Revista Salud y Bienestar

Proyecto de vida

Por Pedsocial @Pedsocial

Walking down your lifeA todo el mundo le han preguntado alguna vez qué quiere ser cuando sea mayor. Es saludable también preguntárselo a uno mismo. Yo me lo sigo preguntando cada día (!).

Antes escribimos sobre las SEIS dimensiones de la realidad, con énfasis en la importancia del futuro, magnitud de la que los niños, naturalmente, tienen más. Saber que van a hacer con él es una información de relevancia.

Preguntárselo a los niños en una consulta de Pediatria social no es una curiosidad más o menos ociosa. Entendemos que es una cuestión capital a plantear no sólo al niño que según la edad recurrirá o no a los repetidos futbolista, astronauta, maestra, top-model o cocinero, sino y especialmente a los padres. Saber que futuro planean los padres para cualquier niño que acuda a la consulta es una información esencial para situarnos en la realidad del niño.

Los niños, según la edad:

  • De 1-3 años apenas van a saber que contestar
  • De 4-10 años, el mundo mágico les invitará a fantasías más o menos aventuradas, pero las ilusiones son saludables
  • De 11-16 años en este país puede quedar sin respuesta, mientras que en otros sitios se tienen que tomar decisiones en cuanto a cómo enfocar la educación y, con ello, perfilar una dedicación profesional o laboral futura.
  • En la vida adulta es un compromiso existencial.

Las expectativas paternas pueden verbalizarse con más o menos imaginación, pero si la pregunta se hace con seriedad, en una consulta para completar la anamnesis, la respuesta puede aportar un considerable volumen de información sobre el contexto y las expectativas sociales de cada niño. La información puede contener desde propuestas razonables hasta estupideces fruto de la expresión de frustraciones o neuras parentales.

La valoración que se pueda hacer de las respuestas estará sometida a un cierto grado de subjetividad por parte del entrevistador, porque el amplio abanico de posibilidades pesará sobre los contextos culturales tanto de los padres como del propio entrevistador, médico, enfermero, psicólogo o trabajador social. Y todas las respuestas merecen respeto y contienen validez.

Sólo hay una incontestable y que contiene todas las garantías: cuando sea mayor, quiero que mi hijo sea feliz.

X. Allué (Editor)


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