Revista Infancia

Poniendo a dieta el cerebro del niño

Por Celia Garabaya @britishbubbles

poner el cerebro del niño a dietaEstamos perdidos. En pleno siglo XXI, con toda la información a nuestro alcance, vemos que cada vez más estamos más perdidos cuando hablamos de educar a un niño. Puede ser que antes, no le dieran tantas vueltas a todo. Puede que lo que nos cuentan o recordamos de tiempos pasados no sea exactamente como creemos. Aunque una cosa está más que clara. Estamos perdidos. Y los que de verdad lo pagarán serán nuestros niños en un futuro. Con lo que no quiero decir que los padres tengan la culpa, como ya comentaba en otro artículo anterior. Veamos algunos de los vicios que estamos cogiendo a la hora de cuidar y educar a nuestros niños. Y que poco a poco, se va adueñando de sus cerebros. Para formar su base y el carácter del niño.

Hacerle daño sin querer.

Antes de empezar, me gustaría aclarar. Que no pienso que todo el mundo esté educando mal a sus hijos. Pero, si que hay una serie de pautas, que cada vez se extienden más y las tomamos como normales. Cuando en verdad, de normales no tienen nada. Muchas veces no nos damos cuenta, otras pensamos que no es tan malo o que lo corregiremos a partir de la semana que viene. La cuestión es darse cuenta y ser un poquito más crítico con uno mismo. (Soy muy consciente de que opinar es fácil y gratuito. Pero, para solucionar un problema, antes debemos verlo.)

Y por suerte, no todos los niños son iguales. Y aunque el ejemplo de los padres, sea el pilar más importante en la educación de los niños. Con el tiempo, muchos niños cambian solo por el ambiente. No quiere decir que un niño que se porte mal en los primeros 4 años, ya vaya a ser un delincuente. Todo, todo tiene arreglo si trabajamos y sobre todo, PASAMOS TIEMPO CON NUESTRO NIÑO.

Tópicos que hacen adelgazar al cerebro.

Si hay algo que seguro no necesita una dieta, es el cerebro de nuestro niño. Eso que se dice que los tontos son más felices. No te voy a llevar la contraria. Pero, quiero un niño que piense y con el que se puede hablar. Veamos algunas de esas actividades o ejercicios que hacen que su cerebro adelgace a marchas forzadas.

  1. La televisión: Creo que es un tema del que hemos hablado largo y tendido en muchas ocasiones. Es un mal que llego a la infancia, más o menos en nuestra generación. Y los hábitos han cambiado en nuestra sociedad al ritmo de los avances tecnológicos. La tele, no es mala. Al igual que una pistola por sí, no es mala. Todo depende del uso que le demos. La televisión, consigue que nos quedemos embobados mirándola
    cuidado al educar al niño
    y evitemos pensar. Ideal para cuando llegas a casa después de 8 horas trabajando y lo único que quieres hacer es nada. Entonces, la tele es ideal. Para los niños, puede tener dos visiones totalmente diferentes. Utilizada como un instrumento educativo, es muy útil y ayuda al niño a visualizar y a recordar. Pero, por desgracia, hoy en día, la utilizamos con los niños. Como una forma de descansar nosotras/os. La televisión mata toda la creatividad posible que pueda tener el niño. Ya que se lo da todo hecho. Y aunque vea mundos mágicos, no será por que él se los ha imaginado.
  2. Nuevas tecnologías: Es una extensión de la televisión. El problema, es que ahora la llevamos con nosotros todo el rato. Vamos lo ideal para los niños. Un viaje en coche con los niños, ya no es lo mismo, desde que hay dvd portátil para el coche. Los móviles, son ideales para cuando estamos fuera y el niño molesta. Hoy en día, es la mejor forma de poner el cerebro del niño a dieta. Y no. Por complejas que sean las apps, el niño aprende mil veces más en el campo cogiendo piedras. Que jugando a una app. Aunque haya sido diseñada por los mejores expertos.
  3. Decir que si: Está claro, los padres estamos muy cansados. O comemos peor y no tenemos energía, o la vida del s.XXI nos supera. Con cuantos padres hemos hablado de lo impensable que sería tener ahora 5 niños (hay casos, pero no como antes) Ya no es que económicamente no se pueda. Es que estamos demasiado cansados para enfrentarnos a ello. Después de una dura jornada de trabajo, vuelta a casa con ganas de descansar. Y lo más rápido para cortar discusiones, broncas… Es decir que si al niño. Quiero esto, vale. Pero, estate callado.
  4. Recoger: Es verdad, que estar 15 minutos detrás del niño para que recoja los juguetes es un rollo. Cuando seguramente nosotros en 30 segundos lo hayamos recogido todo. Por que voy a perder el tiempo detrás del niño para que recoja. Es sencillo, para que aprenda.
  5. Comer lo que quiera: No voy a entrar en la salud de los niños. Como hemos dicho, hoy va del cerebro. Y los niños tienen que tener normas, reglas, como las tenemos nosotros. Y tienen que aprender a vivir. No pueden hacer lo que quieran. Y la comida, es un buen momento para que los niños aprendan responsabilidad ante la vida.

Conclusión.

Cuando somos padres, pasamos a un segundo plano. Y por desgracia, la buena educación es la que lleva mucho tiempo. Aunque es compleja, en verdad, nuestros padres lo hicieron, nuestros abuelos, bisabuelos… Y parece que el mundo va para adelante. Por suerte, la educación, no es una carrera de corta distancia, sino de larga, muy larga distancia.

Lo que quiere decir, que podemos y debemos cometer errores para aprender y mejorar en nuestro camino. O no es lo que siempre nos dicen. Debemos dejar que se equivoquen para que aprendan. ¿Qué tenemos de diferentes nosotros?. es evidente que durante la paternidad nos equivocaremos en muchísimas ocasiones. Pero, tendremos tiempo para solucionar el problema.

Lo más importante, más que lo que le compres, lo que le des, el rato que le dejes ver la tele, las chuches que le des… Es el tiempo que pasas con él. Tan solo dedícale tiempo y veras como su actitud y personalidad cambian del día a la mañana.


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