Revista Música

¿Por qué no existe un gusto popular por la música clásica? III

Por Joello

La tercera característica de la música clásica que aleja al público general, es (según mi opinión) uno de las más importantes, ya que ocasiona disgusto (o no-gusto) de manera inmediata, aunque nadie lo acepte. Muchas veces ni el individuo se percata de qué es lo que no le gusta en una pieza de música clásica. Tal vez es breve, tiene melodía agradable como de canción y el individuo puede disfrutar activamente de música instrumental… pero aún siente que “falta algo”. 
Honestamente, me sorprende que en libros, artículos, consejos de personas, etc., para iniciar la apreciación de la música clásica, no se haga suficiente advertencia sobre este colosal obstáculo que impide que alguien, acostumbrado a escuchar música popular, disfrute de la música clásica.
3.- La música clásica carece de pulso percutido constante (beat).
No sé si está claro, pero me refiero a la marcación constante del ritmo por instrumentos de percusión durante una pieza. Prácticamente todos los géneros de la música popular tienen esta característica y sobre todo a partir del rock, la batería parece tener que resaltar el backbeat (uno-DOS-tres-CUATRO) para imponer este pulso al escucha. Hoy en día este pulso percutido está obscenamente hiperexpresado en música electrónica donde parece que únicamente el PUN-chiss PUN-chiss se debe oír. No es de extrañarse entonces que, aunque sea inconscientemente, a esta percusión constante se le considere un sine qua nonde los productos musicales para el público general.
¿Por qué no existe un gusto popular por la música clásica? III
Este tema podría convertirse en un enorme post, ya que existe suficiente información científica del por qué este pulso marcado parece hipnotizarnos inmediatamente a todos. Este placer rítmico es muy primitivo (evolutivamente) y tiene efecto inmediato en el sistema nervioso. Si nos encontramos en absoluto silencio y de repente comienza a escucharse  un bombo marcando un pulso: Pum Pum Pum Pum… parece que nuestro organismo sin pensar,  tiene que agitar la cabeza sincronizándose a ese estímulo. ¿Una adaptación evolutiva  que nos hace más hábiles en reconocimiento espacio-temporal? ¡Quién sabe! El punto es que ahí está, clavado en nuestros genes.
El problema es que nos acostumbramos tanto, que cuando nos topamos con música sin este beat marcado, no nos gusta. Pero este “no gustar” es diferente. No digo que las personas sientan repulsión por la música clásica ante su falta de batería, sino algo más común que se resume en estos dos casos:  
  • a) Piensan que la música clásica “no tiene ritmo” y  por lo tanto no es entretenida (o incluso, aburrida). Lo cual por supuesto es falso; toda música tiene ritmo, que no esté monótonamente marcado con percusiones no significa que no esté. (De manera más burlona e informal, hice comentarios similares hace tiempo en el post El baile).
  • b) Piensan que la música clásica, tiene una propiedad peculiar como relajante. Personalmente, considero que es la ausencia de beat, la principal generadora de esta condición. La cual (como mis lectores deben saber) considero insultante a la música clásica; y esto a pesar de que muchos dicen ser amantes de la música clásica, pero solo porque la utilizan para relajarse (para mí, eso no es apreciación). Pero esta crítica ya la hice en el post Música clásica relajante.

Como es de esperarse, esta “necesidad” de un backbeat para mantener la atención del escucha, puede ser superada con el hábito de la escucha de música clásica. Todos los cerebros humanos son capaces de percibir los “pulsos” que trae la música, aunque no estén marcados con algún instrumento de percusión. Esto sucede de manera natural, el problema tal vez es que seguimos viendo raro a aquél que agita la cabeza  o mueve el cuerpo cuando no hay PUN chis PUN chis PUN chis en la pieza (Miren a los directores de orquesta). Nuestras neuronas están hechas para reconocer el ritmo, dejemos que hagan su trabajo; no necesitamos que se nos golpee monótonamente el tímpano todo el tiempo.
Además, es importante señalar que muchos compositores (música clásica), sobre todo del siglo XX, comenzaron a “marcar” más sus ritmos.  Pero la diferencia sigue siendo  abismal… y jamás nos toparemos con una sinfonía que durante una hora nos tenga constantemente atacados con un beat (sería una creación horrenda, en mi opinión). 
  • En el blog "The Music Salon", hay una entrada más especializada relacionada a este tema. Aquí dejo el link al post: "The Tyranny of the backbeat".

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