Pronóstico reservado – @shivisc

Nada te prepara para llegar de donde te fuiste con lágrimas en los ojos.
Nadie te hace regresar tantas veces como ese lazo inexplicable.

Yo que estaba ahí para entregarle todo,
regresaba vacía como todas las veces sin pedirle nada a cambio.

Le dije lo que quería decirle como lo hice todas las veces.
Aunque esas veces fueron todas las veces de las que he podido acordarme.

Me despedí de mi padre como cada una de las mañanas que partía.
Grabando su rostro en mis ojos,
repasando de memoria todos sus imperfectos detalles.

Por si nunca volvía a verle. Por si fuera la última vez que podría abrazarle.

Le dije todo lo que pude decirle en vida.
Todo lo que no pude guardarme.

No le hice el mejor de los poemas.
Ni sé si le habría hecho el más bello de todos
pero mis palabras más profundas se quedaron a su lado.

Para hacerle compañía
cada vez que cerró sus ojos mientras dormía balbuceando.
Cada vez que cerré los míos en silencio mientras pedía un milagro.

Qué difícil es extrañar lo que no se puede o no se tuvo a la vuelta de la esquina.

Te extrañaré todos los días
como todas las veces desde toda la vida.
Como las veces que te vi partir por las mañanas
esperando cada puesta del sol para abrazarte de nuevo.

Como las veces que fui a dormir mientras no sabía si dormías,
si llovía, o quedabas encallado en alguna playa.

A veces cierro los ojos pensando
que te veré llegar un buen día de la nada.
Apareciendo en el mar como si el tiempo no contara.

Trayendo de nuevo las palabras
que te entregué de mis labios con un nudo en la garganta.
Aunque nunca repitieras para mí las mismas palabras de regreso.

De nuevo mi padre y yo,
y sigo sin pedirle nada a cambio.

Aunque esta vez navegando
Desde la incertidumbre de un nosocomio.
Cierro los ojos en silencio tragando cada una de mis lágrimas.
Trato de convencerme y repito:

Mi padre se quedó en el mar y sigo esperando a que regrese.
Y yo me quedé con él para hacerle compañía.

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