Revista Cultura y Ocio

Ponte en mi piel. Emma Lira

Por Mientrasleo @MientrasleoS
Ponte en mi piel. Emma Lira
     "Yo no nací. Puedo decirlo ahora, que domino el lenguaje. No nací porque mi nacimiento no requirió de mi voluntad. A mi me nacieron, aquella noche de luna llena y cumbres recortadas. Me nacieron con culpa y con vergüenza".
     La Bella y la Bestia es una de esas películas que, por el momento en que la vi, le guardo especial cariño. Supongo que por eso me interesó esta novela que decía basarse en la historia de quienes inspiraron el cuento. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Ponte en mi piel.
    Conocemos a Guancancha, un niño cubierto de pelo convirtiéndose así en una suerte de monstruo rechazado o temido en Tenerife. Su nombre más humano es Petrus Gonsalvus y no tarda en terminar siendo un presente en la corte de Enrique II, lugar en el que provocará el miedo y el rechazo de unos y el interés de otros. El propio monarca se encarga de darle una educación y un status para muchos incomprensible. Allí conoce a Diana, hija bastarda del rey, primogénita que será reconocida como legítima y amiga y confidente de Petrus. Juntos vivirán las intrigas de palacio llenas de sangre y traiciones, y también de lealtades y bodas acordadas. Un lugar en el que los estrategas pueden tener el aspecto de cualquiera y dar más miedo que el hombre cubierto de pelo.
     Es curioso como hasta las historias más inverosímiles pueden tener una base real. En este caso, mucho más que una base. Emma Lira ha decidido mostrar la historia que oculta La Bella y la Bestia y convertirlo en una novela que tiene un pie fuertemente asentado en los sucesos reales, pese a que haya tenido que rellenar los huecos que no se han documentado, bien por suceder en la más estricta intimidad o porque no hay testimonio escrito de ellos. Sin embargo, uno lee las intrigas de la corte, las guerras de religión, los tratos que se hacían en la cama o en las iglesias, y no tiene duda alguna de que todo eso sucedió. De hecho, lo que más llama la atención es que la pare que más achaca el cerebro a la fantasía es la existencia de Petrus, algo que a todas luces sucedió de verdad, así como sus relaciones y amores.
Ponte en mi piel. Emma Lira     El Renacimiento fue una época curiosa, el oropel y lo exquisito se mezclaron con las galerias de curiosidades y los bufones de las cortes tenían una posición privilegiada ane los reyes. Por eso no es extraño que un niño nacido en Tenerife, terminase en la corte de un rey y más en la de Enrique II ya que su esposa Catalina de Médicis gustaba de lo exótico y lo místico hasta el punto de tener como invitado al mismísimo Nostradamus. En un momento de guerras en el que la religión era una tensa vara de medir, la sombra de la brujería se proyectaba hasta las habitaciones de la reina, y es esta la historia que nos cuenta Emma Lira.  Esta novela es más corte que cortejo, pese a que la historia de amor protagonizada por Petrus tiene un peso en la historia y, particularmente en la última parte. A fin de cuentas, uno no puede escribir la historia de la "Bestia" sin hablar de la "Bella", pero ya sea por mis gustos o por mis intereses, esa es la parte de la novela que menos captó mi atención.
     Las noches silenciosas en las que se enviaban señales, las ofensas y las guerras dialécticas que comenzaban ya en las guarderías reales en una lucha sin tregua por alzarse con el ambiciado trono de Francia, son relatadas por la autora con la ligereza adecuada para que el lector se interese. La política se dosifica tanto, que Emma se basa en los hecho más que en la planificación de estrategias, las despacha con unas cuantas líneas porque lo que nos quiere mostrar es la vida de palacio. Así consigue convertir su historia en una ventana a otra época que nos parece casi otro mundo pero que no debemos olvidar, no es un cuento de hadas. El hecho de que esté narrada a tres voces, una de ellas la del propio Petrus y las otras dos las pertenecientes a las dos mujeres que marcarían su vida, hace que el lector se implique con los protagonistas, que participe de sus sentimientos, aciertos y errores, pese a que no siempre les comprendamos, ya que en algunos momentos quedan desdibujados.
Las bestias, como se dice varias veces a lo argo de la novela, pueden tener un aspecto hermoso. Y aún así, la autora evita hábilmente la sensación de moralina que uno puede temer ante una historia de este tipo.
     Ponte en mi piel me ha gustado. Se sale de mis lecturas habituales pero ha sido una novela que me ha durado apenas un par de días y la he terminado más que satisfecha. A veces no es malo salir de la zona de confort.
     Y vosotros, ¿alguna vez os aventuráis con novelas que se salgan de vuestra línea habitual?
     Gracias.

Volver a la Portada de Logo Paperblog