Revista Opinión

Puede que el Islam no sea el tema más importante

Publicado el 24 noviembre 2015 por Vigilis @vigilis
Son tantas las cosas que se dicen y el ruido generado que espero que me disculpéis si no pongo enlaces o hago referencias a ejemplos concretos de aquello que pretendo desmentir o puntualizar. Muchas de estas cosas, si leéis el papel de envolver el pescado estos días, son conocidas desde hace tiempo y hoy tan solo se repiten. Como en aquel juego infantil del "teléfono estropeado", cada vez que se repite una idea, ésta se ve alterada.
Podría decir que estos días el que se lleva la palma de la estupidez es el candidato a ser candidato republicano a la presidencia de los gringos, Donald Trump. De algún modo este señor dejó caer que no descartaría crear un registro de musulmanes en EE.UU. Un genio. Se nota que el mapache acostado que lleva en la cabeza le aporta neuronas extra. Como no es lo mío hablar de "Espectáculos y variedades" no insistiré con este señor.

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Turbantes o mapaches, el caso es cubrir la azotea.

Hay algunas ideas muy locas acerca del Islam que sirven a dos señores. Por un lado a los racistas: gente muerta de miedo que quiere protegerse ante lo que no conoce. Por otro lado estas ideas locas sirven a los radicales islamistas (quienes al fin y al cabo también son racistas), facilitándoles la propaganda y dándoles la razón.
Apuntaba el otro día que no sólo el islam no es el problema (en todo caso el islamismo como ideología expansiva y hostíl) sino que tal vez el problema esté más relacionado con el difuso concepto de lo árabe. En Albania la gente primero es albanesa y después es musulmana. En Irán la teocracia es chií, secta que algunas escuelas suníes no consideran parte de la umma (la umma es la comunidad de musulmanes, el orbe musulmán). En Indonesia, el país con mayor población musulmana del mundo, existe una libertad de culto similar a la polaca.

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Hijab Make Up Salon, juego de maquillaje para móviles. A esto le llamo yo "entrismo". Vamos a ganar.

Digo estas cosas para tener en la cabeza que el islam es una religión presente en todo el mundo con más de mil millones de seguidores. Creo que no hace a nadie ningún favor tomar detalles del wahhabismo, u otras doctrinas cuya religiosidad es discutida, como corpus islámico. Esto es algo que vemos todos los días en los dominicales para amas de casa y me parece escandaloso. Es como si cogiéramos al KKK y dijéramos que el cristianismo es eso. Lo que nos debe quedar claro es que lo único que tienen en común las docenas de escuelas coránicas que existen es la preeminencia del Corán, que al fin y al cabo creen que es la palabra de Dios (aunque todo el mundo sabe que la palabra de Dios se hizo carne y su ejemplo de amor infinito sirve a la buena gente de guía de conducta dentro de los cauces que manda Su Iglesia).
No dejo de pensar que criticar las críticas inventadas sobre el islam lo colocan a uno en la posición de ser señalado como amigo de los moros. No van por ahí los tiros. Aunque no caiga en la falacia de tomar la parte por el todo y no señale a todo el vasto y heterogéneo orbe islámico como la secta wahhabista sufragada con nuestro dinero por nuestros aliados saudíes, esto no quiere decir que no pueda criticar a la religión islámica —mejor dicho, a sus creyentes, ya que ninguna religión puede ser criticada salvo si entramos en juegos de contradicciones lógicas que no importan a nadie—, sin ir más lejos hay un detalle común en el islam que me llama la atención: la cantidad de gente que no es árabe pero que se viste como los árabes. Esto por ejemplo yo no lo entiendo. Es más, no entiendo que hoy en día muchos árabes sigan yendo por la vida con los huevos colganderos. En tiempos de las guerras romano-partas ya había sistemas de climatización y desde hace cien años tenemos aparatos de aire acondicionado. Esos individuos que en Estocolmo se siguen vistiendo como el abuelo de Omar Sharif para mí son un ridículo misterio.

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Los kurdos no se visten como fantasmikos. #Winning.

Un poco de historia
Hay gente que se pone a practicar historia comparada de las religiones con erótico resultado. Dicen que los moros anduvieron a la gresca toda su vida, que le cogieron el gusto a la cimitarra y no pueden parar. Y otros les responden que el cristianismo también hizo lo suyo con las hogueras de la Inquisición, etc. Estos debates estarían muy bien si detrás de ellos hubiera lecturas críticas. En mi opinión la carencia generalizada de material sobre el que basar opiniones sobre el islam es indistinguible de la carencia generalizada de lecturas sobre nuestra propia historia. El resumen de la historia universal en dos pelis de Hollywood y cuatro tuits hace que nos saltemos algún que otro detalle.
Tenemos por ejemplo las dos primeras "edades" de la historia del islam. La primera sería en vida de Mahoma y la segunda de los cuatro califas "justos" de Rashidun, el primer califato. La rápida expansión del islam en el siglo VII desde el culo del mundo que era Arabia y por lo que hoy es Egipto, Mesopotamia, Israel, Siria e incluso Persia se nos suele contar como una historia de sorprendentes victorias militares de los árabes. Las siguientes expansiones por el norte de África, España, el valle del Indo y el Cáucaso vendrían a ratificar la audacia militar de esta tropa. Este es el problema de los mapas y de que esta historia sea escrita doscientos años después.
Nos es mucho más sencillo y equivocado obtener información a partir de un dibujito —un mapa en este caso— que de un montón de párrafos de texto. Podemos estar muy seguros de que toda rápida expansión territorial de un grupito en la historia de la humanidad no se debió a la audacia de ese grupito. Esto casi es un axioma de la historia si no fuera porque la historia no acepta axiomas. Sin embargo caemos una y otra vez en este error: así Cortés con la única ayuda de una camiseta del Real Madrid y su pene conquista el Imperio Azteca y cuatro árabes sanguinarios conquistan a los persas, a los visigodos y a medio Imperio Bizantino.

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Ugh, un mapa.

Ninguna conquista tiene éxito si no cuenta con la colaboración del indígena. Y normalmente para obtener la colaboración del indígena lo que sucede es que el indígena pasa a vivir un poquito mejor con los nuevos amos (la excepción a esta norma la tienen los ingleses, que conquistaron por el método de matar a todos los indígenas).
Claro, si decimos que había gente en el Imperio Bizantino que pasó a vivir un poquito mejor con los moros, saltan todas las alarmas. La movida es que el deporte nacional en Bizancio —aparte del tiranicidio— era la guerra contra el persa y los primeros lugares de expansión musulmana fueron precisamente por las zonas más afectadas por el eterno conflicto. Un conflicto al que pusieron fin los árabes cuando conquistaron Persia. La conquista de Persia fue una conquista militar trufada de traicioncillas de pequeños vasallos árabes en la frontera (Irak). Que los cristianos pagaran un menor impuesto de capitación con los moros que con los persas también ayudó. Después continuó el ataque a Bizancio.

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Guerras árabe-persas. Dune mola más con una historia del siglo VII a mano.

En la costa de Licia (sur de Turquía) tiene lugar la batalla de los mástiles (según nos cuentan las crónicas de varios siglos después) que supone un gran varapalo naval para los griegos romanos. Con la flota lamiéndose las heridas los bizantinos poca resistencia pueden oponer en sus plazas del norte de África. De ahí a involucrarse en la guerra civil española de comienzos del VIII había un paso. Que los judíos pagaran un menor impuesto de capitación con los moros que con los cristianos, también vino bien en Palestina, por ejemplo, un lugar en el que la población local judía se la tenía jurada a los romanos por alguna razón.
Esta rápida expansión del nuevo sistema político-religioso de orgen árabe sufre un paréntesis con la primera fitna (guerra civil islámica). Sabéis que los califas sucesores (según los suníes) de Mahoma solían tener la mala pata de morir asesinados. El cuarto califa, Alí, es acusado de matar al tercero y se monta la gresca entre sus partidarios y el gobernador de Siria, un general de la familia omeya. Esta guerra la ganan los omeyas y así comienza el califato omeya mientras los partidarios de Alí se escindirán y serán conocidos como "los partidarios de Alí" (Shīʻatu ʻAlī, chiítas para los amigos).
De la primera fitna podemos extraer algunas conclusiones: el islam era un sistema político muy apegado a la tradición tribal árabe. Las pugnas se producen entre familias que tienen querellas de antiguo. El nuevo territorio conquistado podría haber servido para aliviar el conflicto por el control de la tierra. Recordemos que la Arabia del siglo VII era muy parecida a la de nuestros días: un desierto salpicado de puntuales oasis. Arrakis. Quedaos con esta idea del islam tribal.

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Arabia, siglo VII. Dramatización.

Como vemos esta historia no tiene absolutamente nada que ver con el cristianismo. El cristianismo era una secta en un estado en el que convivían muchas sectas y tuvo la audacia —Coliseo mediante— de atraer a gente con posibles hasta que fue no sólo reconocida como religión oficial sino ayudada a quitarse a la competencia de encima. Como devolución del favor, la Iglesia cuidó el viejo idioma romano y los antiguos textos sobre los que se cimenta el éxito planetario de occidente. De otras religiones no sabemos nada. No existen, supongo.
Los radicales

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The double lives of Iranian youth - CNN. Vamos a ganar.

Uno es radical hasta que gana y establece la nueva ortodoxia. Esta visión cínica de la historia es muy común entre partidarios y detractores de relacionar al islam con el wahhabismo (quicir, Le Pen, Enrique de Diego y Daesh). El caso es que por muchos petrodólares que sufraguen esta pequeña secta, y lo bien que les vaya a los del discurso del odio por estos lares, no dejo de pensar que lo que vivimos puede ser el canto de cisne de un mundo que está desapareciendo.
Es inevitable mirar a los cambios de los últimos años en Marruecos, a la transición política en Túnez y a las terrazas de los bares de Beirut. En una zona llena de tinieblas Jordania aguanta el tipo, los iraníes están a cinco minutos de colgar por los pies a los curas y hacia el sórdido este los chinos tienen calados a los moros y sabedores de que no se trata sólo de una religión, sino de un sistema político que entra en competencia con el suyo, lanza cada quince días operaciones militares contra su propia población musulmana que no veremos en la CNN. Por su parte, las petromonarquías del golfo no viven su mejor momento, entre la necesidad de sostener su poder político en la religión y la propia competencia que unos clérigos que no controlan les hacen a su poder temporal.
Creo que es este último el tema más delicado: petromonarquías complacientes con una doctrina político-religiosa que se la tiene jurada. Si yo fuera valí de uno de esos valiatos también me ocuparía de tener el conflicto lejos de mis fronteras mientras trato de que mi casa sea la última en caer.

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Edición turca de una revista internacional. En Turquía ganamos hace cien años gracias a los propios turcos.

A este caldo hay que sumarle la muy moderna moda del yihadismo: el terrorismo yihadista contra intereses occidentales es una derivada política novedosa. Nunca antes como hoy hubo tantos musulmanes en occidente ni el islam estuvo tan en retirada. La inmediatez de la comunicación y la facilidad del transporte hace que se junte el hambre con las ganas de comer. Si nuestros tarados locales ponen bombas y secuestran a gente, los tarados recién llegados pueden sentirse parte de una guerra real y reproducir esa guerra delante de nuestras panaderías de barrio. Esta clase de terrorismo es reciente, pero el terrorismo en sí no lo es. En ninguna parte del mundo.
Sobra decir que al terrorismo siempre se le gana. Y esta vez no será diferente.
La novedad es que por primera vez un grupo terrorista pretende un control territorial... bueno, realmente esto tampoco es la primera vez que pasa. En el continente que no nos importa hay docenas de grupos terroristas controlando territorios. ¿Qué tienen en común esas puertas al infierno africanas con los fulanos de Daesh? Pues que se establecen en territorios donde los estados estaban sostenidos por chicles y alambres. Hace décadas que tenemos a terroristas y piratas controlando el cuerno de África, en el delta del Níger el deporte nacional es la esclavitud y degollar a tus primos y de África Central no me hagáis hablar.
Claro que el tema de Irak y Siria nos pilla más cerca.

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¿Qué parte de "las operaciones MILITARES han terminado" no habéis entendido? Also, miss me yet?

La democracia iraquí post-Saddam funciona en el Kurdistán (tras las zonas de exclusión aérea de 1991 ya iban más o menos por su cuenta), pero en el resto del país dio lugar a un sistema de gobierno que conocemos por el nombre de Venganza. La mayoría chií, animada por Irán empezó a medirle el lomo a los clanes suníes mejor posicionados con Saddam que decidieron tomar represalias organizados por el estado baazista en la sombra (¿véis la relación con el conflicto tribal del siglo VII?). La guerra civil siria fue un catalizador que no desaprovecharon. Estimo que hay lugares de Irak controlados por Daesh que tienen exactamente al mismo alcalde que tenían cuando Saddam.
Militarmente son el ejército de Pancho Villa con toallas en la cabeza. El ejército portugués con apoyo logístico internacional se los podría cargar en quince días. Que la comunidad internacional es capaz de derrotarles nadie lo pone en duda. El problema es el equilibrio de poder. El cinismo se impone en las relaciones internacionales: una derrota baazista en Irak y Siria sería un éxito para Irán. Una victoria kurda en Irak y Siria sería una derrota para Turquía. Una victoria de Hezbolá desestabilizaría el delicado desequilibrio político libanés (estos últimos de Hezbolá parece que están dejando la línea del frente en Siria, tal vez como parte del deshielo de relaciones entre occidente e Irán).
Perseverar

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Babilónica Puerta de Ishtar en el Museo de Pérgamo, Berlín.

Los más brutos podemos decir que hay dos formas de desfacer el entuerto. La primera forma tarda cinco minutos y se basa en dejar aquello como el aparcamiento de un Mercadona. La segunda forma es dolorosa, costosa y tardaría un par de generaciones (sería el equivalente al proceso de desnazificación en la Alemania de posguerra). Nuestros próceres no optan por ninguna de estas opciones brutas, sino por el desgaste del enemigo. Es una estrategia legítima y efectiva pero no carente de problemas: por un lado se minimiza el coste electoral, económico y humano en nuestros países pero por el otro se multiplica el coste de reconstrucción a largo plazo, las víctimas civiles y la acogida de refugiados. La guerra da igual cómo te la tomes, siempre será un asunto sucio, que, como la caca de los bebés, es inevitable.
El Cid Killcount


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