¿Podría la materia oscura causar las extinciones masivas en la Tierra?

<img src="//i0.wp.com/www.erraticario.com/wp-content/plugins/send-to-kindle/media/white-15.png" alt="" title="" width="" height="" data-recalc-dims="1">Send to Kindle<img src="data:image/gif;base64,R0lGODlhAQABAIAAAAAAAAAAACH5BAEAAAAALAAAAAABAAEAAAICRAEAOw==" data-lazy-original="http://i1.wp.com/www.erraticario.com/wp-content/uploads/2015/02/V&amp;#195;&amp;#173;a-L&amp;#195;&amp;#161;ctea.jpg?resize=640%2C427" alt="V&amp;#195;&amp;#173;a L&amp;#195;&amp;#161;ctea" title="" data-recalc-dims="1"><noscript><img src="//i1.wp.com/www.erraticario.com/wp-content/uploads/2015/02/V&amp;#195;&amp;#173;a-L&amp;#195;&amp;#161;ctea.jpg?resize=640%2C427" alt="V&amp;#195;&amp;#173;a L&amp;#195;&amp;#161;ctea" title="" data-recalc-dims="1">Las extinciones masivas podr&#237;an estar relacionadas con el paso de la Tierra por zonas en que abunda la materia oscura, seg&#250;n un estudio firmado por Michael Rampino, profesor de Biolog&#237;a de la Universidad de Nueva York, y que ha aparecido en el Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, una de las revistas cient&#237;ficas m&#225;s importantes en el mundo de la astrof&#237;sica.El disco gal&#225;ctico contiene, adem&#225;s de sistemas estelares y nubes de polvo c&#243;smico, concentraciones de materia oscura, que no se sabe qu&#233; es exactamente porque no interact&#250;a con la radiaci&#243;n electromagn&#233;tica, que es la base del conocimiento humano, pero cuya presencia se descubre por los efectos gravitacionales que provoca.La Tierra orbita la galaxia en ciclos de 250 millones de a&#241;os, haciendo un movimiento ondulatorio que la lleva por encima y por debajo del disco en ciclos de 30 millones de a&#241;os. Seg&#250;n el estudio, el cruce de este eje coincide con los eventos de extinci&#243;n masiva que han tenido lugar en el planeta a lo largo de su historia, como pudo ser el impacto del cometa que acab&#243; con los dinosaurios.Seg&#250;n Rampino, la materia oscura que se concentra precisamente en el disco tiene dos efectos devastadores: por un lado, altera las &#243;rbitas de los cometas en el Sistema Solar, aumentando las probabilidades de impacto sobre la Tierra; por otro, y quiz&#225;s m&#225;s importante, aumenta el calor del n&#250;cleo terrestre.Esto &#250;ltimo se debe a que las part&#237;culas de materia oscura se almacenar&#237;an en el interior de la Tierra seg&#250;n &#233;sta cruza el disco, y sus interacciones, que las llevan a aniquilarse unas a otras, aumentar&#237;an el calor interior del planeta hasta el punto de activar fen&#243;menos geof&#237;sicos como erupciones volc&#225;nicas, movimientos tect&#243;nicos, desplazamientos de los polos magn&#233;ticos y cambios en el nivel del mar.Los eventos ligados a las extinciones masivas suelen ser una inc&#243;gnita que abre numerosas v&#237;as de especulaci&#243;n. No fue hasta los a&#241;os 80 que la idea de los impactos c&#243;smicos se empez&#243; a tomar en serio, lo cual permiti&#243; profundizar en este sentido y establecer v&#237;nculos que hasta entonces se hab&#237;an considerado improcedentes.Rampino fue un pionero de tales estudios, y el creador del modelo astrogeol&#243;gico de extinciones masivas, conocido como &#8220;hip&#243;tesis de Shiva&#8221;, que toma su nombre del dios hind&#250; de la destrucci&#243;n &#8211;junto a Brahm&#225;, el creador, y Visn&#250;, el preservador&#8212;.Este modelo fue desarrollado en la d&#233;cada de 1990, y se postula como &#8220;una teor&#237;a general de las extinciones masivas tras una cat&#225;strofe por impacto&#8221;, sugiriendo una relaci&#243;n directa entre un &#250;nico fen&#243;meno c&#243;smico por determinar y las cinco grandes extinciones de los &#250;ltimos 540 millones de a&#241;os, adem&#225;s de otras veinte extinciones menores.El Sistema Solar est&#225; rodeado por ciertas nubes de objetos transneptunianos de donde proceden los cometas: el cintur&#243;n de Kuiper, el disco disperso y la nube de Oort, que a&#250;n no ha podido ser observada directamente y que se sit&#250;a a un a&#241;o luz del Sol. Debido a su distancia y dispersi&#243;n, la poca ligaz&#243;n gravitacional de sus objetos ha de ser muy sensible a cualquier influjo externo, como otras estrellas, haciendo que se proyecten al interior del Sistema Solar a la m&#225;s m&#237;nima alteraci&#243;n.En 1984, un controvertido estudio dirigido por Richard Muller, de la Universidad de Berkeley, postul&#243; la existencia de una estrella enana marr&#243;n, N&#233;mesis, que alterar&#237;a la nube de Oort cada 26 millones de a&#241;os y provocar&#237;a una lluvia de cometas muy superior a la habitual, explicando as&#237; las extinciones masivas.Aunque la hip&#243;tesis de Nem&#233;sis nunca ha sido tomada en serio, la idea de una posible compa&#241;era para el Sol ha sido defendida en los &#250;ltimos a&#241;os por el astr&#243;nomo Konstantin Batygin, del Centro Harvard-Smithsonian de Massachusetts, quien explica la inclinaci&#243;n de la &#243;rbita de la Tierra con respecto al ecuador del Sol por una alteraci&#243;n gravitatoria provocada por esta presunta N&#233;mesis.La Tierra orbita en un plano que se inclina 7 grados con respecto al ecuador del Sol. Otros planetas tienen rangos m&#225;s acentuados.&#160;Seg&#250;n Batygin, la falta de alineaci&#243;n es el resultado natural de un tir&#243;n gravitatorio causado por una segunda estrella.En este sentido, Batygin recuerda que la mayor&#237;a de los sistemas estelares son binarios, lo cual se debe a las circunstancias en que nacen las estrellas: las nubes de gas de donde se forman suelen ser m&#225;s alargadas que esf&#233;ricas, y esto facilita que el material se condense en dos focos y no en uno, favoreciendo as&#237; la aparici&#243;n de sistemas con dos estrellas compa&#241;eras.Si bien Batygin supone que en alg&#250;n momento de un pasado lejano, antes de que los planetas nacieran de un supuesto disco protoplanetario, la estrella march&#243; libre, la propuesta de Muller era que esa supuesta enana marr&#243;n podr&#237;a ser la causante de alteraciones en la nube de Oort.En este marco cosmol&#243;gico, el nuevo estudio de Rampino viene a ofrecer un nuevo escenario con que explicar las alteraciones de la nube, que es lo que todas las hip&#243;tesis que relacionan la acci&#243;n c&#243;smica con la geol&#243;gica tienen en com&#250;n, y amplia los efectos a un recalentamiento del n&#250;cleo terrestre. En este &#250;ltimo sentido, seg&#250;n explica el profesor de Nueva York en el comunicado de la Royal Astronomical Society, puede que la desconocida materia oscura sea la clave de una serie de eventos cuyas causas estar&#237;an en los sucesos c&#243;smicos, y no s&#243;lo en procesos exclusivos del planeta.</span>