Revista Cine

Por qué se rodó "Jesús de Nazaret": un intento de fidelidad histórica

Publicado el 11 noviembre 2010 por Amendiz @alfonso_mendiz
Entre marzo y agosto de 1973 se estrenan en Estados Unidos dos filmes musicales basados lejanamente en la vida de Jesús: Jesucristo Superstar y Godspell. A pesar del subtítulo que figura en la segunda (“A Musical Based on the Gospel According to St. Matthew”), las dos se apartan de los textos evangélicos y, sobre todo, convierten la figura de Cristo en un hippie revolucionario, que predica un mensaje de paz pero que duda o reniega de su identidad divina. No son casos aislados: también en la literatura y en la teología proliferan entonces diversos intentos de humanizar a Cristo y presentarlo como un redentor social o político.
En este marco cultural, de cierta confusión postconciliar, surge en varios sectores cristianos la idea de producir una película o serie televisiva sobre Jesús: Jesús de Nazaret, dirigida por Franco Zeffirelli. Dos televisiones europeas se unen para acometer este proyecto: una marcadamente católica, la RAI italiana; otra marcadamente protestante, la BBC inglesa. Ambas coinciden en que es hora de mostrar el verdadero rostro de Jesús. Y quieren hacerlo con dos presupuestos básicos: subrayar la divinidad de Cristo y contar su historia con un respeto exquisito a los textos sagrados.
Si algo pretendían sus impulsores era demostrar que los Evangelios en sí mismos, sin añadidos ni tergiversaciones, podían atraer al gran público. No sólo contenían “potencialmente” una gran historia que hubiera que desarrollar (como en La historia más grande jamás contada), o contar de otra manera (desde el punto de vista de Judas, como en Jesucristo Superstar), o adaptar a los tiempos modernos (situarla en el moderno Manhattan, como en Godspell), sino que los Evangelios eran “el argumento” que millones de personas querían ver en la pantalla. Lo que las audiencias querían ver sobre Jesús era el relato auténtico de su vida y su mensaje. Y ese camino de la fidelidad histórica es el que recorre la película de principio a fin.
El resultado habla por sí mismo. Las salas se llenaron, y los canales televisivos obtuvieron unos ratings de audiencia que superaron todas las previsiones. Es bueno recordarlo ahora, cuando corren vientos de fantasía sobre la figura de Jesús; porque esos filmes supuestamente "históricos", por tomar aisladamente textos de la Escritura, pueden confundir a una audiencia poco formada.
El éxito de Jesús de Nazaret revela una vez más que es la verdadera historia de Jesús -y no otras propuestas que quieran inventarse- la que realmente interesa a las audiencias.

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