Esta es de aquellas recetas que no son nada complicadas de hacer, económica y que cunden mucho ya que la salsa se puede alargar.
También hay que tener en cuenta las grasas, el pollo es carne blanca y por tanto es baja en ellas, la berenjena absorbe mucho aceite al freírla y yo aquí he empleado muy poco precisamente para que eso no ocurra.
Creo que se trata de un plato equilibrado y si encima lo acompañamos de un arroz blanco mejor que mejor y ya con una ensalada de entrante tenemos una comida completa.

Trocear las berenjenas lavadas en dados, salar y dejar en un escurridor unos 30 minutos. Lavar y secar.
En una cazuela con un poco de aceite dorar la pechuga de pollo cortada a dados. Reservar.
En esa misma cazuela poner los dientes de ajo enteros y sin pelar, la berenjena y dorar todo unos 5-6 minutos removiendo con frecuencia. Añadir el tomate frito dar unas vueltas e incorporar el pollo reservado, salpimentar, verter el caldo y semitapar.
Dejar cocer el conjunto a fuego medio-lento unos 10-15 minutos hasta que la salsa sea un poco densa. Espolvorear con hierbas provenzales.
NOTA: El pollo limpio de grasas o nervios que pudiera tener. ** Las berenjenas se ponen con sal para que “suden” el amargor que pudieran tener. ** Perfecto para llevar al trabajo o al centro de estudios ** Si se deja de un día para otro sabrá mejor. c/s = cuchara sopera