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Power Rangers. Reviviendo la nostalgia.

Por Cinéfilo Criticón @cinefilocritic

Recuerdo mucho cuando los Power Rangers llegaron a México: tenía 6 años y las caricaturas favoritas de uno eran Dragon Ball Z y Supercampeones; de hecho, este último programa estaba terminando en la televisión, cuando una guitarra eléctrica atraía mi atención.

A continuación, aparecían unos astronautas que abrían una especie de prisión galáctica y una mujer de traje ridículo salía junto con unos monstruos y se preparaba para conquistar la Tierra. Seguíamos con una especie de base espacial en el planeta y una cabeza flotante le pedía a un robot que invocara jóvenes con actitud para convertirse en los defensores del universo. Aparecían estos jóvenes, les asignaron los poderes, derrotaron a los malos y reanudaban sus vidas adolescentes normales.

Así nació Power Rangers, pero el fenómeno no se inició sino hasta el día siguiente, cuando todos los niños en la escuela empezaron a alucinar con estos nuevos personajes. Pronto su popularidad alcanzaría a algunos de los shows infantiles más importantes de ese momento (Tortugas Ninja, Supercampeones, Dragon Ball Z, etc.) y seguiría así hasta la llegada de Pokemon. Lo cierto, es que el show tuvo cierta continuación hasta la versión en el espacio, ya que después de eso Disney compraría los derechos a Haim Saban y las situaciones más extrañas le ocurrirían a esa franquicia (si es que se pueden volver más extrañas), que abarcarían desde sacar sus poderes quitando espadas de una piedra hasta usar varitas para transformarse.

Power Rangers. Reviviendo la nostalgia.

En 2011, Saban recuperó los derechos de los adolescentes con actitud y creó otra serie en Nickelodeon y parecía que la serie (ya convertida en una cualquiera) seguiría en televisión el resto de sus días. Hasta que, en 2014, Saban anuncio una alianza con Lionsgate, la misma productora de franquicias juveniles como “Los Juegos del Hambre”, “Divergente” y “Crepúsculo”, y pronto anunciaban que estaban en producción de una nueva película sobre la primera generación de Rangers.

En su momento, esa noticia me dejó con sentimientos encontrados: obviamente me encantaría ver la película y recordar buenos momentos de mi infancia; pero por otro lado, luego de los desastrosos resultados de algunas adaptaciones de shows infantiles al cine (“Las Tortugas Ninja” versión Bay, “Transformers”) no estaba tan seguro de que adaptar a estos adolescentes fuera lo mejor; se le suman a mis dudas el hecho de que esta productora se especializa en las adaptaciones juveniles del momento que básicamente consiste en adolescentes con problemas banales y triángulos amorosos mediocres. Las cosas no mejoraron cuando empezaron a lanzar los diseños de producción de los trajes de los Rangers (parecen trajes que Marvel rechazó para Iron Man) y de Alpha 5 (con todo y su pancita borrachera), que provocó muchas quejas de los fans.

Pero la bomba explotó cuando el primer Teaser Trailer se estrenó en octubre del año pasado. Ahí, mi desconfianza creció de manera terrible. No parecían entender que eran los Rangers y no parecían saber a qué publico dirigirse. Todo indicaba que estaríamos ante uno de los más grandes desastres del año. Y aunque el último tráiler mejoró las cosas, la desconfianza estaba a tope.

Power Rangers. Reviviendo la nostalgia.

Así que llego el día para ver la película y juzgarla y, para mi enorme sorpresa, me termine topando con una entrega mucho mejor de lo esperada; no diría que se tratara de una buena película, pero si de un buen intento de contar una historia con agradables personajes (y realistas) basándose en un material altamente mediocre.

El primer punto a favor de la película recae en los actores y personajes: estos actores, sorpresivamente, hacen un trabajo más que bueno con los personajes que les toco hacer: se siente una naturalidad en sus interpretaciones y se siente una gran química entre ellos, como si ya llevaran 3 películas actuando juntos; individualmente también entregan buenas notas, especialmente RJ Cyler como Billy, quien es el alma de esta película.

Los actores de experiencia también tienen su aportación en la película: Bryan Cranston compone a un Zordon muchas veces molesto con estos Rangers, Bill Hader no llega a ser tan molesto como muchos hubiéramos esperado como Alpha 5, pero es Elizabeth Banks quien se roba el show en su papel de Rita Repulsa, dando momentos de verdadera amenaza, pero también dando momentos donde se ve que divierte en su papel.

La historia sorpresivamente está bien contada, al es básicamente la historia de origen de los superhéroes: chicos con problemas en la escuela o casa (cambiando completamente la historia de los Rangers originales) que se topan con un poder extraño que les da habilidades y la responsabilidad de usar esos poderes para hacer el bien (hay mucha influencia arácnida en estos chicos), se aparece la amenaza en turno y, a través de trabajo en equipo, logran vencer al enemigo. Es básica la historia, pero sorpresivamente se siente en buen ritmo.

Power Rangers. Reviviendo la nostalgia.

También hay cambios en la historia que se sienten como actualizaciones de la historia original. Da la impresión de que Dean Israelite quiso homenajear un poco la serie de surgimiento, pero al mismo meter actualizaciones modernas y darle su propia identidad al producto. Hay momentos en que lo logra en verdad, aunque me hace desear que habría sido esta película en manos de un director competente.

Pero aun con estos grandes puntos que la película ofrece, hay problemas que se presentan que dañan mucho el material, empezando por los diálogos de la película: cuando tu película empieza de épica forma con el surgimiento los Rangers, no puedes poner como siguiente parte a Jason dando un chiste más típico de una comedia de Adam Sandler.

Otro detalle que encuentro con la entrega es la excesiva publicidad para cierto producto, especialmente en los momentos finales de la película. Esto quizá no afecta el resultado final, pero si se convierte en un elemento muy distractor.

Power Rangers. Reviviendo la nostalgia.

Pero lo que podría causar problemas esta película recae en lo poco que tenemos de Rangers aquí. Parecería que los productores confiaron bastante en que el producto seria exitoso en taquilla, por lo que sacrificaron parte del espectáculo Ranger para que podamos conocer más a estos personajes. No es necesariamente malo, pero considerando que muchos esperaban ver pronto a los Rangers realizando sus rutinas de siempre (ponerse el traje, derrotar monstruos con poses, duelo de robots, etc.), esto podría convertirse en una decepción brutal para la gente.

La película quizá, en el estricto sentido de la palabra, no es una buena entrega, pero para la desgracia que yo estaba esperando ocurriría, me topé con una entrega bastante decente y con mucho potencial; potencial que espero, en la secuela, explote como deber ser.


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