Revista Cultura y Ocio

‘Por trece razones’: ¿Maté yo a Hannah Baker?

Publicado el 27 abril 2017 por Sonia Herrera Sánchez @sonia_herrera_s

La puta del instituto, la facilona. Ese es el sambenito que le cuelgan a Hannah mediante rumores que corren como la pólvora y crecen, crecen y crecen. Esta serie es una historia de miedo que debiera interpelarnos a todas y, en especial, a todos.

Tres días. Ese es el tiempo que he tardado en ver Por trece razones (Thirteen Reasons Why), la serie de Netflix que aborda de forma implacable las nefastas consecuencias del bullying en toda la complejidad del fenómeno.

Las nuevas plataformas y los cambios que conllevan en el consumo televisivo hacen que, por el contrario, Por trece razones sea una serie mainstream y eso, en este caso particular, es muy importante. Es necesario que esta serie sea de amplio espectro porque debe interpelarnos a todos y todas: a jóvenes, a personas adultas, a mujeres… sí, pero, como explicaré más adelante, especialmente a los hombres, sean estos adolescentes o adultos. Sin ir más lejos, a mí me ha hecho reflexionar profundamente durante la última semana y aquí os dejo algunas de esas reflexiones.

Este análisis contiene algunos spoilers. Evidentemente recomiendo que todo el mundo vea antes la serie. Así, este artículo tendrá sentido y podremos debatir sobre su contenido, sus formas…

En primer lugar, diré que Por trece razones se mueve magistralmente entre el drama adolescente sin almíbar y el thriller, incluyendo pequeñas dosis de dramedia –dosificadas a cuentagotas, eso sí- para que podamos coger aire en medio de un ambiente de angustia existencial que, sin duda, remueve y sacude y nos hace volver a los 17, no como en la deslucida comedia protagonizada por Zac Efron, 17 Again, sino más bien como en la canción de Violeta Parra: “volver a ser de repente tan frágil como un segundo, volver a sentir profundo”.

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