Revista Coaching

¿qué es para ti la actitud 2.0?

Por Juanmartinezsalinas76

Foto propiedad Juan Martínez de SalinasSoy de la opinión, y lo he expresado en el pasado ya, que el estar desempleado es una circunstancia y no una situación permanente. Esto es algo que cualquier persona que se encuentre en búsqueda activa de empleo tiene que tener en cuenta. Cuando uno está en una época de transición profesional, el estar preparado y seguir haciendo cosas es importante, sin embargo, lo más relevante es la actitud con lo que nos tomemos las cosas y como afrontemos cada día lo que hacemos.

No importa tanto lo que nos pase sino cómo asumamos y reaccionemos ante esas circunstancias que nos han ocurrido. La clave está en seguir sumando con nuestra actitud y no en restar poco a poco hasta quedarnos inmovilizados sin hacer nada. La actitud parte de nosotros mismos, desde nuestro interior y es el motor que puede marcar la diferencia para conseguirlo o no. Tenemos que creernos que podemos alcanzar lo que pretendemos hacer por muy difícil que pueda parecer. La frase “querer es poder” es muy cierta y a veces morderemos tierra sin alcanzar lo perseguido. La clave está en saber asumirlo, recapacitar para aprender y volver a intentarlo.

Metidos de lleno ya en el siglo XXI, no podemos volver la espalda a la actitud 2.0 que es aquella que nos hace adaptarnos a los constantes cambios. Es decir, consiste en intentar las cosas de forma diferente a como lo hacíamos hasta ahora para conseguir lograr resultados diferentes. En la actualidad muchas personas que se han quedado por primera vez sin trabajo, su actitud es buscar trabajo como lo hacían hace décadas. Sin embargo está es una actitud errónea a la que nos han habituado. Uno debe primero analizar cómo se busca trabajo con éxito en la actualidad para compararlo con el patrón al que estamos acostumbrados.

La actitud 2.0 nos permite ir por delante de las circunstancias que nos puedan ocurrir. Una persona ahora mismo debe saber buscar y tratar la información de su interés. Existe mucha información sobre ofertas de empleo, portales, recursos de búsqueda de empleo que pueden ayudarnos, facilitarnos con más rapidez lo que necesitamos y ahorrarnos mucho tiempo. Esto requiere estar atentos para saber localizar qué personas nos pueden proporcionar esa información, dónde se encuentra y cómo acceder a ella. La actitud 2.0 es muy visual y requiere prestar atención para detectar la información de interés y de calidad. Eso requiere filtrar, leer y estar muy atentos. Para ello, es de vital importancia conocernos en profundidad y saber qué buscamos y qué no en lo laboral. Lógicamente, esto requiere ser flexibles en los enfoques elegidos. Para llegar a la meta elegida, a veces, se debe elegir el camino más rápido por ser el que precisamos según las circunstancias de partida. Otras veces, los atajos que parecen un “chollo” no lo son porque no se consolida nada y al final debemos volver a empezar de cero, con tiempo desperdiciado que ello conlleva.

La actitud 2.0 igualmente es aquella que sabe adaptar nuestros hábitos a la realidad actual. Es decir, es la que hace que usemos las herramientas de siempre integrando las nuevas que van surgiendo. No consiste en desechar sino en adaptar. Es cuestión de actuar de forma global para poder avanzar.

La actitud 2.0 es aquella que nos hace ser más exigentes, haciendo que evaluemos todo lo que hacemos y ver por qué no hemos alcanzado los resultados esperados. Las herramientas por si no son buenas o malas sino que depende del uso que les demos y del tiempo dedicado para conocerlas y ver si es lo que necesitamos para mejorar nuestras opciones.

La actitud 2.0 exige tener paciencia y saber que los resultados tardarán en llegar. Eso no quiere decir que vayamos por mal camino sino que las cosas requieren su tiempo, por desquiciantes que puedan llegar a ser. Eso no quita para que en más de una ocasión nos den ganas de mandar todo a paseo. Esos días, lo mejor es tomarse un respiro y un paréntesis para no hacer cosas por desesperación de las que nos arrepintamos al día siguiente.

También la actitud 2.0 es aquella que nos hace ser valientes porque en más de una ocasión tendremos que comenzar de cero a construir nuestra nueva trayectoria profesional. Lógicamente, toda la experiencia anterior tiene mucho valor y nos cuenta. Sin embargo, tenemos que asumir que nos tocará demostrar que somos buenos y que merece la pena que cuenten con nosotros. Estábamos acostumbrados hasta no hace mucho que nuestra trayectoria anterior lo avalaba y partíamos antes de empezar en otras aventuras con derechos laborales.

La actitud 2.0 requiere tener humildad y saber reconocer aquellos aspectos que debemos mejorar en nuestra transición profesional para tener más posibilidades de acceder a nuestros nuevos objetivos profesionales. Ser humilde no significa tirar la toalla y conformarnos con lo primero que nos ofrezcan, sino en asumir que a veces debemos cambiar cosas, hacer determinados esfuerzos para prepararnos mejor y, así, salir fortalecidos.

No podemos tampoco olvidar que la actitud 2.0 nos debe hacer aprovechar el tiempo sin permitir que nos acomodemos. Esto significa estar dispuesto a aprender todos los días cosas nuevas que nos permitan seguir avanzando en un ámbito profesional. Nunca es tarde para aprender; la clave está en tener actitud, paciencia y querer hacerlo.

La actitud 2.0 significa abandonar la pereza que suele acompañar a los seres humanos y estar dispuestos a realizar nuevas cosas aunque a veces pueda parecernos que no sirve para nada. Lógicamente, cuando hacemos o aprendemos algo por primera vez, no será la mejor. Como suele ocurrir, es el punto de partida del aprendiz y, para ser experto, requiere muchos intentos y tiempo invertido.

La actitud 2.0 requiere valorar el tiempo. No importa el que tengamos sino a qué dediquemos el poco del que dispongamos en cada momento.

La actitud 2.0 supone saber sacar partido a las nuevas tecnologías que nos facilitan los procesos. Esto supone tener claro que las tecnologías son un refuerzo que nos exige hacer las cosas de otra forma y estar dispuestos a cambiar cada vez con más rapidez. Cada uno debe llevar su ritmo sin desesperar. Lo peor que podemos hacer es comportarnos con una actitud 1.0 totalmente rígida que da por hecho que las nuevas tecnologías no sirven para nada. Las personas que evolucionan son aquellas que son lo suficientemente flexibles como para saber reconocer que si visión puede estar equivocada.

¿Qué es para ti la actitud 2.0? ¿Qué es lo que más te frena a la hora de cambiar y evolucionar? 


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