Revista Cultura y Ocio

Poniéndonos al día

Publicado el 25 noviembre 2014 por Elinfiernodebarbusse
Poniéndonos al día
No quiero que, con el mesmerizamiento tolstoiano que nos ha ocupado estos dos últimos meses, se me pase señalarles unas cuantas novedades literarias que conviene tener en cuenta, para todo los gustos, pero siempre con el toque de buena literatura y de exclusiva edición.
Vamos allá. Para quien quiera intriga de la buena, inteligencia deductiva, precisión nipona y encima un libro bien escrito no debe dejar pasar El expreso de Tokio, de Seicho Matsumoto (Libros del Asteroide). Tres horas -échenle tres y media, como mucho- de lectura apasionante, que dejan un sabor de boca estupendo y prolongado. 
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Siguiendo con la poco conocida literatura japonesa, advierto a lectores exigentes: Impedimenta acaba de poner en la calle una nueva edición de Kokoro de Natsume Soseki, considerada su obra maestra. Tiempo tendré de hablarles de esta novela, que me acompañó durante un fin de semana largo en que fui alternando el sofá con brasero y la camita con edredón para intentar aliviar una riada nasal tipo tsunami y un carraspeo ardentoso de garganta con visos de derivar en volcán Krakatoa. Y vaya elección que hice.
Podría decirles que este libro habla de tantas cosas y tan importantes y lo hace con una belleza tan arrebatadora y sutil al mismo tiempo, tan inusual, que más que un libro lo que es Kokoro es una verdadera bendición. Es de esas historias que quedan prendidas para siempre en nuestros recuerdos. El peso del pasado se presenta aquí diseccionado y todo ello con un ritmo narrativo pausado pero vibrante, con una prosa capaz de sugerir y de mostrar, de herir y de acariciar. Enorme, en una palabra.
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Para los amantes de lo clásicos revisitados, en este caso con nueva traducción a cargo de Andrés Barba y con unas apabullantes ilustraciones del genial Gabriel Pacheco, Sexto Piso edita un Moby Dick que conviene no perder de vista y que -¡ojo!- rivaliza con la hasta ahora edición definitiva de Valdemar. La edición es, desde luego, impresionante. Si usted no ha leído aún este monumento de la literatura, ya tiene dos opciones a sopesar. Y si la ha leído, pues es una oportunidad magnífica para disfrutarlo de nuevo. De la misma mano de Sexto Piso, que parece que se anima con los clásicos, nos llega un nuevo Robinson Crusoe, también con traducción nueva (aquí tiene complicada la competencia con las de Julio Cortázar y Enrique de Hériz) y con una preciosas ilustraciones de Tullio Pericoli. Uf, quiero los dos.
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¿Qué mas? Ah, sí. Para los amantes de la novela histórica pero con enjundia y nivel literario, yo no dudaría de hacerme con un ejemplar de Sinfonía napoleónica de Anthony Burgess. La acaba de editar Acantilado con una pinta de quitar el hipo, nueva traducción y preciosa cubierta. Napoleón se presenta aquí despojado de la parafernalia oficial en  una obra irreverente y divertida de mano de un brillante Burgess, escritor siempre experimental que se conoce fundamentalmente por su distopía La naranja mecánica.
Un par de avisos más y una coda. El primero, la edición del Libro del desasosiego de Pessoa que acaba de publicar Pre-textos, con traducción de Jerónimo Pizarro y una nueva ordenación y presentación de los contenidos, y que más tarde o más temprano adquiriré dada la admiración que le tengo a esta obra íntima, pesimista y genial. El segundo aviso es la biografía de un escritor considerado un Santo Padre para este infierno: el señor Zweig. Con el título de El exilio imposible. Stefan Zewig en el fin del mundo, Ariel publica este libro de George Prochnik que se centra en el auge y en la caída del escritor a partir del aislamiento y exilio en que lo sumió el Tercer Reich y que lo llevó de Londres a Bath, de Nueva York a Río, para acabar en la lejana Petrópolis, donde en 1942, puso fin a su vida.
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Y la coda: el nuevo título de la colección Rara avis de Alba editorial. Magrinyá no pierde oportunidad de alegrarnos este otoño y pone en nuestras manos Pero... ¿quién mato a Harry? de Jack Trevor Story, de esas obras entre la comedia (negra) y la intriga (chispeante) con pleno color y sabor ingleses. Hitchcock la llevó al cine en 1955, la recordarán. "La gente se pasa la mitad de la vida ocultando con palabras lo que quiere decir, y la otra mitad, pensando en lo que ocultan los demás", se dice en un momento del libro. Mordaz, divertido, brillante.
Ya saben.

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