozco en persona y es un profesional serio, publicó el año pasado en Gaceta Sanitaria otro artículo titulado Controversias sobre vacunación en España, una oportunidad para la vacunología social.

El catedrático cita

una aparente merma de crédito de las vacunas, que parecen afectadas por una crisis de confianza”.

También expone lo siguiente:

Los salubristas, en defensa de la vacunación, deben fomentar la transparencia, buscar la evidencia de forma independiente e investigar en seguridad vacunal. Tienen que convencer a las autoridades sobre la necesidad de monitorizar los efectos adversos, crear un fondo compensatorio por daños derivados de las vacunas, hacer realidad un calendario único infantil y asumir la responsabiliad de formar en vacunología”.

Y cree que el debate sobre la seguridad (o falta de la misma) de las vacunas se ha

visto frenado por el temor a las reclamaciones o a la posibilidad de dar argumentos a los contrarios a la vacunación“.

El miedo a los posibles daños es clave para entender el rechazo a las vacunas en general o a alguna en particular. Un sistema de compensación de esos daños, si bien no aplacaría el lógico miedo a que una persona sana enferme o muera en un acto sanitario, sí ofrecería coherencia y mejoraría la capacidad de elegir bien informados y con libertad.

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