Revista Música

Procol Harum: Conquistando escenarios

Publicado el 30 junio 2012 por Bitacorock
Muchas veces prometimos ocuparnos de ellos - hoy cumplimos con un pequeño aporte que irá creciendo con el tiempo.
La banda inglesa Procol Harum, que allá por 1967 acometió ruidosa en el mundo pop psicodélico de la época con su super-hit "A whiter shade of pale" (conocido en la Argentina bajo el título "Con su blanca palidez") todavía recorre los escenarios junto a sus mentores, el cantante, pianista y compositor Gary Brooker y el letrista Keith Reid.
Tras su primera década de carrera, en la que lanzaron nueve álbumes de estudio y uno en vivo, la banda se disgregó en 1977 para abrir un largo paréntesis de inactividad grupal. Recién en 1991 y con personal renovado volvería definitivamente a las giras y los estudios, aunque en este último entorno no acusaría la prolífica performance de la primera época.
Con gran presencia en Estados Unidos, Canadá y Europa, en la Argentina nunca hubo ocasión de apreciar esta singular banda en su momento de esplendor. No es que hoy el panorama haya variado. Pero siempre es grato recoger impresiones de quienes han presenciado alguno de sus conciertos en tantos años de vigencia.
Nunca llenaron estadios ni grandes auditorios, pero a mediados de los '70 el nombre Procol Harum tenía lo suyo y verlos en vivo era una grata experiencia. La revista "Pelo" no estuvo ausente en uno de esos acontecimientos y en su edición de enero de 1974 publicaba una crónica firmada por el periodista Carlos Pratto que recogía sus impresiones de un concierto. Es difícil precisar de qué concierto se trata, pero buceando por el historial de giras en el propio sitio web de la banda, comprobamos que a fines del '73 (época probable en la que fue escrita esta nota de "Pelo") Procol Harum se encontraba en plena gira europea y se aprestaba para comenzar la grabación de su nuevo álbum "Exotic Birds & Fruit".
Por entonces, el lineamiento de la banda estaba conformado por Gary Brooker (piano y voz), B.J. Wilson (batería), Chris Copping (órgano), Alan Cartwright (bajo), Mick Grabham (guitarra) y Keith Reid (letras).

Procol Harum: Conquistando escenarios
Procol Harum: Conquistando escenarios "Pelo" Año IV
Nº 46 - Enero 1974
pp. 50 y 51


CONQUISTADORES
Existe muy bien y en todas partes una verdadera sociedad secreta alrededor de un culto absoluto: el de la música y los hombres de Procol. Las desventuras del grupo y la casi clandestinidad de sus discos; todo ese misterio atrapó a quienes descubrieron a Procol (por azar o por captación) en una atmósfera que les pareció emanar naturalmente de su música. 

Y los músicos, marcados por los inconvenientes, imprimieron sin duda en sus canciones determinados climas sombríos y a menudo verborragia en los textos. La leyenda ha drenado para el grupo un público que lo adora, pero que puede esperar cualquier desastre.


De allí puede ser, esas diferenciaciones qua hacen los viejos fans por el periodo "Broken Barricades"-"Live in Edmonton": los no iniciados, a causa de un vagón mas moderno y brillante, tomaron el tren cuando ya estaba en marcha, y por lo tanto en realidad ignoraron al verdadero Procol. Es un tanto cierto que se hizo una mezcla notable en el público del grupo, y que llevó un buen tiempo el poder equilibrarlo. Pero, Brooker y Reid habían resuelto no esforzarse mas en el "culto a la minoría", ese viaje masoquista y egoísta donde podrían enfermarse, como les ocurrió primero a los Velvet y luego a Lou Reed, fijándolos en una determinada imagen, que no hacia mas que estropear su creatividad. Es esa la única razón de "Broken Barricades" y "Live", álbumes un tanto superficiales para el gusto de los fans. La otra razón era sin dudas ese viejo deseo que tenia Brooker de ver su música finalmente inmortalizada por quienes habían sido desde siempre sus destinatarios.
Es riesgoso volver a caer en el famoso malentendido de
"A whiter shade of pale", y volverse a encontrar, sobre todo luego del fantástico éxito de "Conquistador", con otro publico nuevo, totalmente fuera de onda. Pienso que tuvieron razón porque era un paso indispensable a seguir y había que a cualquier precio abrirse a otros caminos. Procol no arriesgó convertirse en un esclavo eterno de un gran público que lo habría disuelto en los clichés y los dólares: su proyecto es muy antiguo, muy sólido y sus hombres han sido modelados por ellos mismos y por su historia.
Por eso ellos prepararon ya "Grand Hotel" y los esplendores de ese álbum hicieron caer por el piso cualquier duda. Encontré en ese disco diez mil razones suplementarias para que me gustara, como los niños que leen y vuelven a leer "Veinte mil leguas de viaje submarino" y aman al capitán Nemo. Ese personaje especial, incorrupto, tiene realmente todo lo que de un capitán de novela lleva inclusive con redingote de oficial y un casco... el muy loco!) El y Keith Reid, con sus saltones ojos glaucos, están fascinados con el mar, y el lenguaje marino los ha ayudado inclusive a traducir las imágenes y los gestos como solo en sueños pueden concebirse, tan es así que en la mayor parte las palabras sobrevienen como en brisas.
Alguien se aproxima desde un micro, grita Procol Harum, y todo el mundo grita en la sala, algunos dejan sus asientos y se aglutinan al pie del escenario, y uno al verlos piensa que es lo mismo que con los Stones. Gary Brooker, con traje crema, siempre un poco pasado, los pelos cortos de su bigote de señor, desparejos, la mirada ennegrecida por las cejas... B. J. Wilson pero sin sus pieles, todo sonrisa (puede ser un poco hibrida), un verdadero "muchacho lindo" y Chris Copping ocupándose de su órgano, con ese aire de querubín envejecido prematuramente, los trazos marcados (con ese terror de tocar en "Home" luego de la partida de Ficher
[sic]). Grabham y Cartwriht [sic] afinan sus guitarras, los dedos cortones del gordo Brooker aporrean el piano, B. J. que levanta los brazos: "Conquistador"...
Procol Harum: Conquistando escenarios
Ya vi a Procol Hamm unas cuantas veces, y a pesar de eso, no sabría describir el transformamiento que soporto cuando empiezan a tocar. Sin dudes la encarnación del mito, y la alegría, pero también esas destructivas tenazas sobre las flores carnívoras "Home'', una música terrorífica). Se dirá que es estúpido y dudoso temblar cuando los que uno ama posan su pie tan cerca que uno podría poner su boca detrás. Lo lamento mucho, pero ese tipo de fricción es muy rara, demasiado rica en consecuencias como para que uno se de a la pena de reprimirla..."Bringing Home The Bacon": ese maravilla brutal; los dos primeros pedazos para que los nuevos y los antiguos amantes de su música comprendan que antes que ellos, este no fue un grupo cualquiera sino una banda de rock and roll muy severa. Luego "Christmas Camel", del primer álbum, luego... tocaron cerca de una quincena de títulos, procedentes de sus seis discos, para afirmar la gloriosa unidad de la obra, para hacer que toda la gente escuchara a Procol "en el espíritu en el que se había formado". Por lo que encadenaron "Too Much Between Us", una perla desconocida escogida por Robin Trower, a "Still There De More" fracasando, en dos trozos aparentemente elogiados como "Kaleidoscope" y "Grand Hotel". Viajando, titulo tras titulo, y cambiando sus rostros de todas maneras, uno comprende sus deseos: que aquellos que vinieron para "Pale", "Conquistador" o "Souvenir of London" salgan amando "Whaling Stories" y "Salty Dog", y el concierto es una cruzada donde el amante tímido debe descubrir en el fondo suyo una pasión por el mar, los marinos y los navíos...
Keith Reid, el pretendido poeta introvertido, mórbido y nervioso, lo vi bailar hacia el final, en camisa hawaiana... Eso es Procol Harum: dos hombres totalmente sumergidos en esa materia tan bella y tan terrible fabricada por ellos, que uno pretende que se pongan la cabeza entre los pies para sacarles el mayor jugo posible.
Es ciertamente una gran verdad, que es prácticamente muy difícil para los músicos tocar muy fuerte cede noche que ellos tienen que contener a dos mil personas, teóricamente sentadas y pasivas, con los sentidos atentos al máximo. Y fue entonces a partir de
"Whaling Stories" (magnífico, porque siempre es decisivo en un concierto), cuando el clima se hizo en la sala; y los que no entraron en la fiesta no podían comprender por que B. J. colgando de su batería con golpes sacudidos, transpiraba tanto, por que los ojos desorbitados del bello Copping se fijaban irremediablemente en el piano, por que Brooker corría sobre cuatro o cinco octavas a la vez, por que Mick Grabharn entonaba a menudo un coro erg "Simple sister", todos enloquecidos...
Llegamos al fin del concierto. Parecía imposible ir mas allá en ese esfuerzo de encarnación de la música. Recordando... también tocaron dos viejos trucos, y un rock del tiempo de los Paramounts. Y
"A Pale"
Algo fue realmente increíble: una verdadera escena de locura en cualquier cabeza: ese tema que uno ha recibido tan mal, que pudo hacerlos fracasar.
"A whiter shade of Pale" fue inmensamente ayer. Y Barrie John Wilson vibraba sobre sus cimbales, Gary Brooker con los ojos cerrados, cantando un poco mas fuerte el sacrificio de las Dieciséis Vestales Virgenes, es casi absolutamente la imagen que uno puede tener del placer de ser devorado por una flor carnívora. Puedo jurar que la violencia de su perfume es toda su crueldad, y que es imposible que muera hasta dentro de mucho... mucho tiempo.
CARLOS PRATTO.


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