Revista Blog

Por qué empezar de nuevo puede ser bueno para ti

Por Lorena White @lorenagwhite

Esto de olvidar es asunto serio. Es cambiar de rutina, es adaptarse, es desprenderse, es cambiar de piel, es tragarse palabras, es morir y renacer. Es pasar la página a regañadientes, es ponerle punto y final a la fuerza… Es estrujar la historia y sacarle lecciones. Es un déja vú continuo. (Mariani Sierra)

No hay una ciencia exacta que diga cómo uno debe empezar de nuevo. Ya sea al final de una relación, cuando acaba una etapa profesional o cuando surge cualquier situación para la que no estamos preparados y, de pronto, nos vemos obligados a reiniciar la máquina.

Ceder cuanto antes al peso de la situación y exteriorizar lo que sentimos cuando algo acaba está bien. Hasta cierto punto. Tenemos que encontrar el equilibro entre lo saludable y necesario que es darnos espacio y tiempo para procesar algo que acaba de ocurrir y ponernos en macha de nuevo. Probablemente porque si no lo hacemos, podemos causarnos un daño mucho peor del que sentimos y porque, si lo hacemos durante demasiado tiempo, también.

Por qué empezar de nuevo puede ser bueno para ti

Sin embargo, empezar de nuevo no es tan malo como puedas pensar. Hoy te traigo algunas de las razones por las que creo que, una vez parado el llanto y tomada una primera respiración, puede ser bueno para ti.

1. Recuerda que los finales son necesarios

Acepta que las cosas acaban. Que “el día que se nace se empieza a morir”. Que todo es más o menos caduco, incluso aquello que creías que duraría para siempre. Y recuerda vivir el momento presente. Porque eso te ayudará a apreciar las cosas mientras duren. Una vez que toca empezar de cero, rehacerte de nuevo, plantéate esta nueva filosofía: acabará, algún día, no importa cuando, porque vas a estar muy ocupado disfrutando a tope de la experiencia. Deja ir la carga y el peso del “para siempre”, y disfruta de una experiencia plena sin lastres.

2. Este fracaso te puede enseñar

La mayoría de nosotros tenemos miedo al fracaso. Incluso esa gente que hay en tu entorno que dice que a él no le preocupa fallar, tiene miedo. Y es que cuando invertimos tiempo y esfuerzo en algo, sea una relación o un proyecto profesional, no solemos pensar en que puede salir mal. Por eso, si sale mal, nos descoloca tanto. Sin embargo, una vez que ocurre ya no hay por qué sentir miedo, sino admitir que fallaste (o que algo falló). Es un ejercicio de madurez que, además, podemos ver como una forma de adquirir cierto conocimiento o experiencia que, de ninguna otra forma, hubiéramos podido experimentar. El aprendizaje a base de errores también es aprendizaje al fin y al cabo, ¿no?

3. Aprovecha que empiezas de nuevo y mejórate

Los cambios personales y la metamorfosis de una persona es un proceso hermoso, aunque no puedo decir que no sea doloroso. Si te pusieras a pensar en cómo eras hace cuatro o cinco años y enumerases una lista de acontecimientos importantes (buenos o malos) que han sucedido en tu vida en ese periodo de tiempo, te darías cuenta de que esos hechos tienen parte de culpa de que seas quien eres hoy. La transformación y la evolución son necesarias para que podamos seguir creciendo y mejorando. Plantéate este final y el empezar de nuevo como una oportunidad de evolución, para llevar un registro de todo lo que puedes mejorar en ti y mejorarlo sólo por ti, no por los demás, no porque te sientas forzado a ello. Aprovecha para trabajar duro y convertirte en una mejor versión de ti mismo.


Volver a la Portada de Logo Paperblog