Revista Opinión

¿Qué eran las “Siete Hermanas”, el antiguo cártel del petróleo mundial?

Publicado el 15 febrero 2022 por Juan Juan Pérez Ventura @ElOrdenMundial

Las Siete Hermanas fue un término que el empresario italiano Enrico Mattei acuñó para referirse a las principales corporaciones petroleras a principios de los años cincuenta. Esta denominación incluía a las estadounidenses Standard Oil of New Jersey —renombrada Exxon—, Standard Oil of New York —Mobil—, Standard Oil of California —Chevron—, Gulf Oil Corporation y Texaco; a la angloneerlandesa Royal Dutch Shell, y a la británica Compañía Petrolera Anglo-Iraní —British Petroleum—. Mattei utilizó el nombre de forma peyorativa en alusión a las prácticas oligopolistas de estas empresas.

De la competencia feroz al cártel petrolero

Las Siete Hermanas nacieron entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX. La primera empresa dominante fue la estadounidense Standard Oil de John Davison Rockefeller como mayor refinador de crudo del planeta gracias a que aniquiló la competencia nacional y al soborno de jueces y gobernadores. Solo las texanas Gulf y Texaco sobrevivieron a su hegemonía. No fue hasta 1911 cuando la Corte Suprema ordenó la desmembración del holding de la Standard, que se fragmentó en 34 compañías independientes. Tras una serie de fusiones y adquisiciones entre estas empresas, las Standard de Nueva Jersey, Nueva York y California crecieron lo suficiente como para conservar su poder. Las tres formarían parte de las Siete Hermanas.

La aparición del motor de explosión revolucionó el negocio petrolero. En Europa, nacieron compañías como la neerlandesa Royal Dutch y la británica Shell, que se fusionaron en 1907 para competir contra la Standard. Al mismo tiempo, Winston Churchill, quien estaba a cargo de la Marina Real británica, buscaba asegurar el abastecimiento de combustible para su flota ante una inminente guerra con Alemania. Con el fin de evitar que su suministro de petróleo dependiera de Países Bajos, el Gobierno británico adquirió la mitad del capital de la Compañía Petrolera Anglo-Persa (APOC).

Lo que nos enseñó la Primera Guerra Mundial

Las Siete Hermanas experimentaron una competencia salvaje tras la Primera Guerra Mundial. El exceso de demanda desplomó los precios y la rivalidad entre ellas obligó a buscar un acuerdo que evitara su desaparición. Ese pacto se materializó en 1928 en el castillo escocés de Achnacarry, a unos veinte kilómetros de Glasgow. El acuerdo de Achnacarry pretendía acabar con la sobreproducción y la explotación desmedida que había provocado la guerra de precios. Los puntos claves de la negociación fueron el reparto de los yacimientos petrolíferos de Oriente Próximo y la limitación de los precios.

Las Siete Hermanas, un oligopolio con puño de hierro

El acuerdo afianzó el oligopolio de las Siete Hermanas y destruyó cualquier amenaza a su dominio. Un caso paradigmático se produjo en Irán, donde el primer ministro democratizador Mohamed Mosadeq nacionalizó el petróleo que explotaba la APOC tras haber llegado al poder en 1951. La respuesta de Estados Unidos y el Reino Unido fue respaldar un golpe de Estado para derrocarle y establecer una dictadura favorable a sus intereses. El nuevo régimen permitió la creación del Consorcio de Irán, mediante el cual las Siete Hermanas volvieron a beneficiarse de la explotación del petróleo iraní.

Una de las compañías que solicitó su entrada en el Consorcio fue la Empresa Nacional de Hidrocarburos de Enrico Mattei. Sin embargo, la negativa a su incorporación le generó rencillas con el cartel petrolero. Mattei se convirtió en un duro adversario debido al descubrimiento de yacimientos de gas metano en el valle del Po, al norte de Italia. Esto le permitió entablar conversaciones con los países del Magreb y la Unión Soviética para la venta de petróleo y gas. Las Siete Hermanas veían en él un peligro para sus intereses, pero ese riesgo se desvaneció cuando un accidente de avión terminó con su vida en octubre de 1962. La muerte de Mattei, sin embargo, nunca se esclareció y ha dado pie a especulaciones.

El fin de la hegemonía

La descolonización y la conciencia antiimperialista de los nuevos Estados determinaron el declive de las Siete Hermanas. Los líderes de los países productores de petróleo veían en este oligopolio un vestigio del colonialismo y exigieron participar de forma activa en el reparto de beneficios. Su determinación para contrarrestar el poder de estas empresas les llevó a fundar la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en la Conferencia de Bagdad de 1960. La tibia respuesta del cartel a las demandas de estos países desembocó en el embargo petrolero de la OPEP contra los Estados que habían apoyado a Israel en la guerra de Yom Kipur contra Egipto. Ese boicot disparó el precio del crudo y desencadenó una crisis que hundió las principales economías occidentales. Con ello, el poder del mercado petrolero se desplazó de las compañías angloamericanas a los países exportadores.

Cómo el fin del petróleo cambiará la geopolítica mundial

Solo cuatro de las Siete Hermanas sobreviven en la actualidad. Las fusiones entre ellas han permitido que ExxonMobil, Chevron, Royal Dutch Shell y British Petroleum posean un capital superior al que ostentaban las compañías originales. Sin embargo, su dominio mundial se ha desvanecido por el auge de las empresas tecnológicas.

¿Qué eran las “Siete Hermanas”, el antiguo cártel del petróleo mundial? fue publicado en El Orden Mundial - EOM.


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