Revista Diario

Porque la vida va a ser dura... o no

Por Sandra @sandraferrerv
Porque la vida va a ser dura... o noIntento respetar todas las maneras de crianza. Creo que todas las mujeres son y deben ser buenas madres, den el pecho o el biberón, trabajen fuera de casa más o menos horas... Intento entender posturas distintas a la mía e intento pensar que mi elección no siempre tiene por qué ser la mejor ni la más adecuada para todo el mundo. Pero hay momentos en los que me sublevo. He oído en varias ocasiones a madres de niños o bebés de pocos meses que pasan de ellos, no los cogen siempre que se lo piden ni los consuelan siempre que lloran porque así entenderán que la vida es dura y que no siempre se consigue lo que uno quiere. Creo que estamos perdiendo el norte, sinceramente. Como leí hace un tiempo de uno de esos "gurús" del sueño infantil que todos conocéis y que está empeñado en amargar las noches de niños y padres por igual, que decía que los niños debían enfrentarse cuanto antes a la realidad. A ver, yo no digo que se les deba proteger en exceso, ni mimar hasta la estupidez, ni malcriar dándoles todo lo que nos pidan no sea que les vayamos a crear un trauma. Pero, como siempre, creo que debe existir un término medio. Todo esto me recuerda a lo que nos contaban nuestros abuelos de "la letra con sangre entra". Vamos que, ya que la vida va a ser dura, vete preparando. Primero de todo, presuponemos que la vida va a ser dura. Claro que no siempre va a ser de color de rosa pero démosle una oportunidad a su existencia, a lo mejor tiene suerte en la vida, digo yo que hay gente feliz corriendo por el mundo. Y segundo, creo que es importantísimo que nuestros hijos sepan que tienen a sus padres, a sus seres queridos para ayudarles y apoyarles. Saber que tras la selva que algunos dicen que es el mundo hay un hogar en el que refugiarse y sentirse querido, puede que les de seguridad y decisión, digo yo. Pues si ni en casa, tu madre, tu padre, tu familia, te quieren ni te consuelan, entonces sí que la vida no tiene ningún sentido. Por desgracia conozco muchas personas que sufrieron la tremenda desgracia de perder a su madre siendo aun unos niños. Sí, es una situación extrema, lo sé, pero es curioso que todas ellas tienen como denominador común la carencia de esa red, de ese consuelo, de esa protección. Y no me refiero a red económica o material, sino a una red espiritual, que no tuvieron y que, de un modo u otro, siguen reclamando aun habiendo pasado décadas. Es bien sencillo, tenemos en nuestras manos la posibilidad de hacer de nuestros hijos seres felices preparados para empezar la carrera de la vida con autoestima, fuerza de voluntad, positivismo, carácter. Y eso con algo tan sencillo como un abrazo, un consuelo a tiempo o un beso desinteresado. Mejor que empiecen la carrera así que no desanimados, sin energía y esperando lo peor. Vamos, digo yo.  

Volver a la Portada de Logo Paperblog