Revista Coaching

¿por qué me atrae un tipo de persona y no otra?

Por Virginia Picó

por qué atraigo a un tipo de personaSegún los expertos , esto se debe a una imagen inconsciente del sexo opuesto desarrollada en nuestra mente. Esta imagen comienza a desarrollarse durante la infancia y pasa a ser más completa durante la adolescencia.

Esta imagen mental que se introduce en el subconsciente afecta tanto al tipo de persona que escogeremos de adultos como a la forma en que nos relacionaremos con esa persona.

Entonces, ¿por qué me atrae un tipo de persona y otras no? Porque esa imagen formada en el subconsciente tiene unos rasgos físicos y de personalidad elaborados desde niños, siendo un reflejo de personas que nos rodeaban y que nos eran agradables. Generalmente el patrón engloba características personales (físicas, color de pelo, inteligencia, amabilidad y otros rasgos psicológicos) que van creando un rompecabezas del tipo de persona que nos gusta.

Esta especie de entramado se va formando en nuestro subconsciente, basándose en la experiencia de las relaciones que hemos mantenido durante la infancia y que formaban parte de nuestro entorno. Cuando el rompecabezas formado por los rasgos físicos y emocionales que nos gustan coinciden, en la edad adulta, con un tipo de persona que las tiene, es cuando surge el enamoramiento. Lo que pasa en muchas ocasiones, es que el prototipo de persona creada en el inconsciente, no sólo está formada por aspectos positivos sino que también añadimos aspectos patológicos y estos son los que perjudican, porque hace que nos podamos enamorar de personas que nos hagan daño. Es decir, que sin querer, también añadimos a nuestro modelo aspectos negativos (por ejemplo, si la persona que nos ha influido era muy dominante,  en la edad adulta podemos escoger parejas que son dominantes o que les gusta ser sometidos).

Por lo tanto tenemos que tener en cuenta que muchas veces la elección de pareja se hace teniendo en cuenta ese aspecto físico o emocional que lleva un recuerdo afectivo positivo de nuestros padres, cuidadores o personas cercanas a nosotros. O sea, que muchas veces, la elección de pareja se hace por familiaridad, es decir, por tener características positivas de alguien del pasado. Teniendo en cuenta todo esto, es conveniente que no nos dejemos limitar por ésta atracción a primera vista, porque no siempre puede ser una persona que nos convenga.

Para poder identificar nuestro “modelo” de pareja, tanto en los aspectos físicos como psicológicos, hemos de pensar en las cualidades y defectos que se han ido repitiendo en nuestras parejas. Una vez identificados es importante recordar qué personas de nuestro pasado responden a las mismas características y que vínculo emocional nos unía a ellas. Nuestro cerebro relaciona el sentimiento (positivo o negativo) con un tipo de comportamiento, un rasgo físico o un tono de voz.

Teniendo en cuenta todo esto, podríamos afirmar que quién se enamora, en primera instancia, es el cerebro y que esa característica que tanto nos gusta de la otra persona responde a una descarga neuronal psicogenealógica que nos empuja a vincularnos a ella. Pero no todas las vinculaciones emocionales nos convienen, por tanto hemos de eliminarlas. Para ello hemos de identificar el nexo de unión con esa persona, observar si nos favorecen o perjudican y eliminar el vínculo para que no volvamos a dejarnos llevar por el mismo patrón que nos empuja a elegir al mismo tipo de personas.

Virginia Picó

Coach en Desarrollo Personal y Relaciones Afectivas

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