Revista 100% Verde

¿Qué harías tú, por veinte céntimos?

Por Cooliflower

Siempre me han regalado mucha ropa gracias a mi blog. Pero después del programa no he vuelto a comprar nada. Intento apreciar lo que tengo y entender que hay gente, como la que conocí, que ha fabricado con sus propias manos y en unas condiciones terribles las prendas que luego yo me pongo.”.

Nunca vimos a H&M directamente en Camboya. No podíamos entrar a ninguna de sus fábricas. Pero hablamos con muchísima gente que trabajaba para ellos y que contaban historias terribles.”.

Anniken Jørgensen, bloguera, tras un reality trabajando en fábricas textiles de Camboya. (El diario.es)

Cooliflower mano Val

Tu hogar está lleno de poder. Busca por tu casa, en el bolso, en los altillos. Examina algún pantalón que aun no has puesto a lavar, el traje que te pusiste para aquella insulsa boda, el cajón de las cosas inútiles, el bote de lápices despuntados y bolígrafos destintados. Reúne todas las monedas que encuentres, esas que no te molestarías ni en recoger del suelo. Haz pequeño montoncitos. Cada 20 céntimos de euros -algo menos, realmente- es el precio de una persona en Camboya. ¿Qué harías tú por ese dinero?

Por esa ridiculez (0,197 euros) los trabajadores en las fábricas textiles se ven obligados a trabajar sin ningún posible fallo, dando lo mejor de ellos mismos para que alguien como tú, o como yo, se vea más guapo frente al espejo. Soportan calor, jornadas leoninas, sed, tratos vejatorios… fabricando muchas de las prendas que, más tarde, encontrarás en las vistosas tiendas del centro de tu ciudad. Los empleados en las cadenas de producción se ven en la disyuntiva -de fácil decisión, por perentoria- en la que tienen que escoger entre morir de hambre, o vivir con hambre.

Os proponemos un ejercicio mental para ponernos mínimamente en la piel de los que apenas ganan nada para vivir. ¿Qué se puede hacer con 20 céntimos? ¿Se os ocurre alguna idea?

#Quéhacercon20cts

Por ejemplo, con monedas de escaso valor se fabrican bonitos anillos. (¡Aviso! Modificar monedas posiblemente sea ilegal. ¡Y eso provoca un cosquilleo en el estómago que aun lo hace más apetecible!).


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