Revista Cultura y Ocio

Que Leí esta Semana – Eterna

Publicado el 26 junio 2014 por César César Del Campo De Acuña @Cincodayscom

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La trilogía de la oscuridad: Eterna.

Chuck Hogan y Guillermo del Toro.

Traducción de Santiago Ochoa. Editorial Suma. 2011. Madrid 2010. 584 páginas. 22,00 €

La continuidad en la narrativa fantástica aporta al lector esa reconfortante sensación de pertenencia al universo de ficción en el que se recrea. Esa necesaria empatía para con la acción, trama y sobre todo personajes, ayuda a expandir y profundizar el relato en el que todos esos elementos se enmarcan consiguiendo dotar de relevancia emocional a todos y cada uno de ellos. Resulta evidente que, los autores de este tipo de obras, buscan animadamente esa trascendencia para lograr que más ojos ávidos de historias, se paseen por las páginas de sus novelas. Sea fantasía épica, ciencia ficción, ficción distópica o terror el fantástico vive por y para sus continuidad, su existencia radica en los detalles, en la intrahistoria y en el ahora de sus protagonistas y eso es exactamente lo que ocurre en el ultimo capitulo de la trilogía de la oscuridad orquestada por el cineasta Guillermo del Toro y el escritor Chuck Hogan.

Ya he mencionado con anterioridad la excelente y envidiable comprensión que tiene del Toro sobre el universo en el que discurre su historia y es de agradecer para los lectores, que a pesar de no ser su medio de expresión artística, se esfuerce en dotar de consistencia a todo aquello que junto a Hogan narra. Es triste, por no decir vergonzoso, leer la pereza y la desgana que algunos cineastas imprimen a sus trabajos literarios a medida que la obra avanza y esto es algo que no ocurre en Eterna. El relato nos traslada dos años después de lo ocurrido en Oscura, mostrándonos un futuro distópico en el que los vampiros se han hecho con el control del planeta. Aunque la mayor parte de la población humana ha aceptado este nuevo orden movidos por el terror y la expeditiva brutalidad de la nueva especie dominante, una pequeña resistencia comandada por los protagonistas de las anteriores entregas de la trilogía combaten contra los strigoi mientras buscan un modo de aniquilar a El Amo.

Del Toro y Hogan se muestran más incisivos y trágicos en esta tercera parte de su saga mostrándonos con todo lujo de detalles literarios una ciudad de Nueva York devastada por la noche perpetua tan asfixiante como aterradora en la que el color gris trasciende a la imaginación del lector con suma y estremecedora facilidad. El acento puesto por los autores de manera inteligente en el terror ayuda a construir un relato ágil y ameno en el que cada historia importa sin caer en la autocomplacencia literaria de dar únicamente sentido a los pasos del principal protagonista. Esa mezcla entre realidad conocida y ficción distópica basada levemente en el horror del holocausto, convierte a Eterna en una prodigiosa novela fantástica con el raro don de enganchar desde la primera palabra hasta la última coma.

Si es cierto que problemas anteriormente vistos en la trilogía siguen haciendo acto de presencia, pero gracias a la claustrofobia redacción no resultan tan molestos como en las anteriores novelas. El principal fallo de los autores se encuentra en como narran la acción; La, por momentos, caótica, presentación de los diferentes climax que alcanza la novela resulta engorrosa. Ha esta pequeña falta, hay que sumar la mala disposición de los capítulos los cuales dan una sensación de inconsistencia estructural a todo el relato.

A pesar de estos pequeños errores, Eterna resulta una notable conclusión a una trilogía interesante y entretenida que ha encontrado el fin que anhelaba desde la primera palabra de Nocturna. Este punto y final, obviando sus fallos y su, por momentos, obvia resolución expande de manera notable el universo creado por los autores, aportando cierto grado de frescura en el campo de la narrativa fantástica que busca la acentuación en el terror. Recomendable trilogía para esas tardes y noches en las que la mejor opción es un relato ligero que nos atrape.

César del Campo de Acuña.

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