Revista En Femenino

Porqué no voy a comprar un diccionario nuevo de inglés

Por Ana María Ros Domínguez @anaroski

Porqué no voy a comprar un diccionario nuevo de inglés

El diccionario que la profesora de mi hija quiere que compre con 60.000 vocablos.

key diccionario

El diccionario que tiene mi hija desde el curso pasado con 160.000 vocablos.

Los que hemos estudiado sabemos que a lo largo de nuestra trayectoria académica nos hemos topado con distintos profesionales de la enseñanza, aquellos que marcaron huella en nosotros por su entrega y dedicación, y por hacernos amar determinadas asignaturas, y otros lo hicieron por sus defectos, y luego está ese tercer grupo de los que pasaron sin pena ni gloria, porque ya ni siquiera nos acordamos de ellos.

Este curso, a una de mis hijas le ha tocado una profesora de inglés ‘especial’, lo primero que escuché en las leyendas de la puerta del colegio fue: ‘Adviértele a tu hija que ni se le ocurra decir que está en una academia de inglés’, y pensé, ¡Bah, que exageración por Dios! Y es que desde hace mucho tiempo, me gusta comprobar las cosas por mí misma y no hacer caso a las habladurías, pero por desgracia, esta vez las leyendas dejaban corta a la realidad.

En poco menos de un mes de curso, esta señora ha amenazado a los alumnos con que si no compran un diccionario determinado, y un cuaderno de espiral con cinco separadores de colores, los niños y niñas a los que da clases recibirán un punto negativo en su asignatura.

Imaginaros la cara de mi hija, cuando vino contándolo a casa. Mamá por favor, me tienes que comprar un diccionario nuevo de inglés, ‘Doña Fulana’ dice que tenemos que comprar tal modelo y marca. Me senté con mi hija y le dije, mira el diccionario que tu tienes del pasado curso es mucho mejor que ese que la docente está pidiendo, y lo compramos el curso pasado, por lo que yo no voy a desembolsar dinero en un diccionario nuevo, porque bajo mi criterio de madre y tutora legal de la alumna, no es necesario ese gasto, y mi economía no está para tirar los euros alegremente.

El diccionario que esta señora obliga a comprar bajo amenaza de una mala calificación contiene 60.000 vocablos, frente a los 160.000 vocablos del que yo tengo en mi casa, y esa es razón más que suficiente para que no desembolse dinero en un producto que no aporta nada al material de estudio de mi hija. Además según la legislación de educación vigente, ningún profesor puede obligar a comprar un determinado modelo de diccionario, en todo caso, puede recomendar por su experiencia cuál es el más adecuado, pero nunca obligar.

Jamás he escatimado en medios para la educación de ninguna de mis hijas, y los que me conocen lo saben bien, pero esto lo considero un gasto absurdo, e innecesario. Pero no es la única de sus paranoias, hay más aún. Dos de mis hijas son zurdas, casualmente una de ellas, es la que está con esta profesora, también ha puesto pegas a su cuaderno para zurdos, quiere que sea de espiral. ¿Sabe usted la tortura que es para un zurdo escribir en un cuaderno de espiral? ¿Se ha informado usted del nivel de presentación de mi hija en cursos anteriores? ¿Ha leído usted su informe académico? Sinceramente, espero que como docente, su nivel de inglés esté a la altura de su gran exigencia, pero perdóneme que lo dude.

En casi tres semanas de curso, mi hija ha recibido dos amenazas de la docente, hecho que ya he comunicado al director del centro que me ha dicho que tengamos paciencia con ella, por determinados temas personales de esta profesional que no voy a comentar aquí, pues bien, mi paciencia comienza a agotarse. Si hay una tercera vez, habrá una carta por escrito a la dirección del centro, y si la respuesta no es la esperada, iré a delegación de educación. Hay muchos profesores y profesoras en paro que seguro que no tienen estas paranoias.


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