Revista Opinión

Posibilismo II

Publicado el 13 enero 2011 por Romanas
Posibilismo II
Vaya por delante que , hace ya algún tiempo, cuando todavía no había comenzado la persecución de ZP por todo el espectro político, yo le exigía cosas tales como que desafiara a la Banca privada utilizando al Ico como lo que es, un Banco pùblico, pero dándole carácter universal y canalizando a su través todos los créditos necesarios para que las Pymes pudieran salir de la crisis.También exigía disparates tales como la desaparición del Estado de las Autonomías, y digo disparates porque intentar ahora dar marcha atrás en este asunto, cuando los jerifaltes  periféricos han degustado ya las mieles del mando y de la corrupción, haría esta tarea absolutamente imposible, aun contando con la conformidad del PP a la hora de reformar la Constitución al respecto.Le he exigido tantas cosas a este Bambi de acero que ahora contabilizarlas expresamente haría la lista interminable.Pero hay una que sí que le era perfectamente exigible y que hubiera justificado su autoproclamación de izquierdista: haber buscado la unión de toda la izquierda para llevar al Congreso y aprobar una serie de normas, si no idénticas, sí que en el mismo sentido en el que Chávez lo  está haciendo en Venezuela: una normativa progresista que pudiera haber servido de base a lo que yo llamo una revolución desde arriba, porque esas otras revoluciones, auténticamente subversivas, ya no son posibles en ningún sitio pero menos aún en Europa.Porque, mis queridos neutrino y ALIENADO, ¿vosotros pensáis que aquellas maravillosas revoluciones como las del Che y Fidel todavía son posibles en un país tan devastado por la política ultraliberal neocons como la que hace ya tanto tiempo que impera en España? ¿Vosotros pensáis sinceramente que hay una mayoría de españoles dispuestos a seguir la estela de las banderas revolucionarias? Y, si la hubiera, ¿pensáis también que la Onu, la Otan, la UE y los Usa lo consentirían?España no sólo forma parte de la Onu, la Otan, y la UE sino que es una puñetera colonia de los Usa, que tiene sus enclaves neocoloniales repartidos por sitios estratégicos de nuestra geografía, algunos de los cuales conozco yo muy bien de cuando era responsable de la Telefónica en sus respectivas zonas.La soberanía que ha perdido España no es sólo la que se refiere a su moneda sino también a otros aspectos esenciales, de tal manera que, cuando el ingenuo Bambi retiró sus tropas simbólicas de Irak, nuestro país se tambaleó hasta sus más profundos cimientos y ese temblor fue tan consistente que ahora tenemos tropas nuestras desperdigadas por todo el puñetero mundo para compensar.No sé si ya os habéis dado cuenta de que no hago otra cosa que insistir en mi postura inicial que vosotros habéis combatido a fondo desde un óptica no sólo revolucionaria sino inmediata. Creo que, en teoría, yo soy tan partidario de la revolución como vosotros, lo que ocurre es que la considero imposible en el actual estado geopolítico de nuestro entorno. Aquí y ahora, no es posible otra revolución que no se haga desde el poder, ganando las elecciones generales con una mayoría absoluta o contando, si no, con los apoyos suficientes para ir promulgando poco a poco normas que implanten las medidas progresistas suficientes para mandar a paseo al genio de Lampedusa, de tal modo que los cambios sean efectivamente reales.Pero, regresando al tema originario, ahora, ya, lo que hay que hacer no es una lucha tan interna como fratricida entre las izquierdas sino imitar en eso a las derechas que han visto claro que la única manera, hoy, de llegar y conservar al poder, es la unión, por muy dura que sea la convivencia, con gente a la que incluso desprecias, pero con la que tienes que contar necesariamente, si quieres modificar el marco normativo para adecuarlo a tus intereses políticos.Esta es la única manera, hoy, de llegar al poder en las sociedades avanzadas para, desde allí, actuar del modo más conveniente al ideario político de la fuerza que lo ha logrado.Todo lo demás son ya sueños desgraciadamente irrealizables que sólo conducen a la división de las fuerzas sociales progresistas, a su fragmentación y a su derrota por las reaccionarias.Esto, al menos, es lo que yo pienso, desde el punto de vista de lo que tal vez ALIENADO llame, otra vez,  “realpolitik” o algo peor.Abrazos,

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