Revista Economía

Pujol en la sopa.

Publicado el 04 septiembre 2014 por Torrens

Estoy del caso Pujol hasta cerca del máximo de lo que puedo aguantar. Si mi opinión sobre la política y los políticos de este país ya era pésima, ahora está alcanzando niveles de debacle.

En primer lugar, si varios miembros de la familia Pujol han cometido irregularidades y delitos, que se les juzgue y condene de una vez, y de paso que alguien, quien sea, aunque se trate de uno solo de los políticos de este país, empiece a tomarse en serio el tema de la corrupción y se acaben de una vez los rumores; amenazas; informaciones sesgadas; irregularidades graves cometidas por la propia Justicia por razones políticas; comentarios con información incompleta que nunca llega a concretarse; corruptos declarados paseándose por la calle durante el juicio y después de ser juzgados disfrutando del producto de sus robos y luciendo el dinero robado; clarísimos mangoneos de pruebas y datos para proteger a según quien; gobernantes jugando con marrones de sus contrincantes, ahora los saco, ahora no los saco; comparecencias ante el Parlamento e investigaciones parlamentarias que deberían ser un insulto para cualquier parlamentario honesto; gobiernos que aprovechan los recursos y bases de datos del Estado para perjudicar a sus contrincantes o para defender a sus corruptos, etc. y todo lo demás que da forma a la feria, fiesta, juerga, orgía, bacanal, aquelarre y circo indecente en que se ha transformado la lucha contra la corrupción y la Justicia en general en este país.

En los países serios la información sobre casos de corrupción se utiliza para juzgar y condenar a los corruptos cuanto antes y contundentemente. En las repúblicas bananeras esa misma información sirve para tírasela a la cabeza unos a otros, solucionar los problemas de los corruptos propios y hundir a los de los oponentes.

Lo que también ha acabado con mi paciencia y con los últimos rescoldos de opinión aceptable sobre la política española y catalana en particular son los personajes que estuvieron ligados a Pujol de una u otra forma y ahora dicen que les apena sobremanera el escándalo porque Catalunya le debe mucho a Pujol, o peor todavía, afirman que le debemos tanto a Pujol que todo y que su escándalo final empaña su obra, en ningún caso anula o nos debe hacer olvidar lo mucho que le debe Catalunya.

¿Catalunya le debe o le debía algo a Jordi Pujol antes del escándalo?, ¿a qué deuda se refieren?, ¿en base a que le debemos nada?, ¿Qué aportó Pujol a Catalunya aparte un calamitoso Estatuto y una desastrosa gestión?. Yo no le debo nada a Pujol, que convirtió a Catalunya en campo abonado de la corrupción protegiendo a los corruptos, defendió de manera catastrófica los intereses de Catalunya, y gestionó extremadamente mal nuestro día a día.

Mi muy mala opinión sobre Jordi Pujol fue temprana. Mi primer trabajo serio fue en Banco Atlántico y en una ocasión con otro compañero tuvimos que contactar el departamento de riesgos de Banca Catalana a causa de una operación en la que interveníamos ambos bancos. Después de pasar casi toda la mañana en él, mi compañero y yo salimos del entonces edificio central de Banca Catalana en Paseo de Gracia con las manos en la cabeza y la conclusión que aquello no era un banco sino una sardana mal bailada. A pesar de ello voté CiU en las primeras autonómicas de 1980 porque parecía el único partido que encajaba con mi postura de derecha liberal civilizada, y porque el aparente ideólogo era Trias Fargas, pero pronto comprobé que la ideología de CiU no era liberal sino la que ordenaba Jordi Pujol en cada momento y nunca he vuelto a votarlos. Empezó después el caso Banca Catalana, y mientras por un lado Jordi Pujol demostraba su inteligencia basándose en los hechos del Palau de la Música y su estancia en la cárcel durante la dictadura para, como ha hecho siempre, mezclarlo todo y sacar de la chistera un ataque de España a Catalunya en la figura del Presidente de la Generalitat, estaban pasando cosas de las que entonces no era consciente pero que ahora, al menos para mí, están claras. A causa del llamado Pacto Autonómico de 1981 entre UCD y PSOE, pero no aceptado por los demás partidos, se inició un largo debate que pasados unos años acabó en el desastroso café para todos. Pujol había defendido siempre el que Catalunya tuviese un Estatuto especial incluyendo concierto económico, y cuando ganó sus primeras elecciones intensificó sus exigencias de autonomía diferenciada, pero curiosamente coincidiendo con el inicio del caso Banca Catalana, la intensidad de sus exigencias se fue apagando rápidamente y finalmente, con su “ara no toca”, se rindió y aceptó el café para todos, poco antes de que la Audiencia de Barcelona, a pesar de las evidencias, rechazase la imputación de Jordi Pujol en el caso, años antes de que el juez finalmente declarase sobreseído el caso Banca Catalana y exonerase al resto de implicados, una larga lista de grandes nombres de la alta burguesía catalana como Jume Carner, Raimón Carrasco o Françesc Cabana. Entonces pensé que en el tema del Estatut Pujol se había rendido para no tener que enfrentarse a instituciones poderosas como la monarquía y el ejército, pero, sin descartar esta razón, ahora pienso que su rendición tuvo que ver con algún pacto sobre Banca Catalana.

Mientras los que se refieren a la inmensa obra de Jordi Pujol estaban con la boca abierta ante su brillante ejecutoria yo decía que todas las zonas del mundo tienen su catástrofe natural, y la de Catalunya era tener a Jordi Pujol de Presidente de la Generalitat.

Que Jordi Pujol es un desastroso gestor está ahora muy claro, solo tiene que analizarse la forma en que parece ser que él y su familia llevaron sus asuntos. Incluso cuando uno incumple la Ley debe hacer las cosas bien porque actuar como un idiota temerario siempre acarrea consecuencias. Por si no fuese suficiente, la actuación de Pujol, tanto en lo político como en lo legal, desde que el 25 de Julio hizo pública su confesión, no da pie a pensar más que es profundamente deshonesto, que en realidad Catalunya, su partido y lo que no sea él y su familia le importan un bledo, y que, a pesar de su superior inteligencia y cultura, gestiona los asuntos con los pies.

Lo ocurrido no solo es culpa de Jordi Pujol, también es culpa nuestra por haberle endiosado, y los dioses fuera de la religión siempre son peligrosos, e incluso en la religión con frecuencia también lo son.

Por cierto, una vez más el PP se equivoca en relación con el independentismo catalán. En la sesión dedicada al caso Pujol en el Parlamento, el Sr. Montoro, en una actuación totalmente contrapuesta a la que nos regaló en el caso del Excmo. Sr. Bárcenas, relacionó directamente la corrupción de Pujol con el independentismo creyendo, como por lo visto es generalmente aceptado en Madrid, que el asunto hará implosionar el independentismo, pero olvidan que algunas de las reacciones más duras contra Pujol vienen precisamente del independentismo y me temo que decirles que ellos son el principal producto de lo que ahora son jugarretas de Pujol va a tener el efecto contrario, sin mencionar que el colapso de CiU, que muchos celebran ya en Madrid, aterrizará en su mayoría en ERC, más independentista todavía. Una actuación inteligente desde Madrid habría sido acelerar al máximo los procedimientos legales y policiales y que la única fuente de información del caso hubiese sido la oficial, que lo hiciese todo público sin comentario ni calificación alguna, evitando noticias, rumores y comentarios a través de las conexiones subterráneas de la caverna mediática. El máximo de información, dada oficialmente con toda prontitud y frialdad, lo que habría enfrentado a los soberanistas directamente con las porquerías de su mito de forma clara, limpia, nítida y sin lugar para el tipo de excusas que usaba habitualmente Pujol. En su lugar las denuncias y los ataques del caso son un ¡jaja, jeje, jiji, jojo, juju!. El día 11 se verá, y aseguraría que veremos otro éxito espectacular del soberanismo impulsado por la falta de inteligencia de los que se llaman sus enemigos, cuando solo son más de lo mismo de siempre; pero igual me equivoco. Desgraciadamente para encontrar el tipo de inteligencia a la que me refiero uno tiene que desplazarse a otras latitudes.


PUJOL EN LA SOPA.

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