Por la Dignidad

Nuestra entrada de hoy se ilustra con dos instantáneas de la manifestación realizada en Madrid el pasado fin de semana y por la dignidad en general, de modo que cabía casi de todo en las reivindicaciones de los participantes.

Seleccioné dos imágenes: La primera que acredita la presencia de banderas republicanas en el acto, en número más significativo desde luego, que la enseña nacional actual. Somos el único país occidental en el que los símbolos parecen pertenecer a una formación o a una idea política más que a la totalidad de los ciudadanos; en Francia se agitan banderines tanto en los mitines de Sarkozy como en los de la Sra. Royal que resultó tener un exmarido fogoso y promiscuo. ¿Se imaginan vds. un “speech” del Sr. Rubalcaba en el que los participantes ondeasen banderas españolas?. Después viene la famosa doble vara de medir: El progresimo militante se escandaliza cuando aparece alguna bandera preconstitucional, o sea franquista, en actos convocados por formaciones tradicionales, pero se enorgullece de ver la enseña de una república caduca y que se caracterizó más por sus errores y excesos que por el acierto en su gestión de gobierno.

Pero tiene más mérito la segunda imagen con la leyenda en una pancarta de “mata a tu alcalde o a tu delegado sindical antes de que tenga escolta”. En una manifestación por la dignidad, oiga usted. Con dignidad pedimos matar a un par de individuos. Con dignidad reivindicamos la imagen del Che Guevara, un asesino. Con dignidad ocasionamos más de cien heridos. Vuelta a la doble vara: ¿Se imagina ahora en un acto convocado por la derecha, que alguien apareciese con una pancarta pidiendo la muerte de alguien?. Hasta los cadáveres, como se comentó en este mismo espacio, son diferentes según el muerto haya sido producto de la derecha, un asesinato, o de la izquierda, una revolución.

En fin, creo que las instantáneas hablan por sí solas. No incluí la del Sr. Gordillo, que andaba liado por ahí y debió ser de los pocos personajes populares que secundaron esta iniciativa absurda.