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Podemos: ¡Que vienen los comunistas!

Publicado el 17 octubre 2014 por Elchesemueve Alberto Díaz Calatayud @Elchesemueve
Podemos: ¡Que vienen los comunistas!

No pasa un día en que alguno de los más insignes representantes de La Casta no se refieran a Podemos como el mismísimo demonio que ha llegado desde lo más recóndito del infierno a quemar nuestras almas y a hacernos vagar entre tinieblas por toda la eternidad. Epítetos de todo tipo se han utilizado contra la formación ciudadana liderada por Pablo Iglesias. Como quiera que estos no han causado el efecto esperado, los padres de la patria han decidido ser más directos, más concisos en sus explicaciones y hacer un uso indisimulado del miedo. Ya sabemos que el miedo es un arma poderosa, como decía Dotoyevsky, "tomar un nuevo paso, decir una nueva palabra, es lo que la gente teme más". En esas estamos.

Ahora tenemos a Felipe González, Alfonso Guerra, Pedro Sánchez, Esperanza Aguirre, Mariano Rajoy o José María Aznar acusando al Podemos de populismo y de querer destruir el marco democrático que con tanto esfuerzo nos costó construir desde la Transición de los años posteriores a la dictadura.

El caso de Felipe González es paradigmático. Los que tenemos cierta edad y recordamos perfectamente los comienzos de la democracia en España aún lo vemos con su chaqueta de pana, sin corbata y con gesto adusto defendiendo a los trabajadores de este país. Su verborrea y capacidad para explicar las cosas no tenían parangón. Se trataba de un personaje con fuerza, carisma y personalidad a raudales. Por eso ganó en 1982 las Elecciones Generales con la mayoría absoluta más importante de la democracia. Lo hizo acompañado de Alfonso Guerra, su segundo de a bordo en el PSOE, un sujeto más vehemente que el primero y que suponía un contrapunto perfecto del primero. Mientras Alfonso Guerra se retiró de la política activa hace más de veinte años, por desavenencias con Felipe González, este último hizo uso y abuso de lo que llamamos puertas giratorias para conseguir un puesto muy bien remunerado en el Consejo de Administración de Gas Natural Fenosa, a la sazón, 126.500 €. No contento con eso, cobra un sueldo público del Estado como ex-presidente, aunque él dice que no, ya que ese sistema lo implantó Adolfo Suárez, se puede derogar en cualquier momento y que, por tanto, no es un sueldo público. Una curiosa forma de verlo.

Ahora es común ver a Felipe González disfrutando en un yate en alta mar y descansando en los mejores lugares de ocio de España. Por supuesto, es defensor a ultranza del actual sistema democrático que tenemos y alérgico a cualquier propuesta que ponga en peligro su statu quo, incluido, obviamente, Podemos. Igual que Alfonso Guerra, a los que se ha unido Pedro Sánchez y los antes mencionados. En un alarde de ineptitud y cinismo se han descolgado con unas manifestaciones acusando a Podemos de querer destruir la democracia.

Uno se pregunta qué idea tienen estos sujetos de la democracia. Que sepamos, con ellos al mando durante casi 40 años, en España hemos conocido el terrorismo de Estado, la burbuja inmobiliaria, corrupción en todos las instituciones, nepotismo, promesas incumplidas, jueces apartados de la judicatura en cuanto intentaban cambiar algo, represión policial, sumisión incondicional a los poderes financieros y un largo etcétera que más o menos todo el mundo sabe.

Pero ahora llega Podemos y resulta que muestra las cuentas de su partido en su web y bien claras. Propone medidas de estímulo económico para las familias, rescatar a estas de la crisis, exigir a las entidades financieras que devuelvan el dinero de su rescate, pedir una auditoria de la deuda con el fin de determinar cuál es pública y cuál privada, devolver la soberanía a los ciudadanos, eliminar las puertas giratorias para los cargos políticos que dejan su puesto, limitar los sueldos de los directivos y ejecutivos, etcétera, etcétera, etcétera. Medidas, por otra parte, nada irreales y más aún, que exige la ciudadanía, esa que va a votar cada cuatro años y que luego ha de observar impotente cómo estos bandoleros hacen lo que les viene en gana. Se trata, en definitiva, de devolver la democracia a su verdadero dueño, a la gente. Pues bien, eso es destruir la democracia para La Casta.

Es un patético alarde de creerse los únicos capaces de abogarse el término democrático y únicos válidos para gestionar este fin. Pero en definitiva esto se traduce en lo que he expresado al principio, miedo, pero en este caso de ellos, no de los ciudadanos. Tienen pavor a que se les acaben las prebendas y los privilegios de los que han estado disfrutando durante cuatro décadas. Y por último, en vez de reunirse a debatir sobre Podemos y las consecuencias desastrosas que supondrían su desembarco en el poder, deberían preguntarse cosas como:

  • ¿Por qué en España unos viven nadando en dinero y otros -los más- en la pobreza extrema?
  • ¿Por qué aprobamos leyes para callar a la gente que se manifiesta en la calle con sanciones y penas de cárcel?
  • ¿Por qué todavía hay familias en España siendo deshauciadas?
  • ¿Por qué no hemos conseguido que a los estafados por las preferentes de Caja Madrid les hayan devuelto su dinero?
  • ¿Por qué ningún banquero ha visitado aún la cárcel y sí muchos manifestantes?
  • ¿Por qué somos absolutamente incapaces de disminuir el paro en este país?

Así hasta el infinito. Pero no, prefieren estar a otras cosas más importantes para ellos, su bienestar futuro. Pues no lo van a poder evitar. Podemos será lo que la gente quiere que sea, gracias al voto, algo que demandaban al comienzo del Movimiento 15M, claro que, ellos no esperaban esto y ahora tampoco les sirve que ganen en las urnas, hay que pararlos de la forma que sea.


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