un género literario que también podría denominarse novela histórica alternativa y que se caracteriza porque la trama transcurre en un mundo desarrollado a partir de un punto en el pasado en el que algún acontecimiento sucedió de forma diferente a como ocurrió en realidad.
En nuestro trabajo como informadores, utilizamos la ucronía para definir las reflexiones que algunas personas realizan del tipo: “y si no hubiera ido ese día…” “y si no hubiera dicho…”. Normalmente estos pensamientos e ideas aparecen tras la vivencia de un hecho que ha tenido consecuencias significativas y normalmente difíciles de aceptar.Ante la sensación de angustia y la de ser consciente de las consecuencias de una decisión o un accidente, muchas personas no pueden evitar pensar obsesivamente en qué habría pasado en el caso en el que hubieran actuado, o decidido algo diferente. ¿Se habría podido evitar?, ¿habría cambiado el desenlace final? Hacerse estas preguntas y buscar escenarios diferentes al que ocurrió, produce mucha angustia y poco consuelo real. Aun así el rato que se dedica a ver opciones hace crecer la esperanza de que se hizo todo lo posible y por tanto no se pudo haber hecho mejor. La realidad es que al estar guiada la ucronía por el malestar por un sentimiento negativo dentro de una realidad paralela y fantasiosa, siempre cabe la posibilidad de que se pudiera haber hecho otra cosa diferente. Es decir dejarse llevar por la ucronia es bastante peligroso, puede sumergirnos en un mar de opciones que difícilmente nos aportará calma.Desde la consulta, cuando la ucronia alcanza un grado bloqueante, se le permite, incluso se le anima a la persona a ver qué otras opciones tuvo, pero también se le proponen otras maneras de afrontar sus recuerdos.
- Se limita el tiempo para pensar en las alternativas y se asignan momentos concretos para hacerlo.
- Se repasan los hecho reales y se intenta dejar unos minutos sin enumerar alternativas. Se potencia de este modo la aceptación y no tanto la busca desesperada de cambios en la realidad.
- Se suelen poner tareas en las que la persona sea consciente de que a cada momento está tomando decisiones que tendrán consecuencias, se analiza el concepto de error y la capacidad real para subsanarlos. Se potencia por tanto la aceptación de las limitaciones individuales. Algo así como: “aunque desee mucho evitar consecuencias negativas, daños… no es suficiente con el deseo para evitar en todo momento que ocurra algo negativo”.
- Se analiza la necesidad de control. Se ve hasta qué punto la necesidad de control es una ayuda o por el contrario puede acabar siendo incluso un problema si no se gestiona bien. No tiene que haber dos únicas opciones: controlarlo todo o ser un pasota. Existen más maneras de afrontar las diferentes situaciones cotidianas.