Revista Cocina

¿Qué implica una alimentación sana?

Por Mamucer @MarinaMunozC

alimentación saludable

– Marina Muñoz Cervera –

No existe una alimentación sana ideal para todas las personas.

Cada uno de nosotros necesitamos unas cantidades concretas de nutrientes, que aportamos a través de los alimentos ricos en macronutrientes (grasas, carbohidratos y proteínas), micronutrientes (vitaminas y minerales), fibra y agua.

No es necesario ser muy estricto respecto de cálculos calóricos, sin embargo, debemos tener una idea aproximada de la cantidad de alimentos que debemos ingerir diariamente, de acuerdo con nuestra fisiología, actividad física, edad, etc.

Las personas solemos seleccionar nuestros alimentos basándonos en razones diferentes a las nutricionales. Nos rigen criterios culturales, gustos personales, moda del momento, económicos, de disponibilidad de tiempo.

Todos los criterios anteriores pueden ser igualmente válidos y adaptables, siempre y cuando nuestra base para la selección y consumo de alimentos sea obtener un buen estado nutricional, como objetivo principal de la actividad de comer.

Puntos de partida de una alimentación saludable.

Si ya estamos situados en la necesidad de comer sano para gozar de una buena salud, mejor calidad de vida, disfrutar de mayor longevidad, prevenir enfermedades crónicas, dar un ejemplo a nuestros hijos para que gocen de una mejor vida, etc., solo tenemos que conocer cuáles son los aspectos que debemos cuidar desde un principio.

Para tener hábitos alimenticios sanos, basados en un contexto de alimentación saludable, tenemos que saber comprar los alimentos adecuados.

– Tener hábitos alimenticios y una alimentación saludable.

Cada país se rige por unas guías alimentarias, que orientan respecto de la cantidad y el tipo de alimentos, que debemos consumir diariamente para obtener los nutrientes que necesitamos para vivir. Estas guías son solo orientativas, pero nos ayudan a seleccionar los alimentos básicos de cada zona del mundo.

Los hábitos alimenticios varían mucho de unas zonas del planeta a otras. En muchos casos, los condicionantes de las costumbres no son nutricionales, sino ambientales, de tradición, etc. Por ejemplo, en algunas culturas se come dos veces al día y, en otras, tres veces; existen algunas zonas en las que la comida es el centro de la vida y la ingestión de alimentos es casi continua, sobre todo en días festivos.

La tradición no siempre es sana. En los lugares en los que se acostumbra a no cenar, las personas pasan demasiadas horas sin alimentos en el cuerpo y tendrán déficits de energía. En las zonas en las que se come demasiado, el mayor problema es la obesidad y el sobrepeso, entre otros.

Afortunadamente, somos seres que evolucionamos y somos capaces de valorar en el contexto adecuado una tradición insana que nos impide seguir adelante cono una vida plena.

Una alimentación sana debe incluir alimentos saludables y nutritivos en la cantidad adecuada a nuestras necesidades.

En ocasiones, compramos un alimento que se reconoce como nutritivo y sano, y nos quedamos tan contentos, pensando que hemos logrado nuestro objetivo de luchar por nuestra salud. Sin embargo, ningún alimento por sí solo es capaz de aportarnos todos los nutrientes que necesitamos.

Los alimentos con una alta cantidad de nutrientes deben ser nuestra prioridad, pero en la cantidad, calidad y variedad adecuadas para nuestra salud.

Todo lo anterior debe conservar un equilibrio, es decir, incluir alimentos que nos aporten energía, que nos permitan regenerar diariamente nuestro organismo, que regulen nuestro metabolismo, en la cantidad necesaria para llevar a cabo a nuestras actividades diarias de forma sana y sin problemas de salud, derivadas de la deficiencia o exceso de nutrientes.

Si un día superamos nuestras necesidades, también conservamos el equilibrio nutricional, si al día siguiente comemos menos. No obstante, es mejor regirse por un criterio diario, en que el que puedan existir excepciones, que por un predominio de las excepciones que compensamos después.

– Comprar los alimentos adecuados.

Saber comprar no siempre es equivalente a saber comer. Si ya sabemos cómo tenemos que comer es más fácil y estamos mucho más motivados para comprar aquellos alimentos nutritivos que necesitamos para nuestras preparaciones culinarias.

La calidad de los alimentos, la lectura de las etiquetas de información nutricional, la preferencia de los alimentos frescos sobre los procesados, etc. son algunos criterios que tenemos que observar para llevar a nuestras casas comida que cumpla su función principal: nutrirnos para tener buena salud.

En esta entrada hemos revisado, a modo de introducción, la lección 7 (tema 3) del curso de la FAO Alimentarnos bien para estar sanos, que estamos incluyendo dentro de la categoría Lecciones de alimentación sana de este blog. Iremos desarrollando en sucesivas entradas las partes 1 y 2 de la mencionada lección.

Fuente:

Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). “Alimentarse bien para estar sanos”. Depósito de documentos de la FAO. Roma, 2013. ISBN 978-92-5-107610-1.

Imagen:

http://i2.esmas.com/editorial-televisa/2013/05/07/513967/ensenalos-a-comer-sano-633×346.jpg


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