El 14 de febrero de 2016 publiqué uno de los artículos más destacados e innovadores de la historia de este blog "Voto en Blanco". Se titulaba El precariado, la peligrosa nueva clase y contenía las respuestas a incógnitas tan trascendentales como el enfrentamiento de los pueblos con sus políticos, el fenómeno mundial de la indignación y el nacimienmto de partidos nuevos, de orientación populista y totalitaria, como el español "Podemos" y el griego Syriza, que ha conseguido formar gobierno.
La clave de la inestabilidad de nuestro mundo y el origen de casi todos los traumas y dramas del presente está en la aparición del "Precariado", esa nueva clase que está sustituyendo al "proletariado" y que agrupa a desposeídos, desempleados, indignados y víctimas del sistema, todos organizándose bajo el denominador común del radicalismo y el odio a esa vieja política que a ellos los ha arrojado al basurero. Muchos están sin trabajo y otros tienen trabajos inseguros y de miseria, con muchas horas a cambio de un puñado de euros. Tienen poco dinero, se sienten despreciados por los ricos y por las clases medias y tienen muchas dificultades para encontrar un trabajo digno y un sitio en la sociedad, pero les sobra indignación y rechazo a la clase política y al sistema. Los expertos creen que esa nueva clase crecerá sin parar en un mundo futuro donde tener dinero y trabajo será un raro privilegio.
Los "precarios" quieren cambiarlo todo y asumir el poder, lo que lo convierte en una fuerza temible, sobre todo para los que dominan el mundo como si fuera su coto privado de caza.
Sin embargo, se da la aparente paradoja de que sus principales adversarios, que son los poderosos que dominan la tierra desde las sombras, lo estén potenciando y empujando hacia las alturas, quizás con el deseo de que se estrelle y se queme en el poder, un método infalible que el poder mundial ha utilizado con éxito para librarse de sus peores enemigos.
Cada día hay más precarios en el mundo. En España son ya más de 15 millones. Por fortuna, no todos padecen la locura de arrojarse en brazos de los populistas totalitarios, que les prometen el paraiso después de la toma del poder. Los hay también que optan por reformas y cambios desde la moderación. En la práctica es lo mismo que ocurrió con la revolución del proletariado, que una parte se arrojó en brazos del comunismo, una doctrina que terminó esclavizando y fracasando, mientras otra se enroló en la democracia y construyó el Estado de Bienestar.
El siglo XXI será el escenario de la batalla por el poder que libre la nueva clase contra las viejas clases y los poderes en la sombra que siempre han gobernado el mundo.
Será una lucha de gran intensidad y apasionante.
Los que quieran conocer mejor el fenómeno precario, pueden leer el libro "El precariado, Una nueva clase social", en el que Guy Standing describía el «precariado» como una clase nueva, masiva y emergente, que crece en todo el planeta, a la que se le han negado derechos políticos, civiles, sociales y económicos. Entre sus rasgos dominantes están la desigualdad, la inseguridad, el sentimiento de marginación y el odio a la política la economía y la cultura que les han convertido en parias.
Francisco Rubiales
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