Revista Infancia

Puedo separarme de mi hijo pero no quiero

Por Elisa Hernández @ElisaHernandezG

Ya sé que Fulanit@ se fue a la boda de sus amigos y dejó a su bebe de 3 meses (o incluso de 1!) con sus abuelos. Ya sé qué Menganit@ sigue viajando por el mundo con sus bebé en la espalda. Ya sé que Juanit@ queda los viernes con sus amigos/as aunque tiene un bebé. Ya sé que hay padres y madres que van a los cumpleaños de sus amigos incluso llevándose a su hijo. Ya sé que otros celebran sus aniversarios yéndose el fin de semana fuera y tienen hijos. Ya sé que puedo dejar a mi hijo siempre que quiera con sus abuelos o tíos. Ya sé que no pasa nada si le llevo a una celebración a las 8 de la tarde y se duerme en el carro. Ya sé que Paquit@ sigue trabajando en nosedonde y publicando libros y ha tenido un hijo hace poco. Ya sé que no hay por qué renunciar a todo por tener un hijo. Ya lo sé. Pero no quiero. No quiero adaptar a mi hijo a mis planes. Quiero adaptarme yo a los suyos (mientras me deje). Simplemente porque me gusta. Me encanta estar con él. Me gusta más que cualquiera de las alternativas o planes anteriores.
Puedo separarme de mi hijo pero no quieroY, aunque no haría falta justificarse, a veces tengo que hacerlo. Menos mal que sé que los bebés necesitan estar con sus padres. Sé que durante muchos años los niños sólo aprenden cosas jugando a cosas en 3D real y no virtual. Sé que no es tan importante lo que hacen mientras van al 35 cumpleaños de nuestro amigo como lo que no hacen en ese momento. Sé que el parque es mejor que cualquier teatro, extraescolar o actividad “cool” que nos ofertan desde que un niño nace. Sé que tengo alumnos que con 3 años no saben cómo jugar con la cocinita o los bebés o se aburren a los 2 minutos de darles unos cuantos vehículos y una alfombra con carreteras. Sé que sus mejores estímulos son su casa, nuestra voz y objetos cotidianos. Sé que aunque todas las tardes de la semana hagamos casi lo mismo y juguemos en casa o en el parque, ese juego nunca es igual. Sé que si mi hijo “no para” con 2 años tengo suerte porque está desarrollando su cerebro y todo lo que conlleva, aunque no esté sentado en un restaurante mientras yo como con mis amigos. Sé que es fundamental su rutina. Sé que pasados los 3 años lo que quiere es “hablar” con niños y no con adultos, aunque se ría con ellos (qué estará pensando?) ... 
Puedo separarme de mi hijo pero no quieroY lo que verdaderamente sé es que no quiero perderme ni un minuto de mi hijo porque en ese minuto ha aprendido una cosa nueva y quiero enterarme. Y si estoy fuera, si no estoy junto a él,si no le estoy mirando, si estoy luchando por atender a la conversación de mis amigos, no puedo. 
Y aun no queriendo, el día a día hace que inevitablemente nos perdamos infinidad de minutos mientras trabajamos, cocinamos, limpiamos, recogemos, vamos al médico, hablamos por teléfono con el técnico del frigorífico, o con nuestra pareja al llegar a casa. Aun así ha habido veces, muy pocas, que me ha apetecido salir a cenar con mi marido, irme al cine, ver a alguna amiga, ir a una boda sin él, salir de compras o irme a dar un masaje. Y también ha habido veces en las que me lo he llevado con mis amigos aun sabiendo que yo no iba a disfrutar ni del niño ni de los adultos. Y otras veces lo he hecho por una extraña convención social por la que últimamente se ve mal que quieras ser la típica madre que se pasa tan feliz las tardes en el parque viendo como su hijo se columpia o se tira por el tobogán. Y si se puede, hablando mientras con alguien, que ni tiene por qué ser tu amiga. Pero sólo si se puede. Y si llueve, pintando en casa o jugando a lo que él quiera. Puedo separarme de mi hijo pero no quiero
Sí, a lo que él quiera. Jugar a lo que él quiera o adaptarnos a sus planes no es maleducarlo ni consentirlo. Porque mientras hacemos esos planes, de niños, no de adultos en los que se pueden llevar niños, él aprende lo que tiene que aprender en esos momentos y se educa en lo que se tiene que educar en esos momentos (dos listas bastante largas). Y sí, claro que tiene que aprender a respetar los gustos y planes de sus padres. El día a día presenta muchísimos momentos en los que no le va a quedar otro remedio. Y si no, no hay problema, con 17 años (por tirar por lo alto) será absolutamente respetuoso con los planes de su padre y míos y no querrá que juguemos a lo que él quiera.
Puedo separarme de mi hijo pero no quiero
Somos una generación que ha podido hacer muchas cosas antes de tener hijos: cumpleaños, viajes, salir bastante, hobbies, mejoras profesionales… A veces me parece que el problema es que renunciar a todo esto cuesta y es mucho más fácil meter a tu hijo ahí que salir tú de tu zona de confort para pasar a la de un niño.
No me preocupa hacerlo porque el 99,9 % de las madres con las que me he cruzado desde que soy madre y que tienen hijos ya mayores, han coincidido sólo enuna cosa: disfruta de tu hijo porque crecen muy rápido. Te lo dice hasta la vecina que no te conoce de nada. También te dice alguna barbaridad o se mete donde no la llaman. Pero en que disfrutes de los niños mientras se dejen, es en el único consejo gratuito en el que coinciden todas. Y justo hace una semana me decía una compañera del trabajo: “Dentro de nada te sentarás en el sofá con tu marido y os diréis “Ya estamos solos los dos otra vez”. Dicen que la vida, y los hijos, vuelan. 
Puedo separarme de mi hijo pero no quiero

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