Hoy, al abrir el maletero del coche para acomodar las bolsas ( recicladas y reciclables) de la compra, he visto mi súper-paraguas. Hoy , que hace un sol radiante , soy consciente de este paraguas. Cuando llueve a cántaros, como días atrás, lo olvido completamente…
Es verdad que aquí, en Barcelona, llueve poco y que si viviera en Londres, por poner un ejemplo, sabría – siempre-dónde está mi paraguas.
Justamente este que llevo en el coche, es uno de mis preferidos. Es grande y se abre suavemente. También se cierra con facilidad. Es de un color verde caqui muy sufrido y elegante y… lleva impreso el logo del Hotel del que fue sustraído. No fue un acto voluntario pero no deja de ser una “apropiación indebida”. Se debe a una estancia en San Sebastián. Días lluviosos. Habíamos viajado en nuestro coche y, como era de esperar, no llevábamos paraguas para guarecernos de la lluvia del Norte. El Hotel nos proporcionó, amablemente, el artefacto y se quedó en el coche…Hasta que, al descubrirlo, ya en Barcelona, cambió de hogar y pasó a mi maletero.
Pocas veces he tenido un paraguas que vaya tan bien como este. Siempre me ha fallado algo: el cierre ( duro para abrirlo), el cierre, de nuevo, que pellizca al cerrarlo. La varilla rebelde que se dobla y la que salta…Esos plegables que nunca caben en su funda. Los pequeños que casi mejor ir sin ellos…
Y, después, está el llevarlos…Poca práctica, claro. El encaje del paraguas entre dedos y bolsas, por ejemplo. Los cambios de mano, el apartarse cuando te encuentras con uno que no lleva o con otro que lleva uno más grande que el tuyo. Esa zona ciega en la zona lateral, o en la frontal si el viento arrecia y lo llevas en modo escudo protector...
Yo, en caso de vivir en zona lluviosa ( ahora, en Seattle) me compraría este :
Y es que el paraguas , tiene su qué. Si lo dejas caer dos veces, quiere decir que tienes a bien, establecer relaciones con el hombre que tienes delante. Os lo aviso, por si alguién no lo sabía. Aunque fuera una costumbre del S. XVIII, no se sabe nunca… Ya en la antigua China, en Egipto y en Asia en general, se utilizaba el parasol o sombrilla. Les protegía del sol, básicamente. Es ya en el S. XVII cuando se introduce en Europa y cambia de funcionalidad, para pasar a parar las aguas… He leído que los primeros paraguas pesaban casi 5 kilos. Yo ya estaría destinada a mojarme, siempre. ¡5 Kg!
Tiene asociada la superstición de que si lo abres en el interior de una casa , atrae la mala suerte. Hay dos explicaciones de diferentes signos . El histórico : al proteger del “Sol” , símbolo divino en muchas culturas, se consideraba sacrilegio abrirlo en un lugar sombreado. Incluso, por su forma circular, representativa del astro rey.
La visión más pragmática es la que dice que cuando se inició la producción de paraguas desplegables, los mecanismos de apertura eran tan burdos y malos que podían abrirse, disparando las varillas…Nadie sabía lo que podía pasar y que se podía romper, al abrir un paraguas en casa…
Dicen que la semana que viene, habrá lluvia… Venga , que llueva, que esta vez voy a sacar mi paraguas…