Revista Cultura y Ocio

Por si me oyes. Pascale Quiviger

Por Mientrasleo @MientrasleoS
Por si me oyes. Pascale Quiviger
     "Cuesta creerlo pero estoy vivo.
     Nunca estuve tan presente. 
     Tan despejado."
     Se va convirtiendo en costumbre acercarme a esta colección, pero cuando vi este libro me fue imposible no acercarme a él. Hoy traigo a mi estantería virtual, Por si me oyes.
     Conocemos  a David, está en coma, ha caído de un andamio y ahora se encuentra en esta penosa situación. También conocemos a Caroline, su esposa, que tiene que vivir a su lado aceptando esta terrible situación y cuidando de su hijo de 6 años Bertrand, incapaz de comprender del todo esta circunstancia.
     Un año es el tiempo que dura este libro, una eternidad o un segundo para quien está en coma, cuyos pensamientos leeremos en cursiva. Una eternidad para quien acompañan a este hombre, porque no solo serán la mujer y el hijo, Quiviger nos acerca al equipo hospitalario y también a los padres, la familia de él y la de ella. Entre todos veremos todas las posturas posibles. Hay quien se resigna y quien no pierde la esperanza, quien cree que acecha la muerte y quien conserva ánimos o se niega a mirar la situación. El personal que les dice que le hablen, la mente del enfermo que no puede comunicarse, el dedo que se mueve, el niño que parece escuchar... todas las opciones quedan reflejadas en una familia cualquiera que tiene que enfrentarse a esta terrible situación pre-pérdida o de pérdida en vida.
Y el autor, además de encararlo con una cierta valentía, haciendo pensar al lector en todas las opciones posibles, incluso aquéllas innombrables, elimina de esta difícil ecuación el patetismo y las situaciones cargadas de sentimentalismo barato que suelen poblar estos libros. Utiliza, además, una voz poética para David, las letras más hermosas quedan conservadas para quien no puede hablar confiriendo de este modo a su tono algo de ilusión soñada para el lector que buscar darle un tono a lo largo del libro. Al resto, se le otorga sin problemas, cada pequeño cambio, cada paso en sus vidas, queda reflejado en sus actos y sentimientos. Mientras el enfermo parece deshumanizarse, hacerse etéreo, su familia ve como se produce el cambio contrario dentro de cada uno, esos primeros pasos que suponen la aceptación del gran cambio ya sufrido en sus vidas. El dolor y la ausencia ante quien sigue presente, la vida, la muerte, el camino...
      Hay temas complejos, no hay temas imposibles. Pascale Quiviger se enfrenta en este libro a uno de esos temas que apenas son tratados en la literatura, y lo hace con acierto. Evita clichés y encara con entereza una situación en la que, si uno se para a pensarlo, cualquiera podemos vernos por muy difícil, lejana o penosa que se nos antoje al verla en el cine o las noticias. Me ha gustado, y ahí soy consciente de que discrepo con muchos lectores, el final. De hecho, me ha gustado esta lectura. Es una pena que no tuviera más repercusión en su momento. Y es que, las librerías están llenas de libros que merecen la pena y pasan desapercibidos hasta que alguien nos los señala.
     Y vosotros, ¿hay temas que evitéis en vuestras lecturas? Yo, por ejemplo, evito en la medida de lo posible, la Guerra Civil.
      Gracias.

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