Revista Empresa

¿Que contribuye en tu efectividad laboral?

Por Cventrevistaemp @cventrevistaemp

La actividad física contribuye en tu efectividad laboral

La actividad física afecta la forma en que trabajas

¿Qué haces cuando llegas a tu casa del trabajo? Quizás comes algo, te recuestas a ver televisión o a dormir unos minutos. Muchos saben que la actividad física es importante, pero muy pocos saben el impacto que tiene en el ámbito laboral; menos aún la practican y se ponen en movimiento durante su tiempo libre.

Es verdad que puede dar pereza cambiar el sofá por la cinta corredora, pero ¿qué opinarías si pudieses obtener beneficios laborales al ejercitar tan sólo 30 minutos al día?

Partiremos hablando sobre los beneficios psicológicos que conlleva ejercitar el cuerpo.
No es inusual sentirse agotado mentalmente tras una jornada laboral; tampoco intentar despejar los pensamientos y desconectarse del trabajo por un tiempo y fallar siempre en el intento. Lo cierto es que no será posible llevar una vida laboral amena sin lograr tener un tiempo para decirle no al estrés.

Ejercitar te da esa opción. Te dice, puedes mover tu cuerpo, darle salud a el y también desvincularte de todo pensamiento relacionado con tu trabajo.
Si alguna vez saliste a correr, de seguro recuerdas lo bien que podías pensar una vez que terminaste, o el buen humor que te dejó. Una buena salud física, acompaña buenos resultados laborales. Si tu cuerpo está bien y tu mente está bien, obtendrás en tu trabajo efectividad laboral de forma inesperada.

Si quieres empezar a cambiar vida laboral en 360° debes partir por decirle no a las excusas, ¿Cuál es la excusa mundial para no ejercitar? ¡El tiempo! "Qué ganas me dan de hacer ejercicio, pero no encuentro si quiera un momento libre", ¿te representaron esas palabras? Si fue así, te contamos formas para que hagas tiempo para ejercitar.

Encontrar tiempo para ejercitar

30 minutos es el mínimo que necesitarás ejercitar, ahora si quieres hacerlo por más tiempo, mejor aún. Cuatro opciones te daremos para que puedas hacer actividad física sin perderte de las mejores cosas de tu día a día.

  1. Ejercita en la mañana. Esta puede ser la solución más sacrificada, pero no por ello deja de ser efectiva. Lo más terrible de las mañanas es llegar a la oficina con todo el sueño aún en nuestro cuerpo. Si te levantas sólo media hora antes de lo habitual, podrás salir a caminar, correr o andar en bicicleta y volver a tu casa recargado y renovado. Luego de eso te bañas y sales más activo que nunca para comenzar tu jornada laboral. Tendrás una mejor actitud y el hecho de que estarás 100% despierto te ayudará a percatarte de los mínimos detalles en tu trabajo, serás más productivo y tu estado anímico ayudará a tener mejores relaciones con tus colegas. Para no perder sueño, intenta recuperar los minutos que le quitaste a tu alarma, durmiendo antes en la noche.
  2. Ejercita en la noche. Si encuentras mucho el esfuerzo de levantarte temprano, puedes hacer actividad física en la noche, una vez que tu día haya culminado, toma un tiempo y sal a mover tu cuerpo, puedes hacer la actividad que gustes o bien ir al gimnasio. Si tienes problemas para conciliar el sueño esta alternativa es la que más te conviene. Al entrenar, tu cuerpo se agotará y por ende tu sueño está destinado a venir de forma rápida y profunda. Al otro día saldrás renovado, pues no hay nada mejor que tener un descanso reponedor para enfrentar un día de trabajo.
  3. Ejercita en el fin de semana. Si aún no te animas a intentar la opción 1 y 2, esta te podría interesar. Si tienes familia o mascotas, qué mejor que aprovechar de ejercitar juntos. Un domingo de paseo en bicicleta o un sábado jugando baseball. Durante el fin de semana puedes ejercitar bastantes horas haciendo deportes que realmente disfrutas y compartiendo con quienes más amas.
  4. Ejercita en tu trabajo. Si encontraste un motivo porque no hacer ni una de las anteriores, esta es la opción que no puedes rechazar. Si estás todo el día sentado en tu escritorio, ya puedes haber hecho de esto un hábito. Sólo quieres estar sentado, hacer llamadas o revisar los documentos, acompañado de una malteada de chocolate o una donut de frutilla. Lo que debes saber es que estas acciones te conducirán a producir menos y a volverte cada vez más distraído, aburrido e ineficiente. Aprovecha tus descansos para entrar en calor, levántate, camina por tu oficina, levanta tus brazos y mueve tu cuello. Si tienes un espacio donde estar solo, puedes saltar, trotar en posición, hacer sentadillas, etc.

Tienes 4 opciones, puedes combinarlas, turnar y ver lo que más te acomode. Dile no a las justificaciones y sí a la buena vida. Si producir más es tu meta, el ejercicio es un camino rápido y seguro para llegar a la eficiencia.

Imagen por cortesía de Danilo Rizzuti / freedigitalphotos.net


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