Revista En Femenino

Por qué no es tan malo que tu bebé nazca a finales de año

Por Y, Además, Mamá @yademasmama

Soy de finales de noviembre (de tal día como hoy, sin ir más lejos), pero mi hijo es aún más de últimos de año. Tenía que haber nacido el 5 de enero, pero quiso adelantarse y acabó llegando el día 14 de diciembre para celebrar en familia las Navidades. Y aunque debo reconocer que durante los primeros años de vida, sobre todo los tres primeros, se ven más cosas negativas que positivas a nacer en estas fechas, hoy vengo a reivindicar que dar a luz a finales de año también tiene sus cosas muy buenas.

  • Que tu hijo se adelante y nazca a finales de año te sale mejor en la Declaración de la Renta (de ese año). Esto no es una tontería, porque la deducción por tener un hijo te la aplican para todo el año, y te sale mejor que si naciera en enero (la deducción empezaría el año siguiente). Ese dinero que te ahorras porque el peque venga en el último trimestre.
  • Te evitas de golpe y porrazo un año de guardería. Los niños que nacen a finales de año tienen dos cursos de escuela infantil como mucho en vez de tres, y esto supone un ahorro económica importante para los padres. Empieza el colegio sin cumplir aún los tres años, pero al menos te has ahorrado un dinero un año antes.
  • Dicen que los niños nacidos en invierno gatean o reptan antes. Según un estudio israelí, el desarrollo motor de los bebés nacidos en época de frío (y esto incluye a los de finales de año) es mayor. No es que esto sea mejor o peor, pero que la divertida etapa del gateo comience antes, siempre anima.
  • Ser el pequeño entre mayores espabila y motiva. Las diferencias entre niños, sobre todo el primer año de escuela infantil, son más que evidentes. Mi hijo es el único que no articula palabra de una clase de 30 niños (por poner un ejemplo) y me sonrío cuando sus amiguitas me preguntan por él llamándolo “el bebé”. Pero está aprendiendo mucho y se ha ganado el cariño y el cuidado de todos, al menos así lo veo yo. Está espabilando a marchas forzadas.

recien nacido

  • La gente llega ilusionada al cumpleaños en estas fechas. Lo digo por experiencia personal. Aunque los de invierno soñamos con cumpleaños al estilo ibicenco, con ropa de verano y tomando mojitos alrededor de una piscina, a la gente le encanta ir a fiestas a finales de año. Se nota que se acercan las navidades, la Nochevieja y las cenas de empresa. Entra el gusanillo fiestero y las ganas de airear la cartera.
  • Cuando sea mayor, siempre se puede quitar un año sin mentir. Esto llevo haciéndolo yo años y es lo que más me gusta de mi cumpleaños. Cuando mis amigas cumplieron los 30, por ejemplo, me reía diciendo que, a pesar de ser todas del mismo año, yo tenía los 29 recién cumplidos. Estiro mucho el “recién”, pero no me falta razón. Y sirve para ser un poco ambiguo cuando te preguntan por tu edad, lo que es una gran ventaja en muchas ocasiones. Lo malo es que, si se ponen estrictos, te quedas unos meses de más sin entrar en las discotecas.
  • Su cumpleaños se junta con las Navidades, pero no es tan malo. Porque gracias a las extras de diciembre, a que hay gente muy previsora que empieza antes de tiempo las compras, y a que las tiendas sacan para estas fechas un arsenal de cosas bonitas, algo increíble y gordo te cae seguro. Es imposible que alguien se quede con ideas. Y si no te cae en el cumple, cae en Navidad. Siempre será peor cumplir en plena cuesta de enero, cuando ya no hay ganas de celebrar nada y el bolsillo está vacío.
  • Pero la mejor prueba de que nacer a finales de año no está tan mal es que tienes más tiempo a un bebé en casa. Los primeros años la diferencia de edad pesa, y es evidente que los de noviembre y diciembre son los más pequeños de todos sus compañeros de escuela. Pero por eso mismo, hay que disfrutar más de esa diferencia. Puede que el peque sea más bajito, que vaya más despacio en unas cosas y que otras le cuesten más, pero en realidad, todas las madres suspiramos por tener a un bebé en casa más tiempo, ¿o no?

Sirva todo esto para verle el lado positivo a nacer a finales de año, sobre todo porque hay quien dice que estos niños obtienen peores resultados académicos y que, una vez adultos, sus puestos de trabajo están peor remunerados que los del resto (puedes leerlo aquí). Y se achaca a que la escuela no tiene en cuenta en este país (en otros no es así) la edad cronológica de los niños y esto hace que arrastren dificultades desde los primeros estudios desde Primaria. En mi caso, esto no se ha cumplido, y espero que con mi peque tampoco, pero ¿es una exageración?

¿Estáis los de finales de año de acuerdo conmigo en buscarle el lado positivo?

En la foto, mi peque con 15 días después de salir de la bañera. El chupete era más grande que él.


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