¿Por qué se producen los cólicos infantiles?

De cada 10 casos de cólicos infantiles, al menos 9 están vinculados con el reflujo gastroesofágico, por la devolución del contenido del estómago hacia el esófago. Los síntomas del reflujo se presentan con mucha frecuencia y ocasionan tos crónica, asma neumonía, ronquera y laringitis, por lo que en muchas ocasiones es tratado como una enfermedad de tipo respiratoria y los pacientes reciben medicamentos inhalatorios broncodilatadores, esteroides, jarabes para la tos, sin lograr controlar la situación clínica.

Los indicios que pueden alertar sobre reflujo infantil se incluyen el exceso de hipo, buches frecuentes y llanto repentino e inconsolable. Además los bebés escupen con frecuencia, tienen eructos acompañados de líquidos y no ganan peso o lo hacen de forma muy lenta. La posición con que se carga o acuesta al menor es determinante, pues si está todo el tiempo de forma horizontal es más propenso a padecer la afección. Tampoco deben acostarse boca abajo, debido a que aumenta la presión intraabdominal y, por consiguiente, la presión del estómago al esófago. También mecer al bebé después de comer aumenta el reflujo. Para calmar los síntomas de la patología se recomienda que el niño se coloque semisentado durante 40 minutos posterior a la ingesta de alimentos. Luego de este tiempo, se le puede poner en posición horizontal, de medio lado para descansar, movilizando los miembros inferiores sobre el abdomen, en forma de ejercicio suave.