Revista Opinión

Podemos o no Podemos. Esa es la cuestión. (2)

Publicado el 03 febrero 2015 por Manuhermon @manuhermon
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La sociedad española que conocíamos está siendo destruida. Es un proceso que viene siendo perceptible desde hace años y que se ha acelerado con las crisis; económica, política, institucional, territorial… coincidentes en el tiempo con el cambio de siglo, e iterando entre sí con el cambio de época que supone la globalización, los mercados y los emergentes, que tiene relación con la redistribución de los equilibrios de poder a escala planetaria, que de forma sintetizada suponen un desplazamiento hacia el área del Pacífico y una pérdida del peso de Europa. Serán inútiles los intentos de comprender lo que ocurre sin incorporar los cambios producidos en los países emergentes, tratar de enfrentar los problemas españoles de crecimiento y paro sin considerar la pérdida de competitividad con el resto del mundo, o de comprender la amenaza de la deuda sin considerar la relación con los mercados financieros, será ridículo.  Hay otra crisis producto de todas ellas, basamento de las mismas, la pérdida de moralidad que acepta el incremento de las desigualdades como algo natural y peor aún, conveniente, probablemente sin la crisis ética no hubiéramos llegado a esta situación tan desastrosa. La corrupción se extendió como la espuma durante los años de bonanza, la ciudadanía en su conjunto prestó poca atención a la misma, hasta que la burbuja reventó y los inmorales sin escrúpulos se hicieron visibles por todas partes, pero lo peor fue su impunidad y el apoyo que les prestaron millones de ciudadanos que no sabían que ‘la ética abarata costes en dinero en energía y en sufrimiento’, Adela Cortina.
Solo la bajeza moral extendida entre amplias capas de población justifica el apoyo electoral de tanto corrupto, de todos los partidos, sean ERE’s andaluces o la gran mancha corrupta de Gurtell, y Bárcenas… La pérdida de moralidad llegó a parlamentarios y gobernantes que encubren y apoyan, premian con colocaciones bien pagadas, y llegado el caso indultan a culpables sentenciados, de los suyos. Ya les da igual el tipo de delitos, sea agresión sexual o robo. Solo una gran pérdida de moralidad de la ciudadanía permite explicar la insistencia en el apoyo a los mal nacidos, eso son los votos que les reeligen en los cargos, como ejemplifica el mantenimiento de tanta corrupción en Levante: accidente de metro de Valencia, el mayor de la historia de España, tapado apenas sin investigación, aeropuertos sin aviones, fiascos televisivos, basuras y recalificaciones, grandes obras de Calatrava, derroches a cuenta de la visita del Papa,... Casi da lo mismo que cada día salga una nueva noticia, la alcaldesa del PP en Alicante o los urinarios de superlujo de la fórmula 1, o la existencia de medio grupo parlamentario del PP valenciano imputado, pero sentado en sus escaños.
A consecuencia de la crisis económica, los gobernantes y el empresariado mezclan y agitan para justificar recortes en derechos y libertades, en condiciones de vida y dignidad, que nos retrotraen al pasado franquista aumentando las desigualdades, mientras vemos corruptos en altos cargos políticos y empresariales. Estamos volviendo a la España de la caridad, en donde se mueven los nacional católicos, cuentan con la complicidad de los medios de comunicación para ocultar que la sociedad tenga como principios la justicia y solidaridad, la equidad y libertad. La Iglesia española, custodia de la moral de la derecha ha perdido toda referencia y ejemplaridad referida a la moral entre sus feligreses conservadores, está perdida en su cruzada contra la ley del aborto y matrimonio, por suprimir Educación para la ciudadanía, y por aumentar sus ingresos directos del Estado, o los indirectos, a través de concesiones y prebendas de colegios, o inmatriculaciones por las que está adueñándose del patrimonio común de los españoles, como la Mezquita de Córdoba, o miles de fincas, edificios, ermitas… Pero ¿conocen ustedes proclamas contra los corruptos? ¿En contra de indultos a delincuentes sentenciados?
Los resultados de las encuestas que encumbran la nueva realidad de Podemos tras las elecciones europeas, pueden confundir a mucha gente creyendo que encuestas y elecciones son la misma cosa. No es así, y además la foto fija de hoy puede modificarse en el plazo de seis o doce meses, en todo caso una cuestión se plantea reflejada en varias preguntas: ¿Un gran conglomerado progresista fue útil en el pasado? ¿El papel de gran aglutinador progresista que el PSOE tuvo antaño está vacante o en litigio? ¿Tendría que ser sustituido por otro gran aglutinador? Una nueva situación podría surgir si los militantes socialistas tuvieran suficientes agallas como para reconducir la situación, implicaría apartar a muchos de ellos y abrir puertas a gente nueva lo cual daría lugar a la duplicidad de aglutinadores. Podemos y PSOE ambos compitiendo por grupos de votantes en gran parte similares, dejarían el terreno expedito para que el PP lograra mayoría, porque el sistema electoral prima la concentración y penaliza la dispersión.
Sean ustedes afines o contrarios a Podemos, militantes de uno u otro partido, ‘Podemos o No Podemos’ trata de mostrar el tránsito que hemos seguido y la situación a la que hemos llegado; guste o no la forma que tome la resultante Podemos, a la cual le queda mucho por definirse, aprueben o no sus proclamas y alternativas, recuerden que participaron por acción u omisión en el proceso que nos ha traído hasta aquí del que pudieron ser protagonistas en algún momento: Podemos emerge de una parte de la enorme indignación de la que se alimenta. La indignación aparece como consecuencia de la crisis económica, que transmutó a las instituciones, la política y la sociedad en su conjunto. La crisis, económica, política, institucional, fue sobrealimentada por los errores y cegueras de las élites gobernantes, intelectuales, políticas y económicas, hasta hundirnos en una crisis de época, un mundo nuevo en el que globalización, mercados y emergentes, son aspectos esenciales para la comprensión de la misma y en el que los españoles no hemos encontrado todavía caminos de salida. Es ahí en los que deberá encontrar acomodo la nueva formación, definiéndose sobre ellos se definirá a sí misma y ésta es una tarea hasta ahora no realizada. 
Manuel Herranz Montero. ‘Arian seis’. Enero 2015

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