Revista Diario

Por que no me gusta "compensar"

Por Myriam Cabanillas
Hace poco comenté en una entrada que no me gusta el concepto "compensar" utilizado de ninguna manera y en ningún ámbito.
Para que haga falta compensar por algo es por que previamente ha habido un agravio.
Por no extenderme demasiado solo voy a reflexionar sobre por que no es bueno compensar a nuestros hijos (según yo):
Si tenemos un mal día y nos hemos extra limitado a la hora de reprenderlos por algo, es preferible asumirlo, disculparse y ofrecerles una explicación de por que ha sucedido, que intentar compensar  (normalemente con la idea de se les "olvide" el agravio) con algo material o lo que aun me parece peor: dosis extra de mimos. El cariño jamas puede ser moneda de cambio.
Si estamos pasando mucho tiempo fuera de casa por motivos X, es mejor asumirlo y explicarlo, pero es habitual que esta situación se intente compensar con regalos materiales.
Sea lo que sea, lo que creemos tener que compensar, para mi siempre será mejor asumirlo, disculparse si es necesario, ofrecer una explicación sencilla e intentar buscar la manera de que no se repita o la solución al conflicto.
Pero compensar no me gusta por que lo vivo y  entiendo, como una manera de lavarse las manos , de no asumir la culpa y crear confusión.
Imagina una época de estres que nada tiene que ver con tus hijos, pero que te mantiene todo el día en tensión y ellos como niños que son, terminan con la poca paciencia que te queda varias veces al día.
Al final es fácil pegar un grito, una mala contestación, una mirada furibunda o una mezcla de todo ello...pero  el niño no es el responsable....te das cuenta e inmediatamente intentas compensar tu actitud con un helado, unos cromos o un abrazo gigante...el niño agradecerá por supuesto la compensación, pero puede sentirse muy desorientado y sin saber que será lo próximo que el haga que desate tu furia, ni tampoco sabrá que pensar la próxima vez que reciba un gesto parecido: "habré hecho algo mal y no lo sabré?"
Por supuesto que no estoy diciendo que no podamos enmendar nuestro "error" y dar cariño, pero me parece que este deberá ir siempre acompañado de la disculpa y explicación pertinente, así, si por lo que sea esta situación se repite con frecuencia, como si es de manera ocasional, nuestros hijos podrán pensar que sus madres tienen un mal día, mal carácter, poca paciencia o que por un momento se han vuelto "locas", pero sabrán que ellos no han sido los culpables o si han contribuido a la explosión, aprenderán además de lo anterior sobre su madre, sobre si mismos, sobre que también pueden errar, sobre las reacciones imparables (como cuando ellos tienen una rabieta, que además de todo lo que sienten durante la misma, encima no entienden por que les pasa y con frecuencia piensan que esta fatal y que son malos), aprenderán a ser honestos consigo mismos y con los demás y además podrán saber a que atenerse.
No hay cosa que mas miedo y/o angustia cause cuando eres niño que el no saber que va a ser lo que desencadene una tormenta en casa y por desgracia es común que de repente el padre/madre explote y un rato después haga  (en el mejor de los casos) como si nada....es sumamente desconcertante.
Myriam Cabanillas

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