Revista Cultura y Ocio

Purga de Sofi Oksanen: Contra la opresión

Publicado el 01 agosto 2013 por 1001lectores @1001Lectores
Purga de Sofi Oksanen: Contra la opresiónPurga. Sofi Oksanen1ª edición libro electrónico. Epub. Diciembre 2011ISBN libro electrónico 978-84-15470-00-7Edición española en papel, Editorial Salamandra (ISBN: 978-84-9838-352-2)
Suelo repetir con machaconería que una novela no es la historia que se escribe, sino cómo se escribe esa historia.En el caso de Purga creo que cualquier lector percibe esta cuestión desde el primer momento. Sofi Oksanen (Finlandia, 1977), creo que es perfectamente consciente del asunto, pues esta historia podría haber sido narrada de diferentes modos, y en ningún caso hubiera sido ésta, aunque los sucesos que narra fueran básicamente los mismos. De hecho, y buceando en Internet, he descubierto que la primera versión de Puhdistus (Purga en finés) es una obra de teatro cuyo demoledor e inmediato éxito hizo que su autora decidiera novelarla. Pero, como abundando en lo que he afirmado, Oksanen revela que la primera redacción de la novela estaba escrita en primera persona, en dos primeras personas para ser precisos; sin embargo, en un momento determinado del proceso, decidió variar esta perspectiva y redactar en la tercera persona en que nos ha llegado.No abundaré más en esta cuestión, pero si quiero arrancar mi comentario poniéndola de manifiesto, es porque pretendo resaltar que el Club de los 1001 Lectores ha tenido la suerte de volver a leer una obra de arte en el sentido más estricto, es decir, una obra en que la autora deja muy poco a la improvisación o a la casualidad. La estructura de péndulo de la historia que fragmenta el tiempo narrativo, el lenguaje conciso, a veces detallista hasta el extremo, a veces con elipsis de un tono poético estremecedor —por ejemplo el modo en que relata las vejaciones sufridas por Aliide al principio de la dominación soviética sobre Estonia—, la búsqueda premeditada de la esencialidad en los episodios relatados y que se concretan en capítulos breves, son sólo algunas demostraciones de lo que vengo diciendo.A pesar de que el tiempo narrativo se fractura, la dificultad para que el lector siga la trama es nula. La autora encabeza cada capítulo con el año en que sucede aquello que relatará. Hay tres momentos claves en el relato, el que abarca de 1936 a 1951, 1991 y el presente narrativo, 1992, año en que Estonia recobra nuevamente la independencia tras la dominación soviética que se inició en 1940 durante la segunda guerra mundial.A través de los dos personajes centrales de la obra, Aliide Truu y la joven rusa Zara, el lector completa una visión más o menos subjetiva de la realidad política y social de Estonia durante los periodos de tiempo ya referidos.Pero esto, con ser importante, y ser la horma sobre la que se amolda la historia, a mi modo de ver no es lo principal, aunque en cierto sentido funciona como espoleta de lo que la autora pretende contar y, al mismo tiempo, explica en buena medida el modo de ser y de actuar de los personajes.Lo mejor será ubicarnos en el mismísimo inicio, es decir, el título, Purga. Según el diccionario de la RAE, en su tercera acepción, purga es “expulsión o eliminación de funcionarios, empleados, miembros de una organización, etc., que se decreta por motivos políticos, y que puede ir seguida de sanciones más graves”.Es decir tendríamos la explicación de una situación política que se narra a lo largo de la novela. Pero fijémonos justamente en la parte final de esta definición ese que puede ir seguida de sanciones más graves. Es como si la novela hubiera explorado el caso concreto del pueblo estonio respecto de esas sanciones más graves, que se podrían resumir en dos: la expulsión, a veces seguida de eliminación, de aquellos que no admitieron la imposición soviética de la colectivización de la propiedad y la condena al silencio y la obediencia ciega a quienes por unas razones u otras (por convencimiento o por miedo) admitieron la nuevo modelo.Estas decisiones que en apariencia no afectan al individuo son, sin embargo, determinantes a la hora de ir perfilando una vida.La anciana Aliide Truu pertenece al grupo de los que se queda, aparentemente por convencimiento, pues contrae matrimonio con uno de los líderes prosoviéticos de su pueblo, Martin Truu, y la joven Zara es descendiente de una familia de deportados estonios a Vladivostok, nieta de unos líderes de la resistencia en la zona, Hans Pekk, supuestamente muerto en 1950. Aunque el lector sabe desde el principio no sólo que no está muerto, sino que permanece escondido en la casa donde vivió con su mujer y su cuñada Aliide.El miedo, pues, entra en acción justo desde la primera página. Uno diría que es el personaje más importante de la obra. Un personaje con varios rostros o encarnaduras, pero un personaje que se repite con insistencia machacona. El miedo que preside los primeros pensamientos de Liide en el momento en que descubre a Zara en su huerto, el miedo que acompaña a Zara desde que sale de Vladivostok en 1991. El miedo a morir, el miedo a ser maltratadas nuevamente, el miedo a un sufrimiento de imposible explicación.A la postre, Purga es una reflexión sobre el miedo de la mujer oprimida por el macho (me resisto a escribir hombre) en cualquier régimen político. Tanto en el inicio de la dominación soviética, como en el mundo contemporáneo capitalista hay un tipo que veja a una mujer hasta convertirla en mosca a su servicio. Así describe la narradora a Aliide durante el ‘supuesto interrogatorio’ que marcó su vida:
«Cuando la mujer desnuda cayó sobre las losetas del suelo, ya no se movió. La mujer con la bolsa en la cabeza yacía en medio de aquel cuarto era una extraña y Aliide ya no estaba allí; su corazón corría con sus patas de insecto hacia las rendijas, se fundía con las raíces que crecían en la tierra debajo de aquel cuarto. “¿La usamos para hacer jabón?” La mujer no se movía, no oía. Se había convertido en una mancha de saliva en la pata de la mesa, al lado del agujero de polilla, dentro de un agujero redondo en la madera, en la madera de aliso, en un árbol crecido en la tierra de Estonia, en la madera donde aún se podía sentir el bosque, donde todavía se sentía el agua y las raíces y los topos (…)»
Pero muchas décadas después, Zara cae en garras de un grupo de proxenetas rusos que gracias al negocio de la trata de mujeres se están enriqueciendo.Como dice el libro muy al final
«Todo se repetía. Aunque el rublo se había convertido en corona, aunque los vuelos militares que la sobrevolaban habían ido a menos  las mujeres de los oficiales ya no hablaban tan algo, aunque desde los altavoces del Pitkä Hermann sonaba sin cesar el himno de la independencia, siempre había una nueva bota de cuero curtido al cromo, siempre llegaba una bota nueva, igual o diferente, pero que siempre pisaba la garganta del mismo modo»
Quizá que la madre de Sofi Oksanen sea estonia, que ella misma viajara durante años al koljós donde vivían sus abuelos maternos desde Finlandia (patria de su padre y de ella misma), haya sido determinante para dotar de tanto realismo a alguno de los fragmentos de la novela y, además, de haber cargado las tintas sobre la tiranía soviética.Después de haberla leído, a mí no me extraña que durante los años 2008 a 2010 recibiera un número tan elevado de reconocimientos, por no hablar de la casi unánime y existosa acogida de la crítica, porque a mi modo de ver lo importante de Purga es que se trata de una incursión reflexiva en el territorio de una doble opresión, la que sufren los pueblos en general por causas políticas y las que sufren las mujeres que añaden a su condición de ciudadanas de un determinado lugar, la de ser mujeres siempre al servicio del macho dominador. Mas esta incursión no es sólo un viaje expositivo, no pretende quedarse en ese lugar, en realidad lo que pretende es atizar desde el relato el aire necesario de una rebeldía que sea capaz de cambiar el curso de los acontecimientos olvidando el miedo al opresor y mirando al futuro en libertad. Y todo ello con un lenguaje directo, conciso, y al mismo tiempo cargado de un tono poético no exento de dureza, agilidad y misterio.
Autor del texto: Amando Carabias María

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