¿Qué es el TDAH?

El TDAH es una alteración del neurodesarrollo frecuente, que se inicia en la infancia pero cuyos síntomas se perpetúan | Sin un tratamiento y seguimiento adecuados, las dificultades de este trastorno pueden persistir, lastrando el rendimiento escolar y las relaciones incluso en la vida adulta.

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad, conocido por sus siglas TDAH, es la alteración del neurodesarrollo más frecuente en la población pediátrica, afectando aproximadamente entre un 3% y un 7% de la población en edad escolar. No obstante, debido al amplio abanico de formas de manifestación y a la variabilidad de su repercusión en la vida diaria, se considera un trastorno infradiagnosticado, lo que conlleva una frecuente demora terapéutica.Pese a que se cree que este trastorno pudiera ser orgánico, a día de hoy suscausas no son del todo conocidas. Se sabe que tiene cierto componente genético (con una herencia similar a la talla familiar), aunque no se ha determinado con exactitud qué genes están implicados. También se han descrito como posibles factores causantes complicaciones prenatales como bajo peso al nacer, prematuridad, exposición durante la gestación a tóxicos como tabaco o alcohol... Además se cree que el TDAH puede estar modulado por factores ambientales que influirían en la evolución y repercusión de la enfermedad.La sintomatología afecta la conducta del niño en todas las situaciones y entornos, perturbando tanto el aprendizaje escolar como sus relaciones sociales y familiares, lo que merma en gran medida la calidad de vida de quienes lo padecen y de su entorno. Los síntomas son muy variados y cambian con la edad del niño. En ocasiones podemos encontrar síntomas menos llamativos a edades muy tempranas, que se harán más evidentes con el comienzo de la edad escolar debido al mayor nivel de exigencia del entorno.En la etapa preescolar son frecuentes las dificultades para establecer rutinas de sueño o alimentación. Una vez iniciada la escolarización suelen ser los maestros quienes dan la primera voz de alarma al notar dificultades en conseguir los objetivos académicos o para asumir normas básicas de convivencia en el aula. Ya en la etapa de la adolescencia, la sintomatología es más llamativa en la esfera social, de manera que es frecuente que tengan un grupo muy reducido de amigos, pudiendo manifestar ademásproblemas en el control de impulsos o en el abuso de sustancias tóxicas.La triada que define este trastorno incluye: dificultad para mantener la atención en una tarea (déficit de atención), incapacidad para contener una respuesta considerada inapropiada (impulsividad) y movimiento excesivo para la edad y/o la situación (hiperactividad).Los niños se muestran distraídos, despistados, ensimismados, desordenados, olvidadizos, intranquilos, disruptivos, impacientes... y con frecuencia muestran dificultades para procesar información, controlar el tiempo u organizar sus horarios y metas.La sintomatología característica de este cuadro puede ser frecuentemente catalogada como «cosas de niños» o comportamientos propios de la edad. No obstante, debemos consultar con un especialista cuando se observa que estas conductas son frecuentes en todos los ámbitos de su desarrollo, interfiriendo en su aprendizaje escolar, en la relación con otros niños y/o en la convivencia familiar.Puesto que la causa de este trastorno es desconocida, no se conocen marcadores biológicos para confirmarlo. Es por esto que, por lo general, no son precisas pruebas complementarias para su diagnóstico (análisis, radiografías, electroencefalograma, resonancia, pruebas genéticas...) y éste se lleva a cabo fundamentalmente por los síntomas.Tampoco existe ningún test que lo confirme o lo descarte rotundamente, aunque su realización sí puede ayudar a los profesionales a orientarlo. Es de utilidad cumplimentar escalas y cuestionarios autoaplicados para padres y profesores, de manera que se evalúa el grado de repercusión en los diferentes ámbitos de la vida del niño. También es recomendable una valoración neuropsicológica por parte del equipo de orientación escolar (capacidad cognitiva, dificultades específicas de aprendizaje, integración en el medio escolar...)Manejo en la familiaTanto los padres como el propio niño deben comprender en qué consiste el TDAH y cuáles son sus síntomas. En casa es importante organizar las tareas y rutinas, establecer horarios regulares de comida y sueño y también reservar tiempo para el ejercicio y momentos de ocio. Se pueden establecer intervenciones con el fin de cambiar los comportamientos no deseados. Éstas deben aplicarse de forma continuada en los diferentes entornos como parte del aprendizaje integral del niño.Los profesores deben ser conocedores del diagnóstico y pueden reforzar el aprendizaje con intervenciones conductuales y aplicación de normas y límites también en las aulas. Se pueden llevar a cabo ajustes durante las clases, las tareas o las evaluaciones, con el fin de optimizar el rendimiento académico y su comportamiento en el centro escolar.El tratamiento farmacológico es la medida más efectiva para el control de los síntomas. En general, está indicado en niños mayores de 6 años con síntomas de TDAH que causen un deterioro notable en su vida diaria. Normalmente, antes de iniciarlo, se comienza con las intervenciones pedagógicas y pautas de comportamiento y solo si éstas no son suficientes se valora iniciar el tratamiento farmacológico.En España los medicamentos aprobados para el tratamiento del TDAH son metilfenidato, lisdexanfetamina, atomoxetina y guanfacina. Todos ellos han demostrado ser seguros a largo plazo, aunque como cualquier fármaco pueden tener efectos secundarios (son frecuentes la pérdida del apetito o la dificultad para conciliar el sueño).Por el contrario, no hay evidencia científica que avale el uso de otras terapias para el TDAH como dietas restrictivas en ciertos nutrientes, suplementación con complementos vitamínicos, productos de homeopatía, terapias visuales, etc.Para padres y los niños una ayuda importante son las asociaciones de familiares, que realizan actividades, talleres y terapias de todo tipo para los pequeños y sus familias.Fuente: larioja.com
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