Revista Coaching

Preparar un examen

Por Pabloadan

Cómo enfrentarse a él

Para muchos padres el verano es un largo período donde los niños suben y bajan, entran y salen entre chanclas, playas y piscinas y campamentos.

Preparar un examen
Para otros el mes de agosto se convierte en una auténtica tortura pues debe ser culpa del gobierno (el fracaso escolar, las continuas y nefastos cambios en el sistema educativo), pero por unas o por otras ha llegado un lista de asignaturas a recuperar… otras vez.

Es horroroso tener que levantarlos, coordinar su estudio, motivarlos… vamos, que cuando en nuestro trabajo somos buenos coordinando equipos y motivando, en casa se caen todas nuestras enseñanzas y nos convertimos en ogros represores del descanso de nuestros hijos.

El problema es que somos padres, no profesores, y los niños no entienden ese cambio repentino de rol. Ser capaces de jugar con ellos entre las olas del mar o con la bicicleta de montaña, y pasar en unas horas al mal rollo de enfadarnos si no cumplen el horario de establecido nos es fácil. Pero bueno, así es la vida y esto es ser padre, aunque no lo ponía en el manual.

Preparar un examen
El caso es que he estado revisando técnicas para que los niños (y no tan niños, son técnicas válidas para cualquier edad y tipo de examen) se enfrenten con las mejores garantías a un examen, y ya que las he recopilado y desarrollado, y así que las comparto con vosotros. Veamos:

Antes

  1. Pensar en el premio. Es la gratificación del objetivo y del esfuerzo. Cada uno tiene el suyo, debemos descubrir como padres qué les motiva y que ellos mismos lo definan, y utilizarlo entre los dos como gancho; libertad, independencia.. a ser posible nada material, aunque si no queda mas remedio…. No somos perfectos.
  2. Relajación. Debemos ayudarles a evitar toda tensión. Si pensamos en el premio y no en el castigo (que seguro que lo hay)  es para sacar la tranquilidad y la seguridad antes del examen.
  3. El día de antes, sin agobios. Ese día ya deberá estar todo hecho y organizado, es un día donde podemos programar un repaso esquemático, no quemar demasiadas horas y a dormir al menos 7 horas.
  4. Llevarlo todo. Si después de todo el verano estudiando llegas al examen y te has dejado la calculador, o las reglas, o el diccionario ¡es para morirse! pero ocurre muchas veces. Así que ayudemos en lo posible al pobre niño (y no tan niños porque los hay ya peludos).
  5. No olvidar la confianza. “Vas a aprobar, lo sabes todo bien, vas a demostrar que se han equivoca suspendiéndote. Vas a poner sobre el papel todo lo que sabes. Tranquilo que lo harás bien…”

Durante

  1. Respirar tres veces antes de empezar a leer el  examen. Leer tranquilamente 2 veces cada pregunta o las que haga falta. Si puedes, apunta en una hoja con guiones los conceptos que te vayan viniendo a la mente para desarrollarlos luego.
  2. Comenzara  escribir las preguntas que te sabes mejor Concéntrate perfectamente e cada una que hagas y olvida en ese instante el resto. No cojas miedo de no poder responder aquellas que no recuerdas o no entiendes.
  3. Disfruta mientras demuestras todo lo que sabes, pero controla el tiempo para evitar pasarte. A ver si por demostrar que te saben muy bien la 1 y 2 te quedas sin tiempo para las restantes.
  4. Pregunta lo que no entiendas. A veces malinterpretamos las preguntas por miedo a preguntarlas. No creo que los profesores estén allí para hacernos pasar un mal rato.
  5. Antes de entregarlo repásalo. Un último repaso puede hacerte recordar más cosas o conceptos. Un puntito es un puntito…

Después

No hables de las respuestas con tus compañeros, no te agobies, descansa mentalmente y disfruta unos días hasta la noticia: Si es buena genial. Y si es mala aprende dónde te has equivocado y por qué te han vuelto a cargar. Y qué les vas a decir a tus padres.

Suerte.


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