Afortunadamente atrás quedaron décadas anteriores en las que no se prestaba tanta atención a la iluminación en casa. Estoy hablando de la luz artificial.
Horripilantes iluminaciones de salones y comedores en los que la única luz provenía de una lámpara de techo, que para algunas cosas hacía su función, pero para sentarse en el sofá a leer o ver una película en las oscuras tardes de invierno o cenar en la mesa de comedor con los amigos, etc. no era nada acogedora. Igual pensáis que soy algo exagerada pero en mi salón tengo 7 puntos de luz y os aseguro que no es nada grande, 2 lamparitas para crear ambiente, 2 lámparas de suelo y 3 lámparas pendulares de techo, 2 sobre la mesa de comedor y 1 sobre la de centro junto al sofá, a las que hay que añadir las velas, que también crean luz (suelo tener fuera un par de sets de dos y algún farol en el suelo). Para cada momento encendemos unas u otras, creando así luz de ambiente, de lectura, para cenar, etc.
En este piso a continuación también han hecho mucho hincapié en los puntos de luz, observad la cantidad de lámparas y velas sólo en el salón. En la cocina también hay puntos de luz a lo largo de toda la encimera, colocados bajo los armarios superiores para trabajar cómodamente e incluso empotrados en la pequeña estantería de obra que separa la cocina del salón.
Ahora pensad en vuestros hogares y la iluminación, seguro que añadiendo algún punto de luz más, conseguís que sean más acogedores. ¡Feliz jueves!
Vía: Alvhem