Revista Cultura y Ocio

Primeras impresiones

Publicado el 24 abril 2016 por Fernanda Espinosa @entrelibrosyte

Primeras impresiones
Después de una temporada sin acercarse a un libro, no hay nada como un inicio espectacular para reengancharse con la lectura, para hacer más grato el reencuentro con un buen amigo. No, no he dejado de leer nada más alejado de la realidad—, pero sí de pelear con mi teclado por y para ustedes, así que consideren esta entrada una cita pendiente. No se preocupen, el café se los pago yo.
Hagamos más dulce nuestro reencuentro, apreciados lectores, y no nos limitemos a mis oxidadas letras sino a muchas que en un momento me capturaron, inspiraron, cautivaron y hasta ahora no me pudieron soltar (o yo no me pude soltar de ellas). Les comparto unos cuantos de mis inicios favoritos en la literatura —una selección que me grita por una segunda parte—, esperando que alguno despierte en ustedes lo que en su momento despertó en mí.
Porque no hay mejor manera de honrar a los libros que mantener sus letras vivas. Feliz día del libro, de las letras, del idioma castellano; feliç diada de sant jordi para los lectores del otro lado del charco. Un abrazo de esta humilde bloguera, que un libro se los dé en mi nombre.
«En los remotos e inexplorados confines del arcaico extremo occidental de la espiral de la Galaxia, brilla un pequeño y despreciable sol amarillento.»Guía del autoestopista galáctico, Douglas Adams
«El pueblo de Holcomb está en las elevadas llanuras trigueras del oeste de Kansas, una zona solitaria que otros habitantes de Kansas llaman "allá".»A sangre fría, Truman Capote
«Hoy ha muerto mamá. O quizá ayer. No lo sé. Recibí un telegrama del asilo: "Falleció su madre. Entierro mañana. Sentidas condolencias." Pero no quiere decir nada. Quizá haya sido ayer»El extranjero, Albert Camus
«Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos paladar abajo hasta apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo.Li.Ta.Era Lo, sencillamente Lo, por la mañana, cuando estaba derecha, con su metro cuarenta y ocho de estatura, sobre un pie enfundado en un calcetín. Era Lola cuando llevaba puestos los pantalones. Era Dolly en la escuela. Era Dolores cuando firmaba. Pero en mis brazos fue siempre Lolita.»Lolita, Vladimir Nabokov
«El señor y la señora Dursley, que vivían en el número 4 de Privet Drive, estaban orgullosos de decir que eran muy normales, afortunadamente.»Harry Potter y la piedra filosofal, J.K. Rowling
«Cuando yo era más joven y más vulnerable, mi padre me dio un consejo que he tenido en cuenta desde entonces. "Cada vez que sientas deseos de criticar a alguien me dijo recuerda que no todas las personas de este mundo han tenido los mismos privilegios que tú."»El gran Gatsby, F. Scott Fitzgerald
«Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo.»Cien años de soledad, Gabriel García Márquez
«La mañana en que a la última hija de los Lisbon le tocó el turno de suicidarse —esta vez fue Mary y con sonmíferos, como Therese—, los dos sanitarios llegaron a su casa sabiendo exactamente dónde estaba el cajón de los cuchillos y el horno de gas y dónde la viga del sótano en la que podía atarse una cuerda. »Las vírgenes suicidas, Jeffrey Eugenides
«Creo que la cocina es el lugar del mundo que más me gusta. En la cocina, no importa de quién ni cómo sea, o en cualquier sitio donde se haga comida, no sufro. Si es posible, prefiero que sea funcional y que esté muy usada. Con los trapos secos y limpios, y los azulejos blancos y brillantes.Incluso las cocinas sucísimas me encantan, Aunque haya restos de verduras esparcidos por el suelo y esté tan sucio que la suela de zapatillas quede ennegrecida, si la cocina es muy grande. me gusta. Si allí se yergue una nevera enorme, llena de comida como para pasar un invierno, me gusta apoyarme en su puerta plateada. Cuando levanto los ojos de la cocina de gas grasienta y del cuchillo oxidado, en la ventana brillan estrellas solitarias.Solo estamos la cocina y yo. Pero creo que es mejor pensar que en este mundo estoy yo sola.»Kitchen, Banana Yoshimotoresponder

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