Revista Cultura y Ocio

Presunto humano

Por Antoniobarba
Calamar

Calamar

Están ahí, plácidos y apilados en los estantes de la pescadería, rodeados de hielo, durmiendo un sueño eterno tras salir de los mares, pero vivos son terroríficos. Voraces hasta la saciedad, se atacan incluso entre ellos con gran ferocidad. Un documental sobre su vida da verdadero miedo por mucho que estés parapetado tras el sofá. No hace mucho rajé uno en mi cocina antes de hacer un arroz y dentro llevaba un pescado que los jugos gástricos habían comenzado a digerir; parecía una sardina. Son los calamares. En algunas zonas de España su nombre se usa también como insulto para despreciar a quien se lo merezca: “Menudo calamar”. Esto se le puede aplicar a muchos seres humanos, calamares en realidad, como el calamar carnívoro (todos lo son) que se llevó por delante la vida de ochenta personas en Noruega hace una semana. Presunto criminal, presunto humano, verdadero calamar voraz sobre el que merece caer todo el peso justiciero del agua del océano.


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